Varios chicos se conocen en unas circunstancias un tanto peculiares y todos terminan viviendo en la misma casa.
Cinco historias en una.
M-preg
Mew-seme. Gulf-uke
Zee " Saint. "
Off " Gun. "
Sin...
Yu se quedó dormido, luego de haber estado llorando durante un largo tiempo pues ver a Zee divirtiéndose durante toda la fiesta, mientras él había estaba hecho una mierda, había sido como una más de sus torturas.
Aún así, eso no le había dolido tanto como el hecho de tener a Sam a pocos metros y sentir su mirada de odio, mientras le veía beber sin parar.
Tras sumergirme en los brazos de Morfeo, el joven modelo estaba teniendo un sueño muy extraño, producto de su desolación, las circunstancias en las que estaba viviendo y el alcohol que había bebido.
De repente, este notó un extraño peso sobre él, por lo que abrió los ojos y aunque estaba a oscuras, la tenue luz de la luna en la ventana, le hizo distinguir claramente que era Sam, a quién tenía encima, mirándole fijamente.
—¿Q-Qué e-estás haciendo a-aquí?—preguntó con asombro.
El mayor no dijo nada, tan solo sonrió de forma burlesca y acto seguido atrapó sus labios, en un fortuito beso, lleno de rabia y desesperación.
Yu siguió el beso pues lo amaba, aunque le parecía raro, después de notar toda su indiferencia durante días.
Cuando el aire les faltó, Sam volvió a mirarle.
—¿Po-Por q-qu...
El mayor no dejó que este hablase de nuevo pues le puso la mano en la cara, entonces soltó una amarga risa, con la que el más joven, pudo distinguir que además este estaba llorando.
—¿Por qué tú?—le preguntó Sam en un susurró—...¿Por qué tú me haces esto?
El taiwanés lo miró con confusión pues no sabía a lo que se estaba refiriendo.
—¿Qué es lo que estoy haciendo?
Sam se acercó entonces a su oído.
—¿Por qué me tratas así?, ¿Por qué te comportas como un cualquiera cuando sabes que yo te amo?
El joven taiwanés no tenía ni idea de a lo que se estaba refiriendo este pero aún así, sus palabras le hacían daño.
—Estás muy bebido Sam, deberías irte a dormir, hablaremos mañana cuando estés sobrio.
—No—negó el mayor con rabia—...quiero que me digas porqué otros y yo no, porqué me rechazas y sin embargo respondes a mis besos.
Yu quería gritarle que era prisionero de una mala decisión, la cual había tomado en un momento de desesperación pero no podía, tenía prohibido revelar esa información.
Además, tampoco quería sentir más odio por parte de Sam del que estaba recibiendo, ya que si este se enteraba de que era sumiso del fotógrafo y debía tener sexo duro con él hasta que finalizara el contrato, sería inevitable que lo aborreciera.
Sabía que era una cosa difícil de digerir para cualquiera, aunque no le importaba si las demás personas se enteraban de cómo era su vida, creía poder soportar los rumores y chismes a sus espaldas pero no se podía imaginar el seguir viviendo, sabiendo que Sam sabía de su doble vida.
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