Capítulo 46: Eternamente

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Comencemos...

Esa misma noche mientras que Dai cenaba con la familia de Asagiri. Rin se dirigió a su habitación, pero cuando entró miró que había una peculiar flor en la mesa. Estaba encerrada en una esfera, sin embargo, lo más extraño no era eso, sino que la flor en si parecía ser de cristal. Rin tomó la esfera donde estaba la flor y la analizó de arriba abajo. Entre más observaba más se daba cuenta que era una flor autentica.

Rin: ¿Una flor que parece cristal? ¿De verdad existe algo así? – Se preguntaba en voz alta a sí misma, aunque...

Irasue: Son extremadamente raras, sus pétalos se vuelven cristalinos al contacto con el agua, es por eso que esta encerrada en esa esfera. – Habló seria desde un rincón de la habitación. Rin se asustó un poco al escuchar su voz porque no se había dado cuenta de que estaba ahí.

Rin: Inukimi, discúlpeme. No me percaté que se encontraba ahí. – Dijó volteando a verla para hacer una rápida reverencia.

Irasue: Descuida, no hace falta que muestres tantos modales conmigo si estamos solas. – Caminaba hacia donde estaba Rin.

Rin: ¿Usted la trajo? – Sus ojos grandes y curiosos miraban a la demonesa.

Irasue: Es mi obsequio por lo del otro día. Considero que esa clase de gestos deben ser recíprocos o no tendrían sentido. – Parecía indiferente, pero en el fondo le interesaba ver las reacciones de Rin.

Rin: Entonces es un regalo suyo. – Decía sonriendo risueña.

Irasue: ¿Es de tu agrado? – Alzó la ceja expectante.

Rin: Si, es muy bonita. Nunca había visto algo igual, cuesta trabajo creer que es de verdad. – Estaba muy asombrada viendo la flor.

Irasue: Existen, se dan en climas muy húmedos y fríos, las encuentras en las partes más altas de las montañas... Creí que una flor así no la conocerías. – Se paró en el balcón dándole la espalda a la joven.

Rin: Sin duda no la conozco. ¿Cómo se llama? – Emocionada por su inusual obsequio.

Irasue: La llaman flor de cristal o flor esqueleto. Produce unos frutos extraños de color azul, tienen uso medicinal según tengo entendido. – Explicaba sin mostrar interés.

Rin: Es muy enigmática, muchas gracias por el regalo. – Sonrió contenta e Irasue la miró de reojo.

Irasue: No hay por qué. Es un obsequio simple para mi gusto, pero al parecer esas cosas te gustan más. – Fingía no importarle nada y aun así conocía los gustos de Rin.

Durante los años donde su hijo procuró y le dio regalos a Rin, ella se mantuvo enterada de todo, también cuando llego a su palacio prestó atención a los intereses de la chica. Al principio por mera curiosidad y tratar de entender porque su hijo parecía tan cautivado por esa humana. Sigue sin comprender las razones de Sesshomaru, pero secretamente Irasue le tomo interés a la personalidad cálida de Rin.

Rin: "Éste tipo de conversación la he tenido antes con el Señor Sesshomaru muchas veces. Es un poco gracioso lo parecidos que son incluso en esos aspectos." – Pensaba dichosa por ser alguien que recibe esa clase de detalles de ellos.

Irasue: No tienes que preocuparte porque esa flor se marchite. No lo hará. Mantenla siempre en esa esfera y seguirá floreciendo eternamente. – Volteó para caminar a un lado de Rin y observarla mejor.

Rin: Vaya, eso es mágico. – Abrió sus ojos castaños con más ilusión que antes.

Irasue: Descanza, Rin. – Su voz fría e indiferente no mostraban mucho afecto, aunque sus acciones transmitían otras cosas.

El poder de la confianza: Sesshomaru y Rin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora