4.- Puntería

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Después de otra ronda de presentaciones por parte de Akari-San, Shisui y los dos nuevos invitados, todos lo presentes en esa casa se sentaron a comer en la mesa, sacando pláticas de conversación hasta por los codos, y es que la vida Shinobi ocupa todo tu tiempo que nisiquiera puedes hablar de lo bien o mal que está el clima.

Todos los presentes estaban tan cómodos con la plática que la comida se pasó más rápido de lo esperado, el ambiente era tan relajante que nadie se dió cuenta de en que momento los únicos niños presentes se llevaban a rastras al tío de Minari para que pudiera jugar con ellos. Cuando llegaron a la sala empezaron hacer una competencia sobre quien podía hacer mejores construcciones con los cubos que había regados en el suelo.

- Disculpe Izuna-San - llamó el pelinegro menor.

¿Izuna? Sí, Izuna es el tío de Minari, lo que significa que ella es hija del gran Madara Uchiha, por eso tantas razones de protección a la pequeña pelinegra.
Una criatura temporalmente indefensa sería un blanco fácil para poder someter y manipular a voluntad a dos grandes Uchihas si ella está de por medio. Por eso siempre cuidaban que nadie los viera con ella, ni que saliera sola de casa, o que tuviera amigos, pese a muchas otras cosas más. Lo que obligó a la familia de Madara a mudarse a las orillas del distrito, cerca del bosque para que no corran más peligro del que quisieran.

- ¿Qué pasa Shisui? - respondió Izuna sin despegar la vista de la pequeña construcción que estaba haciendo con los bloques de juguete.

- Dijo que conocía a mí padre, podría hablarme sobre eso - habló esperanzado, pues su madre no le contaba mucho sobre él.

- Tú padre, tú madre y yo formamos parte del equipo 11 cuándo fuimos genin y chunin - informó al menor.

- ¿Y no hubo problemas entre ustedes? Me refiero a él amor y esas cosas - dijo inocente.

- A decir verdad no, Kagami, tú padre siempre estuvo enamorado de Akari, pero ella no se daba cuenta, yo solo era cómo un hermano para ambos, ese era mi papel en ese equipo - su voz era suave, quería asegurarse de que Shisui lo entendiera.

- ¿Cuándo se enamoró mi mamá de él? -

- En una misión - respondió Izuna, a sabiendas de que el niño quería detalles - en una misión nos pusieron una trampa mortal, tú padre no quería morir sin confesarle a Akari lo que sentía y pues ella le dijo que los sentimientos eran correspondidos, logramos salir de la trampa y ellos se hicieron novios. Pasó el tiempo y tú madre se embarazó de ti, le dijo a Kagami y ambos estaban muy felices, tu padre estuvo con tú madre hasta que naciste, cuándo tenías tres meses de vida mandaron a tu padre a una misión y murió, desde ese entonces estuve ayudando en lo que podía a Akari, pero empeze a tener demasiadas misiones y casi no la veía, ni siquiera a Minari, Por eso solo reconocí a tu madre - terminó de explicar toda la historia con la intención de que Shisui ya no preguntara más.

- ¿Entonces usted es algo mío? - el brillo en los ojos resplandecientes de Shisui era demasiado, pues saber que podía tener a alguien más como su familia le agradaba demasiado, sin mencionar que sólo tenía a su madre.

- Si lo quieres ver de cierta manera, yo puedo ser tú Tío - sugirió Izuna despegando su vista de los juguetes y mirando a Shisui con una sonrisa cálida en el rostro.

Por su parte el pequeño aceptó emocionado, ¡Por fín tenía otra familia que no fuera su mamá!.

- Está decidido, yo gané la competencia de construcción - afirmó Izuna viendo orgulloso lo que sea que había hecho con los juguetes, ganándose burlas de los dos niños sintiéndose demasiado avergonzado.

- Ustedes dos vayan a jugar a fuera, yo voy a comer un poco, es que volvió a darme hambre - mintió con la intención de deshacerse de los dos pelinegros, quienes no lo pasaron desapercibido, Pero quienes eran ellos para negar un permiso de salir a jugar, así que le tomaron la palabra y salieron directo al bosque cercano a la casa.

- Vaya Mina, no sabía que eras familia de Minato y Kushina-San - habló Shisui mientras ingresaban al bosque.

- ¿Mina? - interrogó para sí misma.

- ¿Te molesta? También podría decirte Nari - inocencia era todo lo que mostraba la voz del azabache que acompañaba a la pelinegra con hebras rojas.

- Los dos están Bien - contestó ruborizada, pues nadie nunca la había llamado por un diminutivo de su nombre, siempre fue Minari. Para todos, Pero Shisui llegaba y corrompia en todo lo que no estaba acostumbrada.

No estaba acostumbrada a que la tomarán de la mano.

No estaba acostumbrada a recibir cumplidos que no fueran de su padre y tío.

No estaba acostumbrada a sonrojarse por mencionar el nombre de una persona.

No estaba acostumbrada a presentarse con la familia de una persona.

No estaba acostumbrada a desobedecer a su padre para ir a ver a un amigo.

Había muchas cosas en las que no estaba acostumbrada a hacer, sin embargo su vida no ha sido muy larga cómo para hablarlo de manera exagerada. Aún así Shisui en un futuro podría hacer que Minari rompa las reglas, y viceversa, ambos aprenderian a como corromper al otro.

Los dos niños llegaron a una parte del bosque donde no había muchos árboles, era un lugar tranquilo en dónde decidieron quedarse.

- Oye Mina ¿Quieres ver algo increíble? - Preguntó emocionado.

- Sí ¿Que es? - habló igual que forma.

- Mira - dijo Shisui sacando un kunai de entre sus ropas. Su acompañante sólo abrió los ojos sorprendida de ver lo que tenía en las manos. Pues aunque era pequeña sabía lo que era ese objeto.

- Mi mamá dijo que quiere que esté preparado para cuándo entre a la academia y sepa lo básico, entonces me entrena tres veces a la semana, y ya se cómo lanzar un kunai - explicó el de mirada oscura con una sorpresa, emoción y orgullo que se notaba a millas de distancia.

- ¿Quieres ver? - preguntó refiriéndose a su tiro y puntería, recibiendo múltiples si como respuesta de su amiga. Entonces se acercó a un árbol y marcó tres círculos de diferentes tamaños cada uno dentro del otro, para utilizarlo como referencia.

Volvió a una posición algo alejada de su objetivo, cerró los ojos y se concentró, los abrió decidido y lanzó el kunai, el cuál fué a parar en el círculo más pequeño, a unos cuántos centímetros del verdadero centro.

Shisui tenía buena puntería para su edad, sólo tenía que practicarla y sería perfecta. Minari, quién hasta el momento se había quedado a raya, estaba muy sorprendida que de inmediato felicitó a Shisui, poniéndolo un pico nervioso.

- ¿Puedo intentarlo? -

- Claro, ten - el pelinegro le ofreció el kunai a la niña y la dejó para que se acomodara, aunque más por que creía que era la primera vez de la Minari con armas ninjas y no quería salir lastimado, y claro que tenía razón, ella jamás había tocado un arma ninja hasta ese momento.

Pero para sorpresa del pelinegro la menor no tenía mala puntería, cómo para ser su primera vez, pues el kunai había quedado clavado en el segundo círculo.

- Mí papá dijo que cuando cumpliera cinco me entrenaria, que bueno que no tendré que batallar mucho con la puntería - habló feliz al ver si logro.

- Estoy seguro de eso Nari - dijo Shisui, al parecer le había gustado más Nari que Mina.

La Princesa de los Cuervos |Shisui Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora