Entre Vendas y Listones. (Serie de One Shots)

You're No Good For Me.

Como siempre partiré contándoles como surgió la idea aunque nadie lo pregunte 😁, en fin, estaba escuchando esta canción (la que les deje arribita) y eso se junto con mis ganas de hacer una historia con Gojo siendo vampiro y pues... aquí el resultado. 

Como siempre me puse a escribir y no le di un segundo visto antes de publicarlo así que disculpen los errores gramaticales u ortográficos.

En fin, espero lo disfruten. 

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1870.

"No eres bueno para mi" susurro mientras se contemplaba a si misma desnuda apenas cubierta con una sábana de seda de un color blanco que parecía brillar bajo la luz nocturna, supuso que su contraparte, el hombre en el cual tenía la cabeza apoyada no estaría escuchándola pero claramente él estaba atento a cada gesto y palabra proveniente de aquella muchacha cuyas mejillas hace un rato estaban sonrojadas al escucharse gemir a tal volumen tratando de reprimirse obligándolo a ir cada vez más profundo para escuchar esa dulce melodía de aquellos labios rosados.

Su corazón no latía pero sabía perfectamente que su cordura estaba al límite al pensar durante todo el día en volver a invadir a la chica azabache, dormir entre sus piernas, besarla prometiendo no dejar marcas pero a la vez sintiéndose en la obligación de hacerlo para que todo el mundo supiera que Utahime no podía borrarlo de su cuerpo.

-Esta por amanecer- le susurro con dulzura mientras sus cálidos dedos danzaban cariñosos sobre su fría piel.

-Queda aún una hora para que el sol este en lo alto, puedo secuestrarte un poco mas – sonrió cuando a respuesta de sus palabras la azabache solo beso su mejilla sintiendo como se levantaba de la cama- Sabes que si no quiero dejarte salir de aquí, no saldrías.

-Oblígame a quedarme- pudo sentir el menudo cuerpo de la azabache sobre él, entonces abrió los ojos maravillándose con la desnudez de aquella mujer – Todo el pueblo me buscaría hasta dar conmigo y buscarían la manera de eliminarte.

-La única que puede lastimarme eres tu –subió su mano para acariciar las cálidas mejillas de Utahime – Eres hermosa...

-¿Te has visto a un espejo? – Pregunto entretenida – Si no eres una creación divina entonces no sé lo que eres. Un ángel de la muerte...- con su mano derecha acaricio su mejilla para luego posarla sobre sus labios y encontrar aquellos letales colmillos- ¿Eres real, Satoru?

-Tal vez... si pudiera existir solo para ti yo sería feliz –la dejo perfilar sus colmillos con sus delgados dedos sintiendo con cada toque de la azabache la tentación de morderla y llevarla con él para toda la vida, pero sabía perfectamente que Utahime pertenecía a la luz y no al reino de oscuridad eterna al que el pertenecía – Te hare sentir cuan real soy.

Y la poseyó nuevamente, en cada embestida se aseguraba de besarla tratando de perpetuar la sensación, acariciaba sus cabellos oscuros como la noche y se perdía en los gemidos melodiosos, en aquellos ojos castaños que parecían derretirse en el placer, en esos labios que le sabían a miel cada vez que los juntaba para no volverse loco ante las palabras obscenas que salía de aquella azabache en el clímax de la excitación que solo lo hacían pensar en no dejarla abandonar nunca esa cama.