Capítulo 01: Una decisión transcendental

177 35 24
                                    

En el año 83DK... (Después de Kalan)

Neil Shan se encontraba vagando en sus nostálgicos recuerdos mientras observaba con dificultad, desde la parte superior de la muralla de la ciudadela de Mileg, a un jinete en solitario que cabalgaba con rapidez en dirección hacia su posición. Lostenues copos de nieve que caían dificultaban un poco la visión lejana.

El musculoso cuerpo de Neil estaba repleto de viejas cicatrices y no lucía como el de alguien normal de su edad. Su cabello era de color gris y tenía una mirada cansada, que era característica en la mayoría de los pocos veteranos de guerra que habían logrado sobrevivir a lo largo de las últimas décadas de conflicto.

Él vestía con una coraza de cuero, recubierta con láminas metálicas, que lucía algo gastada por los años de uso pero carecía de algún tipo de daño notable. Una gruesa capa de piel lo protegía del frio clima. Mientras estuviera estático, lo más notable en Neil era un extraño tatuaje de color carmesí en su mano, que estaba formado por una serie de figuras geométricas entrelazadas entre sí, como triángulos, cuadrados y círculos. Algo curioso, sin duda, pero no excesivamente llamativo.

Él permanecía firme, erguido y tranquilo, con un porte digno de alguien respetable. Pero aquellos que lo conocían bien, sabían que normalmente hacía esto en público solo para disimular su vieja cojera, la cual había empeorado últimamente. El simple hecho de caminar por la muralla ya le causaba algunos dolores en sus viejos huesos, sobre todo cuando portaba su pesada armadura.

«Finalmente, después de tantos años sirviendo al imperio, ha llegado este esperado momento», pensó Neil, mientras rememoraba las circunstancias que lo habían llevado a tomar recientemente la decisión más importante de toda su vida.

El capitán Neil había estado un total de 43 años seguidos sirviendo en el ejército del Imperio Kalan. Habiéndose enrolado con tan solo 14 años de edad recién cumplidos, cuando todavía era demasiado joven e inocente como para matar, fue convirtiéndose en un verdadero guerrero con el pasar de los años y, obstinadamente, jamás abandonó este duro camino. Se podría afirmar que había estado sirviendo durante toda su vida adulta al imperio como militar, hasta convertirse en el admirado veterano que era hoy en día.

Cuando era joven, sintió un enorme orgullo al ser elegido como el nuevo recluta de un batallón recién formado y, desde ese mismo momento y contra todo pronóstico, logró constantes avances militares a lo largo de los años, hasta alcanzar su respetable posición actual. Pero, siendo un plebeyo del montón, su punto de partida era demasiado bajo como para lograr obtener alguna de las principales posiciones militares del imperio alguna vez y ya había alcanzado la cúspide de su carrera militar desde hace mucho tiempo atrás. Solo los nobles podrían avanzar más allá del rango de capitán, para convertirse en un comandante o un poderoso general.

Estando estancado desde hace más de una década en la posición más alta que un plebeyo podría alcanzar en su vida y habiendo concluido recientemente una terrible y larga guerra, por la unificación del continente, que lo mantuvo alejado de su familia durante casi cinco años completos, el veterano capitán Neil solo quería tomarse los últimos años de su vida en calma y pasar todo el tiempo que le quedara junto a su esposa e hijos, en algún lugar remoto que estuviera alejado de los constantes conflictos bélicos del continente. Pero la conclusión a este ferviente deseo dependía completamente de la decisión que traía el veloz mensajero que se acercaba hacia su posición en este momento.

Él sabía que la carta con el sello imperial y la posible aprobación para obtener su deseado retiro militar definitivo llegaría hoy. Pero, obtener lo que quería dependía totalmente del estado de ánimo del mismísimo Khalan y él no era alguien reconocido por sus concesiones o amabilidad. Esto era algo poco habitual, ya que normalmente el monarca máximo del continente no se molestaría en involucrarse con un asunto tan trivial como el retiro de un simple capitán de uno de los tantos ejércitos a su disposición.

Portales y ReliquiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora