TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)

UNA TRISTE NOTICIA

Aterrizo en el mismo punto de partida, Lyam estaba feliz por ella brincando como un loco por todos lados yendo directamente hacia ella tomándola de la cintura para darle vueltas alrededor de él, estaba orgulloso de ella.

No supo porque, solo se dejó hacer, cuando sintió que era levantada del suelo, solo soltó un imperceptible quejido al ser alzada, sosteniéndose firme de los brazos de su amigo para no caer, Lyam daba vueltas con los ojos cerrados sonriendo de felicidad, por ella, cuando por fin la bajo, abrió los ojos para verla, descubriendo que ella lo miraba también aun sostenida de sus fuertes brazos.

Era mucho más alto que ella, el ahora media 1.85, era por mucho más alto que ella, fácilmente unos 20 centímetros de diferencia, aun así, esa diferencia no lo limitaba para poder admirarla con devoción.

Lunala lo observaba curiosa ¿Por qué la miraba así? de pronto el semblante de su amigo había cambia, se preguntaba que le estaba sucediendo, pero no pudo reaccionar, ni pudo preveer lo que Lyam estaba haciendo, su única reacción, fue abrir sus hermosos ojos grises asombrada al sentir que algo presionaba sus labios.

La estaba besando, ¿Qué le pasaba? ¿Cómo se le ocurría?, no supo que hacer, jamás ni en las peores batallas se había quedado en blanco sin saber que hacer, no supo ni pudo reaccionar.

Lentamente el pelirrojo fue abriendo los ojos para darse cuenta de su error, y como si fueran brazas consumiéndolo, rápidamente se separó de ella.

Lyam: Pri-princesa di-discúlpeme, lo siento ... Yo... N-no fue mi intención.

Lunala: ¿Qué fue lo que hiciste? - Preguntó desconcertada y curiosa a la vez, pero el joven lo sintió como un reclamo.

Lyam: Sé que fue una falta de respeto, por favor... Le ruego me perdóne, no lo pude evitar.

Lunala: ¿Evitar?

El chico miro su expresión de desencajada, jamás había visto tal expresión en su rostro, sintió que la había cagado, bajo la mirada, respiraba agitado, sentía que en cualquier momento vomitaría su corazón, no lo pudo evitar y salió corriendo del lugar como un cobarde, la chica solo lo miro huir del lugar.

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HORA DE LA MERIENDA

Se encontraban en el gran comedor compartiendo la mesa, solo se encontraban la emperatriz, los príncipes y sus primos, Aysel había mandado a disculparte ya que según ella se encontraba indispuesta.

La menor de todos se encontraba absorta pensando sobre lo que había pasa hace algunas horas, en un impulso inconsciente se tocó los labios con la punta de sus dedos acariciándolos, era la primera vez que había sentido tal sensación, hasta que alguien la saco de sus pensamientos.

Eskol: Madre ¿Y padre?

Nahira: Fue a Garbi Levenche a la inspección de la comunidad que se encuentra ahí.

Asher: Pero ¿No es peligro que salga? hay demasiado peligro últimamente - Cuestiono su primo.

Nahira: Tranquilo querido, fue con los mejores caballeros, además es escoltado por tu tío.

De pronto, escucharon resonar el piso de mármol, unas fuertes zapatilladas se acercaba al gran comedor, vieron a un caballero de alto rango entrar donde se encontraban ellos, él era el causante de tal ruido, lo vieron entrar a toda prisa hasta la posición de la emperatriz, se inclinó dando la reverencia.

Nahira: ¿Qué pasa Luzmar? ¿Por qué entras de esa manera? – Pregunto con molestia.

El caballero se levantó para acercarse a la soberana para susurrar algo al oído, acción que desconcertó a los príncipes, en el acto la emperatriz se levantó para salir del lugar.

Eskol: Madre – Llamo su hijo - ¿Ocurre algo?

Nahira: Quédense aquí – Ordeno sin voltear a verlos.

Eskol: Pero madre.

Naira: Es una orden – Saliendo del lugar sin dar explicaciones.

Los príncipes se miraban desconcertados ¿Qué estaba ocurriendo?

Levana: ¿Nos estarán atacando? - Pregunto la mayor.

Lunala: No lo creo - Respondió – Nos hubieran alertado a todos.

Eskol: Solo nos queda esperar a que madre regrese.

Pero su madre no regresaría a terminar la merienda.

"NNOOOOOO", escucharon un desgarrador grito de dolor, en el acto, todos en el comedor se levantaron para salir corriendo a ver qué era lo que sucedía, la voz de ese grito era de la matriarca.

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- Pero ¿Cómo ocurrió esto? – Pregunto la emperatriz llorando sobre el cuerpo de su ahora fallecido esposo.

- ...Estábamos llegando a la aldea cuando nos dimos cuentas que varios demonios estaban atacándola - Hablaba Badir con dolor retenido, jamás se le había visto demostrar algún sentimiento, parecía que estaba a punto de llorar – Fuimos a combatirlos y Setos quiso apoyar también... Pero los demonios fueron más rápidos y...

Nahira: ¿Y dónde estabas tu? Era tu deber protegerlo – Reclamaba su hermana colgándose del uniforme desgarrado del general – Era tu prioridad cuidarlo, incluso dar la vida por él.

Badir: Hermana – Solo pudo decir, sin mover ningún musculo.

En el instante los príncipes entraron en aquel salón para ver una la más desgarradores imágenes jamás vista en sus vidas.

- Padre - Grito la princesa mayor – Acercándose junto a su hermano para abrazar el cuerpo de su fallecido progenitor, Lunala quedo en shock al verlo, ¿Cómo era posible que su amado padre había fallecido? era lo peor que haya visto en su vida.