📖CUARENTA📖

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«A la mañana siguiente, resultó ser el día en que saldríamos de los muros, yo habría creído que sería dos días después, pero la noticia de que había un cambio de planes llegó aquella mañana. Nos preparamos e hicimos lo que se nos ordenó.

-¡esperen! - grito alguien detrás mío.

Gran parte de la legion, incluidos Farlan, Isabel y yo, estábamos en la entrada del cuartel de la legion alistando a los caballos. Y quien se acercaba desde el edificio era Ami.

-¿qué no debes estar en reposo? - le recordé cuando llego hasta nosotros.

-Miaullatan se lo que hago, además tenía que venir a despedirlos - me dijo mientras me mostraba la lengua.

Hice una mueva por el sobrenombre y seguí ajustando la silla de montar en el caballo.

-Ami, te traeremos un lindo recuerdo - dijo Isabel acercándose a Ami emocionada.

-en nuestra ausencia cuida de ese tobillo, en la próxima saldremos todos - la animo Farlan.

Todos parecían decididos a permanecer en la legión, en aquel momento me pregunté si era posible después de lo que planeabamos hacer, como fuese decidí dejarlos disfrutar el momento.

-definitivamente, por ahora tendré que quedarme a sentir envidia de ustedes - se quejo Ami con una sonrisa - aunque, al parecer en su ausencia me darán las clases de medicina que habíamos acordado, así que mientras no esté preparada traten de no meterse en problemas - si expresión divertida cambio a una más seria y me lanzó una mirada - y me refiero a tu Levi.

Suspiré y me di vuelta para verla directamente a los ojos mientras me cruzaba de brazos.

-como me metería en problemas, si tu te haz de quedar - dije sarcástico.

-mmm me pregunto si al señor Miaullatan le gustaría dejarte un regalo en tu cama - respondió ella pensativa.

-tsk, inténtalo y ese gato morirá - le amenace.

-chicos, chicos, basta - nos detuvo Farlan - ya se pelearán cuando volvamos.

-¡reclutas, hora de irnos! - nos grito Erwin desde su caballo varios metros más adelante que nosotros.

-los llaman...-anuncio Ami, tenía una expresion de tristeza y anhelo, seguro esperaba ir con nosotros - los estaré esperando...

-no dejes que el Señor Miaullatan se coma todos mis dulces - dijo Isabel subiendo a su caballo.

-¡nos vemos en unos días! - se despidió Farlan.

Ambos fueron los primeros en ir tras Erwin a la formación, parecían más emocionados por salir que por la misión. Mire a Ami y ella me miró en respuesta.

-cuídense, por favor... - me dijo o más bien me suplico.

-volveremos - le respondí y subí a mi caballo para seguirlos.

Quizá ella sospechaba que algo no hiba bien, yo también tenía mis dudas, pero de igual forma, cuando el Comandante dio la orden, todos salieron a la carrera; los 3 giramos una única vez hacia atrás para despedirnos por última vez de Ami. Sentí cierto alivio porque no fuera, pero no lo suficiente para bajar la guardia.

Una vez que llegamos a la puerta de la muralla, estuvimos rodeados de casas y gente que vitoreaba nuestra valentía. No entendía que tenía de importante ser capaz de salir del muro. Las puertas se abrieron para nosotros y tras la orden salimos: el sol se veía diferente a como se veía dentro de las murallas, podía sentirse nítidamente a la libertad, aquella por la que en primer lugar habíamos aceptado esa absurda misión.

Farlan e Isabel hiban tan impresionados con el viaje, que hasta cierto punto nos molesto el regaño de la líder de escuadrón de Isabel, que nos reprendió por ir distraídos y con justa razón, pues no fueron ni 5 minutos después cuando el camino se alboroto un poco. Fue entonces cuando vi por primera vez a los titanes, aquellas figuras humanoides y raras corrían hacia nosotros y no en busca de paz; algunos miembros de la legion abandonaron sus caballos y se lanzaron por los aires contra los titanes, pronto yo también los seguí cuando un par de titanes comenzaron a perseguirnos.

No estaba seguro de lo que hacía ni porque lo hacía, temia aceptar que la legión me agradaba, estaba preocupado por la misión y por los chicos, dude en mis movimientos aún cuando acabe con uno de los titanes. Pero, no sentí terror hasta que vi que el segundo titan atrapaba a Isabel pero esta se liberaba fácilmente, luego por detrás Farlan atacó su punto débil. Esta todo bien.

Una vez de regreso a los caballos mientras unos de la legion parecían sorprendidos de que acabaramos con 2 titanes solos, Erwin llegó a decirnos que gastabamos mucho gas. Quizá no era importante para mí en ese momento, pero con el paso de los años pareció que tener suficiente gas, era salir con vida de cada misión de exploración. Estaba furioso, por el regaño, pero más que nada por que Erwin había acertado cuando dijo que dudaba y realizaba movimientos innecesarios, lo sabía y no necesitaba que me lo recordará.

Pronto la lluvia nos alcanzo, aquel momento al salir de la muralla fue en realidad la paz antes de la tormenta, aquellos primeros titanes fueron sólo una probada de lo que nos esperaba. Seguida de la lluvia, la neblina hizo casi imposible comunicarnos con los diferentes escuadrones, aunque Farlan, Isabel y yo habíamos logrado mantenernos juntos.

Recuerdo poco de aquel momento, quizá Farlan era quien dijo que era el momento, o había sido yo, no estoy seguro, pero si recordaba bien haber decidido dejarlos atrás, confiado de que estaría bien,pues tenía la extraña idea de que si hiba solo acabaría con eso de una vez por todas y volveríamos pronto a casa. Antes de adelantarme por completo, lo vi por última vez entre la niebla, confiaban en que lo haría y yo confiaba que estarían bien.

Recuerdo que conforme avanzaba más deprisa, menos podía ver, al punto de que en algún momento me tope con un pequeño acantilado, una pequeña elevación de tierra que llevaba a una masacre: uno de los escuadrón había sido atacado y devorado, había sangre por todos lados, al igual que trozos de personas. Un disparo me sobre salto, uno de los sobrevivientes o uno de los pocos cuerdos antes de morir había disparado una bengala negra.

-especie... rara... - dijo con su último aliento y señaló a la dirección por la que había venido.

Me gire, era por donde había llegado yo, a pocos metros de mi había huellas enormes de pies. Me lo había cruzado y lo lo había visto, pero eso no me preocupaba, el terror me invadió al caer en la cuenta de que las huellas seguían y debían dirigirse a donde había visto a Farlan e Isabel por última vez. Aquello no era una buena señal.»

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora