📖CUARENTA Y UNO📖

118 14 0
                                    

«Tome nuevamente las riendas del caballo y me dirigí al mismo camino que había recorrido apenas un par de minutos antes. Volví a aumentar la velocidad, en el camino había trozos descuartizados de personas, de miembros de la legion; la neblina no me dejaba ver más allá de lo que estaba a pocos centímetros de mi y, por ello, fue muy tarde cuando resbale con el caballo sobre un charco de lodo y sangre.

Ni siquiera estoy seguro de cómo describir lo que vi cuando caí, a menos de 10 centímetros de mi estaba su cabeza, la cabeza con expresión de terror de Isabel. Un mareo me golpeó con fuerza, sentía que los ojos se me hiban y a la vez solo se centraban en Isabel, en lo que quedaba de ella. La niebla tuvo piedad y se fue disipando poco a poco, hasta que el ruido de algo grande moverse y el propio movimiento llamó mi atención. Apenas había llegado al lugar, apenas había visto la cabeza de Isabel cuando, a un par de metros de mi estaba si asesino; el titan de especie rara sostenía a alguien, mire con detalle con demasiado miedo, hasta que lo distinguí, era Farlan, el cuerpo ya sin vida de él. El titan no se inmutó por mi presencia y al contrario, clavo la vista en mi mientras le daba una mordída final a Farlan antes de arrojarlo como basura lejos de él.

En mi mente solo había pie para una cosa a la vez, Isabel, Farlan, Ami esperando por nosotros, todo había sido muy injusto, pero al menos, esta vez, podría hacer lo necesario... Mi cuerpo reaccióno solo (como aquella vez cuando asesinaron a la abuela Arai), en un segundo aproveche la poca niebla que quedaba para acercarme al titan y volverme loco atancandolo sin piedad. Al diablo el gas, al diablo la misión, al diablo la debilidad del titan, solo podía pensar en Ami diciéndonos que nos esperaría, en Isabel viendo entusiasmada el exterior, en Farlan pidiendo que confiara en el. Ahí entendí que no importaba cuanto confiara en mis compañeros, nunca podría estar seguro del resultado.

Solo cuando sentí que ya no podía moverme más, cuando quizá el gas se acabó, fue cuando me detuve, justo después de darle el golpe de muerte al titan. Se había acabado, no me importaba el lodo, la lluvia o la sangre, los había perdido.

Segundos más tarde llegó Erwin junto con otros miembros de la legion. Nos quedamos ahí hasta que la lluvia paro.

-Eres el único sobreviviente. Tienes un aspecto horrible - comentó Erwin después de un rato.

Me lance contra el con la intención de hacer lo que tanto había deseado desde que lo conocí.

-desgraciado, te voy a matar - le dije sintiendo la furia correr nuevamente por mi cuerpo, lo amenazaba con una de las espadas y el solo me detenía con una mano, podría vencerlo.

Podría vencerlo, sí, eso pensé y lo seguí pensando hasta que confesó que lo que tanto buscábamos ya los tenía otra persona, lo seguí pensando hasta que entendí que todo había sido un engaño. Me deje caer vencido por el dolor y el arrepentimiento, los había perdido, sus voces podía escucharlas al ver sus rostros sin vida.

-No lo lamentes. - me dijo Erwin acercándose a mi, no tenía fuerzas para enfrentarlo ya - al lamentarte fallarás en las siguientes decisiones que tomes. Y harás que las decisiones las tomen otros, así tendrás una muerte segura... - hizo una pausa, lo mire sin entender realmente - una decisión cobra sentido cuando es util para tomar la siguiente decisión... - de nuevo se detuvo, sonaba casi humano, pero volvió a ser el militar de siempre cuando añadió - continuaremos con la exploración, Levi, tu también vendrás.

Y se alejo, monto a su caballo y se hecho a andar, no miro atrás ni una vez, no dudo y tampoco decidio esperarme. Estaba tan perturbado en aquel momento, que apenas si fui consciente de que tomé los escudos de Isabel y Farlan, eran lo único que podría llevarle a Ami. Subí a mi caballo y seguí a Erwin, yo si dude y mire atrás, no podía creer lo sucedido, pero tampoco parecía ser buen momento para derrumbarme, quería volver con Ami, debía hacerlo, había sido una promesa. Ya solo me quedaba ella.»

Fui incapaz de leer una línea más, nuevamente las lágrimas había nublado mi vista. Isabel y Farlan apenas si los había mencionado mi padre, debía ser por lo doloroso de su recuerdo. Apenas si podía evitar ahogar el llanto. Sus mejores amigos, su familia, parecía desmoronarse cada que algo bueno pasaba, cada que tenía esperanza, siempre perdía a alguien.

Lance una mirada al cajón donde estaban los escudos de la legion, debían ser los escudos de todos los que perdió en la legión, comenzando por Isabel y Farlan. Contaba más de 100 escudos y, por lo que sabía de la historia, esos debían ser pocos en comparación a las pérdidas que el no pudo recuperar con los escudos.

Deje el libro en su escondite, volví a la cama y me hice un ovillo mientras abrazaba la almohada, me dolía cada palabra del diario, me dolía la carga de mi padre y aun más, me dolía que el pensara que me protegía cuando lo cierto era que solo quería hacerse daño el solo, quería guardar todo el dolor del mundo detrás de aquel rostro inexpresivo. Quizá esa era su idea de protección, guardarse todo y tratar de sobre llevarlo. La verdad quizá podía funcionarle ahora, pero que pasara cuando ya no aguante; incluso la mente de la tía Hange está afectada por su pasado, no por nada a veces parece perder la cabeza.

Tenía miedo, miedo de que los fantasmas de su madre, de los Arai, de Farlan, de Isabel, de todos los que perdió lo estuvieran llevándo poco a poco con ellos. Y Ami, ella tampoco era inmune, su dolor lo expresaba en risa, pero como había ocurrido días atrás, a veces también colapsaba.¿Qué podía hacer yo?

Entre lágrimas silenciosas y dudas que taladraban mi mente me quedé dormido. Mañana sería otro día, otro día con la esperanza de ser más útil para ayudar a mis padres, otro día para intentar proteger a mi familia.

Imagen: ©️ a quién corresponda.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora