capítulo 9.

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Cuando Akiyama había parado la camioneta, Ochako inmediatamente salto por el costado y grito mientras se agachaba.

-BEBEESS VOLVI!- inmediatamente se escucharon ladridos para luego aparecer dos grandes perros de raza san Bernardo. Inmediatamente los perros se le tiraron a encima a Ochako y la comenzaron a olfatear y lamer la cara. Ochako reia y como podia los acariciaba.

Los chicos miraban todo con una sonrisa en la cara, aunque se asustaron cuando la chica grito eso inmediatamente entendieron cuando escucharon ladridos. Los perros eran realmente muy hermosos, nunca habian visto de esos perros más que en fotos, por lo que les sorprendió verlos.

Yasu estaba abraza a su compañero, riendo mientras presenciaba aquello. Queria ver como se ponían al darse cuenta de los dos extraños que, sorprendentemente, no vieron. Bueno eso le duro poco, ya que cuando uno de los perros levantó la cabeza para mirarla, también vio a los dos desconocidos.

Inmediatamente les comenzó a gruñir, seguido del otro animal. Ochako dejo de reir y mas serio de lo que nunca la habian escuchado, hablo.

-Bronto. Linda. Sentados.- se paro y se cruzo de brazos mirando seriamente a los animales. No sabían porque, pero cuando estaba Ochako u Osamu, los perros no le hacian caso a nadie más que a ellos. Por lo que rápidamente tuvo que tomar el papel alfa frente a los perros. Los chicos se asombraron por lo rápido que obedecieron los animales y por lo seria que estaba su amiga.

-chicos lentamente acérquense y extiendan sus manos hacia los perros- no los miraba, hicieron lo que les dijo. A medida que se acercaban los gruñidos se hacian más y más fuertes. Cuando llegaron al lado de Ochako, a un metro de los perros sentados, estos ya les estaban mostrando los dientes, pero no se movian. Los mayores estaban ligeramente preocupados, era normal que actuaran asi cuando estaban sus nietos y desconocidos, pero nunca mostraron los dientes.

El primero en pararse y olfatear a los chicos fue el macho, se acercó primero a Bakugou y luego a Kirishima, cuando termino comenzó a mover la cola y ladrarle a Ochako.

-Bronto abajo.- le hablo suavemente esta vez, acción a la que el perro respondió, acostandose y rodando para ponerse panza arriba mientras sacaba la lengua. Ochako miro a la perra, quien todavía estaba gruñendo, la llamo y le señalo con la cabeza que fuera hacia los menores. Imito la acción del macho y cuando termino, ya habia dejado de gruñirles, miro a Ochako quien asintió con la cabeza y enseguida le salto encima a Eijiro para lamerle la cara y que la acariciara.

Ochako se rio al ver como Eijiro casi se cae y mientras Katsuki miraba la escena, lo hayan tirado al suelo para a él también lamerle la cara. Bakugou se enojo y le comenzo a gritar para que se bajara, obviamente no le hizo caso.

-bienbien, Bronto, Linda, sentados- rápidamente le hicieron caso y se sentados a cada lado de Ochako, esta vez, sin gruñirles -okey. Chicos les presento a Bronto y Linda, nuestros hermosos perros granjeros internacionales.- los perros al escuchar su nombre, inflaron el pecho y recién ahi vieron que tenian collares negros con chapas y nombres.

Intervino la abuela Yas -bien, ya terminamos con las presentaciones. Vamos a adentro, "alfa" lleva a la manada a su casa- estaba mirando con gracia a su nieta mientras sonreia burlonamente -Aki te va a llevar la maleta a tu habitación, también los va a llevar a ustedes dos a la suya, espero que les guste. Ah y una cosa más, bajen rápido así ya les digo eso mientras almuerzan y comen postre. Prepare unas ricas galletas que con té o cafe van perfectas.- y diciendo eso último, la mayor abrió la puerta y entro a la casa, seguida de su marido que le hizo señas a los menores para que lo siguieran. Ochako se fue por el costado de la casa, directamente a dejar a los dos perros en su casita.

Los chicos vieron que la casa, por fuera era blanca con detalles grises, tenia tres pisos y bastantes ventanas. Alrededor de la casa habia muchos arbustos, flores y uno que otro árbol. No se fijaron mucho fuera de lo que era el recibidor y la sala de estar, directamente fueron a la escalera de madera color caoba, hacia el segundo piso.

Mientras subian el mayor hablo -esta casa la comenzamos a hacer hace catorce años, cuando Ocha era una bebé. Finalmente la terminamos hace dos o tres años. La extrañamos saben? No nos podemos ver mucho por el dinero o por los tiempos de cada quién. Al igual que su hermano, no nos vemos desde hace como cuatro años, aunque él siempre naturalmente fue más extrovertido que Ocha.- no esperaba que le respondieran, ni tampoco les daba tiempo a hacerlo. Se escuchaba como la melancolía se filtraba ante la voz del hombre mientras hablaba. -desde que se fue Osamu, Ochako no volvio a traer a nadie a casa, ni nos debaja conocer a nadie de su círculo social. Además casi nunca estaba, sabemos que le pasaba algo, pero nunca nos conto, no hasta que fue muy tarde... como sea, solo les queria decir que, aunque hayan sidos obligados o no, nos alegra que hayan venido. Se que la quieren mucho a mi nieta...- nadie dijo nada luego de eso, no hasta que llegaron a la habitación.

𝒔𝒕𝒂𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora