Seres mitológicos || Namjin +18 (TERMINADA)

Capítulo 17

El encuentro

Un nuevo día había llegado y con el la nueva misión de Hoseok, juntar a Namjoon con Seokjin, a decir verdad no sabía como hacerle, apenas había hablado una sola vez con cada uno, pero confiaba plenamente en que su plan iba a dar frutos, tenia el presentimiento de que todo saldría bien.

Comenzó con todo, su maestro se encontraba ocupado, por lo cual no lo había visto desde que amaneció, se dirigió animadamente hacia la sala, donde su bola de cristal se encontraba, y utilizó esta para buscar a Asmodeo, no le costó mucho, ya que, al tener buena experiencia con la bola de cristal, pudo hallarlo fácilmente, dejó la imagen puesta en este demonio y tomó dos pequeños pergaminos, en ambos anotó la misma frase, solo que con distintos nombres, uno dirigido a Namjoon y otro dirigido a Seokjin, ambos decían lo siguiente.

Mando un vigorizador saludo al joven que se encuentra leyendo este pergamino

¿El motivo? Hago una cordial invitación para vernos, preparé un exquisito banquete para su deleite, quiero dialogar un par de asuntos importantes.

Sin más que decir, te espero en la siguiente dirección en una hora, no faltes.

Firma: Jung Hoseok

Al terminar ambos pergaminos hizo que uno de estos apareciera justo frente a Namjoon, quien se detuvo en seco al observarlo, rodó los ojos y lo ignoró, simplemente pasó de largo y siguió caminando, Hoseok soltó un suspiro y movió aquel pergamino provocando que este impactara con la cabeza del demonio, quien se quejó por el golpe. Sin decir nada volteó un poco molesto y tomó el pergamino abriéndolo y leyendo su contenido, levantó su dedo pulgar al aire y guardó el pergamino en el bolsillo de su pantalón.

Hoseok por su lado sonrió ampliamente e hizo que la imagen, en la bola de cristal, se esfumara, imitó lo mismo con Seokjin y este aceptó gustoso la invitación, yéndose inmediatamente a cambiar aquella pijama que portaba.

Así fue como Hoseok se dirigió a aquel lugar en el que había acordado verse con estos dos seres, una acogedora cabaña en el medio del bosque, de la cual el hechicero era poseedor. Antes de haber enviado aquellos pergaminos, se encargó de hacer una comida deliciosa para ambos seres, al ser hechicero, buscó entre sus reservas y encontró sangre de animal que había conservado para algún hechizo, consiguió un buen vino de su buen amigo Jungkook, preparó la mejor carne que había hecho antes, tan jugosa y deliciosa que el mismo quería comérsela, había fruta en perfecto estado, la cual consiguió del huerto de la familia de su mejor amigo y consiguió la mejor agua de manantial para poder beber. El banquete era extenso y apetitoso, se veía lo bien preparado que este estaba.

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Ya había transcurrido el tiempo necesario para la llegada de aquellos seres y Hoseok se encontraba impaciente por ver que ocurriría, había pensado una y otra vez que comentar o hacer, pero a decir verdad no sabía que podría ocurrir, así que solo esperaba a que el futuro hiciera lo suyo.

La puerta fue golpeada suavemente por alguien en el exterior, Hobi sonrió aun más y se dirigió a abrir, aquel joven vampiro se encontraba de pie con una gran sonrisa, portaba un traje lujoso que lo hacía ver divino, su cabello perfectamente peinado y en su mano había un jarrón bastante bello y delicado.

- Buenas tardes hechicero, vengo con la mejor disposición para deleitarme con ese banquete que me ofrece, traje un jarrón lujoso como agradecimiento por la invitación. - El vampiro estiró este objeto hacia el adverso quien lo tomó con mucho respeto y agradecimiento.

- Puedes hablarme de tu, no hay que usar formalidad entre nosotros. - Respondió Hoseok sin borrar su sonrisa. - Puedes pasar. - Se hizo a un lado viendo como el vampiro ingresaba al lugar deleitándose con los detalles de esta acogedora cabaña. - Por cierto, gracias por el Jarrón, lo pondré en un lugar especial. - Cerró la puerta y colocó este regalo en la mesa de la entrada viendo lo bien que este quedaba ahi.

Sin decir más caminó con el vampiro dirigiéndolo a la sala, lo invitó a sentarse y ahi fue cuando Hoseok habló nuevamente.

- Estoy en la espera de alguien más a quien quiero presentarte, así que espero no tarde en llegar. - Rio ligeramente y observó por la ventana, no se veía nada, ni rastro alguno de alguien.

- ¿Presentarme a alguien? Me gusta mucho conocer vampiros, estaré complacido de conocer a ese ser. -

- Bueno... respecto a eso, no es un vampiro. - Respondió Hoseok mirando nuevamente al chico frente a el, este ladeó su cabeza algo confundido, sabía perfectamente que no podía mezclarse con otras especies así que no entendía quien podría ser.

- ¿Un hechicero? - Preguntó aun confundido esperando una respuesta por el adverso.

- Pues... - Iba a decirle de quien se trataba, pero la puerta fue tocada, interrumpiendo así lo que estaba por decir, soltó un suspiro y se puso de pie. - Ya vengo. - Hizo una reverencia formal y caminó hacia la puerta dejando al vampiro pensativo.

Soltó un suspiro ya que no sabía si estaba haciendo lo correcto, en cuanto tocó el pomo un rayo iluminó el exterior e interior de la casa descorcentando a las tres personas ahí presentes, imediatamente una fuerte lluvia comenzó y Hoseok abrió la puerta para dejar entrar al demonio y que este no se mojara.

- Asmodeo, me alegra que estés aquí. - Saludó el hechicero observando al demonio entrar mirando hacia su alrededor.

- Hola Hoseok, no se que tengas preparado para hablar conmigo, pero por alguna razón algo me decía que no podía faltar. - Habló el demonio quitándose su chamarra de cuero para colgarla en el perchero de madera a un costado suyo.

- Pues de hecho algo extraordinario está por pasar, si no es que sea algo que marque una parte de la historia de este mundo. -

- ¿A que te refieres? - Pregunto Nam mirando con confusión al hechicero, este solo rio y le hizo una seña para que avanzara junto con él.

Una vez ambos seres arribaron a la sala, el joven vampiro Seokjin se puso de pie observando a estos dos. Como si fuese algo marcado por el destino, tanto el vampiro como el demonio, sintieron atracción física hacia el contrario, simplemente con verse sentían como si estuviesen enamorados.

- A esto llamo, el inicio de un nuevo mundo. - Comentó el hechicero viendo como otro rayo alumbraba nuevamente la cabaña.