XVII

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Perdón, no lo corregí, no se queden ciegas por las repeticiones y errores, por favor ❤️🤧😭
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"−No te preocupes, Lilith. Todo irá bien".

Esas fueron una de las últimas palabras que oí, antes de caer en ese torbellino. Comenzó con una simple sombra detrás de mis párpados, alta, delgada, con una voz profunda y risa reseca. Sus fuertes gritos me ensordecían, ni siquiera podía fingir frente a los demás porque simplemente no podía oírlos.

Bajé la vista a mis manos temblorosas, demasiado pálidas, sentía que la sangre había dejado de circular por todo mi cuerpo. Un leve murmullo, un suave toque en mi espalda, hizo que me girara. Zoe me observaba con el ceño fruncido, parecía nerviosa, alterada, pero no solo por mi estado, sino por algo más, su estado de ánimo decaído, había cambiado desde la noche anterior, igual que los demás, en vez de parecer... Parecían nerviosos. Ocurría algo, pero apenas era capaz de masticar y tragar, mucho menos las ideas en mi cabeza se unían como para preguntar.

Lo único que sabía era que Azael y Race habían vuelto a discutir, luego de que mi cuerpo volviera a colapsar, y pese a que Azael se encontraba totalmente en contra de salir ya que hacía unos días lo habían hecho por provisiones, decidió ir junto a Race, cuando este, ignorando sus palabras, decidió marchar por medicina, algo que pudiera ayudarme, pero que claramente sería inútil. Lo extraño era que todos se oponían a que él se fuera repentinamente, no entendía si era porque simplemente habían renunciado a que mejoraría o el peligro había aumentado por alguna razón que desconocía.

Zoe volvió a hablar, y con mi vista nublada, distinguí a duras penas mi almuerzo. Quería vomitar, pero con las pocas fuerzas que me quedaban, bebí lentamente el té, y mastiqué un suave y dulce pan esponjoso. En contra de mi voluntad, empujé varias pequeñas porciones cuadradas a mi boca, y aunque no dejaba de ahogarme, seguía obligándome. El día anterior no había comido absolutamente nada.

Tosí sonoramente, intentando tomar un poco de aire, y empujando la silla hacia atrás conmigo sobre ella, torcí mi cuerpo hacia abajo sin querer, puesto que en realidad había intentado levantarme. La migraña aumentó, mi cabeza latía con potencia, generando un terrible dolor. De un momento a otro caí contra el suelo en un nuevo intento por levantarme cuando vi esa sombra rodear mi tobillo. Sin embargo, no pude reaccionar a tiempo, caí sin poder colocar mis manos, golpeándome duramente la cabeza y el pecho. El agudo dolor solo se intensificó, parecía ser lo único que sería capaz de sentir a partir de ese momento. Dolor, una gigantesca tortura que destrozaría a cualquiera.

Pestañeé varias veces, sin lograr reacción. Fueron las manos de Zoe y Ann quienes me arrastraron hasta mi habitación, no sin antes vislumbrar una pequeña mancha de sangre en el suelo. Era mía.

"Llámalos, está empeorando", fue lo que logré unir antes de que volvieran a desaparecer de mi conciencia.

"Irnos" "¿Qué hacemos"? Palabras o frases entrecortadas se mezclaban mientras recorrían el camino hasta mi habitación, ambas, parecían histéricas y me pregunté por un pequeño segundo qué tan mal podía verme.

Segundos después, me encontraba acostada en la cama, las mantas cubriéndome por completo, mi cuerpo temblaba, los espasmos debido a la horrible bestia que respiraba a mi lado, sus gruñidos eran lo único que podía escuchar, más sus garras jugueteaban de forma torpe y violenta, golpeaban mi espalda y piernas. Era mi imaginación, pero juraba que sentía como si estuviese rompiéndome los huesos.

−Estoy bien, p-por favor, váyanse...−susurré al seguir sintiendo unas pequeñas manos cálidas contra mi mejilla−Por favor, quiero dormir−mentí.

Fue así como ambas se marcharon, y como me prometieron aquel día luego de que les rogara, no entraron a mi habitación, no me molestarían hasta que saliera por mi cuenta.

El infierno de Lilith| 2 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora