take me to church † kookmin

good boy

Días después de aquel incidente, Jungkook no volvió a hablar sobre eso y sus padres menos aún. Las cosas habían cambiado y eso era evidente, su madre ya no se comportaba de manera cariñosa o le cocinaba aquellas exquisitas galletas. Su madre solo lo miraba con desapruebo y aquella pizca de asco la cual era notoria a simple vista.

Era obvio que su madre ya no lo miraba con los mismos ojos llenos de amor, y su padre no parecía ser tan simpático. Eso hacia que Jungkook estuviera triste, demasiado. Notoriamente sus calificaciones bajaron y sus clases en la iglesia se volvieron una obligación, algo que Jungkook no hacia por placer como era antes.

Lo único que consideraba bueno, o al menos iluminaba un poco su día, era saber que Park Jimin, aquel mal chico -según su madre- se interesaba por la religión, y a decir verdad, era demasiado bueno en ello.

- Es impresionante. Lograste superar a mi mejor alumno - hablo orgulloso el azabache mientras le entregaba una hoja a Jimin.

- Gracias, hago mi mayor esfuerzo - sonrió coqueto.

- Y eso me alegra. Al parecer no eres tan malo como mi madre dice -Jimin rió - Ella estaría sorprendida de ver tus calificaciones en religión -

- De seguro estaría alegre de ver algo que este relacionado conmigo - Jungkook le dedico una mirada divertida mientras mordía su labio inferior - No hagas eso, Jungkook -

De repente la dulce mirada de Jimin, se transformo en una mirada oscura y llena de algo que Jungkook no lograba descifrar.

Lujuria.

- ¿Que no haga que? - dijo inocente.

- Eso. Morder tu labio, es muy provocativo.

Jungkook sintio sus mejillas arder.

- ¿Pr-provocativo?.

- Exacto. Eres como un dulce pecado, Jungkook. Cómo aquella tentación que el mismo Diablo te coloca en bandeja de plata para que caigas en sus garras.

Jungkook sintió que su corazón se aceleraba de manera considerable.

- Jungkookie, ¿Te gustaría ir al lago conmigo?.

- ¿Ahora?.

Su madre se enojaría mucho si luego de clases no volviera a su hogar, pero pensándolo mejor, ella estaría molesta de todas formas, por lo que no estaría nada mal desobedecer una vez a lo que sus estrictos padres dicen.

[...]

Era increíble lo mágico que se podía sentir el ambiente en una tarde soleada y cálida como aquella, aún más cuando estaban rodeados de tanta naturaleza y tranquilidad. Jungkook se sentía en paz, después de tanto tiempo, sabiendo que su madre jamás lo encontraría allí y que por ende no podría decirle que volviera a casa.

Jimin y el azabache estaban sentados sobre el verde césped, escuchando atentamente el sonido del agua correr y golpear contra la orilla, sumada a suaves ruiditos que provocaban los animalitos que merodeaban por allí.

- Es lindo ¿verdad?.

- Es hermoso. Puede sentirse tanta paz en este lugar, es muy diferente a lo que se siente en mí hogar - soltó Jungkook sonriendo.

- Debe ser difícil ser tú - Jungkook observó a Jimin - Digo, eres el hijo de la gran familia Jeon, tienes que cumplir con ciertos estándares que quizás no encajan muy bien contigo.

- En realidad, si, es algo difícil, pero ya estoy acostumbrado ¿sabes? Con el paso del tiempo me di cuenta que debo cumplir con mí papel de hijo modelo, solo así mis padres se sentirán felices y orgullosos. No puedo permitirme defraudarlos.

- ¿Y tu, Jungkook? ¿Cuando te harás feliz a ti mismo?.

Jungkook enmudeció, no tenía respuesta alguna ante eso. Durante toda su vida había aprendido que lo correcto era lo que sus padres decían, que la felicidad era el concepto que ellos tenían de felicidad, y que ante todos debían mostrar una máscara de familia perfecta, ocultando toda cosa mala de la vista de la sociedad. Jungkook no sabía lo que era la felicidad propia, lo que era hacer lo que tu corazón dicta.

El no sabía nada sobre ser uno mismo y actuar por uno mismo.

Era un simple títere que sus padres manejaban a antojo y placer, porque se habían encargado de moldearlo tan perfectamente que Jungkook era un sumiso que jamás se plantaría frente a sus padres.

Pero después de esa pregunta, Jungkook supo que jamás había sido feliz totalmente.

- ¡Jungkook! - Jimin lo trajo a la realidad de nuevo - Lamento haber dicho eso, no quise tocar un tema sensible para ti.

- Oh no, está bien. No hay problema, estoy bien - Parecía que intentaba convencerse más a si mismo que al rubio.