Cuando te encontré en mi patio me sentí muy afortunado. Yo contento e inocente crei que tuve suerte pues crei que la estancia estaba completamente vacía cuando la herede y que tendría mucho trabajo por delante. pero verte ahí me dio un aire muy positivo... fue como decir "tengo muchos escalones que subir, pero este vino a mis pies" si bien no habían tantos pájaros como para alarmarse cuando decidí no moverte de ahí, supe que ya estaba siendo precavido. Y es verdad que aveces algún pájaro burlón se posa en tus hombros o alguno corajudo tiene el valor de robar algunos granos de maíz, pero cuando el viento te lo ordena y tu haces esa danza tan ligera y sutil, como una hoja que no cae al suelo en línea recta sino que se pasea en el camino. Todo pájaro que te rodea hulle despavorido... recuerdo la primera tormenta que pasamos en familia. Mis hijos estaban aterrados y mi esposa y yo nos devoravamos las uñas preocupados por la cosecha, pero tu siempre te mantuviste firme y resististe a la tormenta, como si la hallas sacado a bailar contigo y milagrosamente la cosecha quedo intacta. Cuando las plagas llegaron: las termitas fueron todo un desafío en la casa, las hormigas reclutadas marchaban en fila por cualquier hueco de la casa que de directamente a la tierra y hasta los roedores rurales se aventuraron a probar suerte. Pero por alguna razón la cosecha quedo intacta... Y al pasar de los años haz hecho todo el trabajo que era posible para ti, cuidando que nunca nos falte trabajo ni alimento. Mis hijos han crecido, 2 de ellos ya se fueron vivir lejos y casi no me llaman... Mi niña hermosa se junto con el joven que cuida del ganado, mi bella esposa se despidió de mi en paz prometiendo esperarme del otro lado cuando termine mi labor... Te doy las gracias por haber cuidado tantos años de mi cosecha papá... Ya puedes descansar en paz... y por la cosecha de mi hija... mi turno ahora comienza...