Me has mal acostumbrado...
Estoy acostado en mi cama dando vueltas sin poder conciliar el sueño, solo esperando que entres por esa puerta. ¿Es tu culpa? No, la primera vez que lo hiciste fue porque yo te lo pedí, y así con el pasar de los años lo has hecho aun cuando ya no era un niño, siempre estuviste a mi lado.
Miro la hora, ya es algo tarde y aún así te estoy esperando, solo te pido que lo hagas otra vez.
Mi deseo se vuelve realidad cuando por fin te veo, tienes plasmada una bella sonrisa en tu rostro y tus ojos me dicen que ya no me preocupe. Entras y me miras, tu mirada me dice que ya pronto a dormir, ya veo la hora de estar contigo.
—¿No puedes dormir?- preguntas acercándote a la cama, tu simple presencia arrulla mi alma, estoy tan feliz de que existas, ya no le temo a la noche.
—Nein ... —Niego, por tus ojeras veo que estás cansado y eso se confirma al verte bostezar, espero que mi petición infantil no te ahuyente tu lucidez —y no parezco ser el único...
Me das una sonrisa y veo que procedes acercarte y acostarte a mi lado, no hace falta que digas nada, me colocas contra tu pecho y acaricias mi pelo. Puedo sentir tu olor, tan dulce y embriagante, ¿puede alguien emanar tan hermoso aroma? Nadie además de ti, nadie jamás lo pudiese lograr.
Ya estás a mi lado, estoy tan feliz de estar contigo.
—Es mi culpa ¿no es así? —Volteo a verte buscando respuesta y solo niegas para besar mi frente
—Te mimo como a un escuintle aun cuando ya manejas tu propio territorio, Dios, ni siquiera es necesario que me lo pidas, yo he caído a tus caprichos, y aceptado las consecuencias —Solo puedo reír mientras me acomodo en tu pecho, claro que lo sé, y aun así estas aquí a mi lado.
—Creo que es de los dos entonces, después de todo nunca me pusiste un alto – me vuelves a dar un beso en mi frente, a tu lado vivo siendo un niño en cuerpo de adulto, con miedos e inseguridades solo buscando que le den mimos y le digan que lo quieren, buscando tu atención de cualquier manera posible.
Suena ridículo, suena tal vez extraño... y a pesar de ello a ninguno de los dos parece molestarle.
—Tienes razón... Mi pequeño tiburoncin —siento tus caricias en mi cabeza, mi cuerpo se suelta, siento debilidad y en un suspiro arranco de mi ser mis preocupaciones quedando solo a tu disposición, recibiendo el calor de tu amor...
Nuestras respiraciones se sincronizan a un ritmo lento y tranquilo, en esta posición puedo escuchar tus latidos, aquel sonido pareciese quererme arrullar, pero hay algo que me hace falta...
—Mexiko...
—¿Si, Alemania?
Me miras, tus ojos dorados resplandecen a pesar de la oscuridad, yo me extiendo y te robo un beso el cual correspondes tiernamente.
—Sing... sing mir ein lied...
Sonríes, es lo que esperabas que dijera, por favor, quiero escuchar tu dulce voz antes de dormir porque si lo haces sé que el sueño vendrá pronto acompañado de lo que yo creo es como debe escucharse un celestial coro de ángeles.
—¿La misma de siempre?
Solo asiento, cántame, cántame una canción, para mí y para ti, cántame hasta que la melodía nos transporte al lugar de siempre, para que nos perdamos juntos en una entropia creada por nosotros.
Besas mi cabeza y yo solo puedo rosar tu tersa mejilla con mis dedos hasta que finalmente tu arrullo llega a mi pabellón auricular.
—Siempre a tu lado estaré...
Comienzas y mis oídos procesan tu suave sonido cual avecilla al trinar, cierro mis ojos y solo te escucho, me has malacostumbrado, no puedo conciliar el sueño hasta que tu voz escala sus notas y sacia mi alma.
–Mi amor por ti mostraré, dándote muchos mimitos – repartes algunos besos en mi cabeza haciéndome sonreír a la par que sigo la letra y empiezo el estribillo.
–Caricias, besos y mimitos, eres tu mi peluchito, eres tu mi estrella guía, te amaré toda la vida.
Con un suave tarareo tuyo mis ojos se van sintiendo pesados al grado de ya no querer abrirse, pero no quiero dormir, no hasta que termines.
–Cuando contigo estoy, sin importar dónde voy, te daré muchos mimitos, eres tu mi peluchito
Amo cuando cantamos a la par el coro –Caricias, besos y mimitos, eres tu mi peluchito, eres tu mi estrella guía, te amaré toda la vida...
–Tú me haces sonreír, contigo quiero vivir... dándote muchos mimitos... eres tu mi peluchito
Me acaricias y besas mientras tarareas la melodía, me siento de nuevo un infante entre tus brazos, y es que el tiempo no pasa para nosotros cada que vamos a dormir y nos envolvemos en un manto musical que solo tú sabes armar. Ya es hora del final y por lo tanto de quedarte a mi lado hasta que los rayos del alba al amanecer entren sigilosamente a nuestra ventana a decirnos que solo ha sido una noche más.
–Siempre a tu lado estaré, mi amor por ti mostraré, dándote muchos mimitos...- me das un último beso en mis labios pues mi voz ya está apagándose, me abrazas protectoramente y yo me aferro negando siquiera dejarte ir, solo puedo sentirme satisfecho de haber escuchado tu voz antes de hundirme en mis sueños.
–Eres tú mi peluchito... Te amo Ale...
Me dormiré pronto, feliz, por que tú estarás conmigo...
Te amo México...
❤️
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.Hey! ¡Gracias por leer!
Mi infancia ha entrado al chat, hace poco recordé esa canción y automáticamente pensé en ellos dos, tal vez la hayas escuchado y la reconociste, pero si no, puedes buscarla como "Schnuffel - kuschel song" en su versión español, igual el título del libro pertenece a otra canción del mismo personaje.
Espero te haya gustado 🖤
Fin del comunicado 🖤
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Sing mir ein Lied
FanfictionLo que más anhelo en estos momentos es poder escuchar su arrullo, lo necesito para conciliar el sueño. Por favor, cántame una canción.