¿Creíste que era el final? Apenas esta comenzando. Lo que al principio parecía una luz que guiaba a un final feliz se convirtió en una oscuridad ahogada que podría poner en riesgo un amor como el de ______ Miney y Joel Pimentel, tantos secretos, tan...
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Mi corazón latía desenfrenado sin siquiera saber dónde ir subo a mi motocicleta, miro cómo si estuviera flotando por encima de mis pies viéndome estar en tercera persona de nuevo pero la realidad era que me sentía destruida, devastada y muy decepcionada quizás no por lo que Erick había hecho sino más bien por lo que yo mes estaba haciendo a ellos, parexiera que solo buscaba una excusa para discutir y que me odiara pero de alguna forma no me lo esperaba de él, me sentía vacía.
Arranque la motocicleta y pase frente a la casa de Marco, me detuve y retrocedi ¿Y si?
A la mierda mi vida.
Me bajé de ella y toqué a su puerta, esperé unos minutos hasta que abrió, está sin camisa así que evité mirar.
— ¡Rubia!
Sonreí, — Yo... no quiero ir a mi casa y se que nos acabamos de conoc
— Mi casa es tuya. — dice interrumpiendome. — adelante.
Me sentía un tanto avergonzada por lo que estaba haciendo sobre entrar a la casa de un desconocido, podría matarme, rei — nah es más fácil que lo mate yo a él — no es lo que cuenta, pero el día parecía apenas empezar y y ya quería estrellarme con la motocicleta en alguna parte de Miami.
— Lindo. — dije viendo al rededor.
Me sonríe, — ¿Verdad que si? ¿Quieres algo de tomar? No sé preparar café pero
Lo interrumpo, — Soler, esta bien. — sonrei.
— Si no me dices tu nombre al menos dime de donde eres ¿No? — insistió cuando llegamos a la sala de estar.
Rei, — Italia.
— ¡Mamma mía! Anch'io vengo dalla bella Italia. — anunció sentándose en el sofá, — toma asiento.
Así lo hice, — ¿También vienes de Italia? Vaya que sorpresa...
Un silencio de formo.
—Disculpa que me entrometa en tú vida pero... ¿Por qué te fuiste? — hable de nuevo.
Frunce el ceño, — ¿Has oído hablar de los Mancuso?
Mierda.
— mmmh no, nunca los escuche. — menti de nuevo.
— Bueno, esas personas son amigos de mis padres y querían que me casara con alguien a fuerza.
Trage en seco, — ¿Con quién?
— No lo sé, la estaban buscando. — se encoge de hombros sacando un cigarrillo.
Era yo.
Quizá estaba equivoca o quizá el mundo era demasiado pequeño y corría a favor de que mi relación con Joel no fuera a parar a ningún sitio, era como si estuviera escrito en el destino sobre una hoja de papel y con tinta imborrable, si Marco era la persona con la que me querían obligar que casarme y me la había encontrado por accidente de un momento a otro cuando estamos en literalmente en Estados Unidos que no es para nada pequeño solo podía significar una cosa...
