Catra miraba desde uno de los balcones del palacio a las personas pasar, a los niños jugar e incluso a uno que otro adulto bailar.
No era un secreto para los demás reinos que la Horda era el más divertido, desde sus bailes tradicionales hasta sus shows de magia. Era como si los magicats tuvieran la necesidad de celebrar todo. Aunque hablando de tecnología tampoco se quedaban atrás, junto a Dryl eran los reinos más tecnológicos.
—Sabía que estarías aquí— la felina miro sobre su hombro.
Parada a unos metros de distancia estaba la Reina, su madre. Una magicat de melena rubia, piel un tanto amarillenta y ojos azules, tan azules como el mismo cielo en un día soleado.
—Quería pensar...— susurro.
La Reina caminó hasta estar a su lado, ambas mirando a los aldeanos pasar.
—No tienes que aceptar esa misión— aclaró —No es necesario cambiar de planeta para reparar tu corazón— opinó.
Catra la miro con una sonrisa ladeada, si bien entendía el punto de su madre e incluso lo apoyaba, ella no estaba huyendo de nada, mucho menos de alguien, simplemente estaba siguiendo sus sueños.
—Mamá, no tomare la misión solo para olvidarla— aseguró —Quiero conocer más planetas, ese ha sido mi sueño desde que papá me habló del universo— sonrío con melancolía.
Aún recordaba esas historias que su padre le contaba cada noche antes de dormir o cuando se desvelaban juntos solo para apreciar las estrellas. Como extrañaba esos días. Como extrañaba a su padre.
—Aparte quiero ayudar a los que han sufrido por las guerras— continuó—Quiero ser como papá— agregó.
La Reina Catalina sonrió, jamás se cansaría de ver a su pequeña querer ser como su esposo, un excelente capitán de la fuerza galáctica.
Catra podía solo tener 19 años pero era tan eficiente que había pasado en un año de ser cadete al puesto de capitán. Sus superiores solían decirle que tenía todo para ser una gran gobernante, sin embargo, ella aún no pensaba en ello todavía, faltaban muchos años para que su madre dejara el trono y estaba bien con eso. Ella aún quería disfrutar de su vida sin tener que estar atrapada entre las obligaciones de ser Reina.
—¿Cuánto tiempo estarás fuera?— pregunto la mayor.
La capitana suspiró, esa era la parte no tan alegre de la misión.
—Serán tres años pero podría extenderse si es necesario— murmuró.
Esa sería la exploración espacial más largar que Etheria tendría desde que iniciaron con los viajes espaciales dos décadas atrás.
La Reina sintió como su corazón se oprimía, no era como si su pequeña se fuese unos días al reino de junto, eran años a otro planeta o mejor dicho, planetas. Algo muy duro para ella.
—Es mucho tiempo...— suspiro.
Una madre jamás podría estar tan tranquila con tantos kilómetros de distancia. Si ya sufría bastante cada vez que la capitana viajaba un par de días al espacio o a los pueblos cercanos.
—Me mantendré en contacto todo el tiempo— garantizó —Contamos con una gran tecnología, te llamaré todas las noches si eso te hace sentir mejor— entrelazó sus manos.
Lo menos que deseaba Catra era que su madre se sintiera triste por su partida. Ella era la mujer más importante de su vida, no quería herirla.
—Con que lo hagas cada tres días está perfecto para mi— sonrió —Prométeme que te cuidarás, comerás sano, leerás un buen libro y encontrarás a alguien de quien enamorarte— pidió.
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Destinadas - Glitra
FanfictionUn amor tan puro como condenado. Ambas con recuerdos en común tan enterrados que se considerarán desconocidas, desconocidas destinadas a estar juntas a pesar de todo. Catra y Glimmer deberán superar el pasado, si quieren lograr vencer a Primero y su...