PRÓLOGO.

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Mis pies descalzos sentían el helado y crudo suelo de mármol bajo mío, mi respiración acelerada dejaba ver como mi pecho subía y bajaba con velocidad, mi vestido estaba completamente destrozado debido a todo por lo que escapé, pero en estos momentos nada de eso me importaba.

Ya que quería escucharlo de ella, que su voz quebrará mi corazón, que su rostro se quedará guardado para siempre en mi cabeza, que su sonrisa y dulzura se murieran en mi mente y que sus ojos verdes traspasen mi alma.

Quería maldita mente escucharlo de ella.

—Dímelo...— Mi voz se agudizó y quebró en las últimas sílabas.

Su cara contraída por la tristeza me golpeó fuerte el corazón, se veía claramente que no tenía ni siquiera las fuerzas para decirlo.

—¡Quiero oírlo de tu puta boca!— Mi garganta se desgarró por el grito, y un dolor punzante se adueñó de ella.

—No puedo...— Susurró bajo, desvió la vista hacía el gran ventanal que teníamos frente nosotras.

—Si no me lo dices me quedaré, me quedaré para amarte hasta el último de nuestros días, me quedaré para gritarles a todo el mundo de nuestro amor, me quedaré aún así si la gente me dice que estoy loca... Me quedaré para amarnos hasta la eternidad.— Su mirada volvió a encontrarse con la mía luego de soltar esas palabras, había un poco de esperanza en ella, un poco de esperanza que se desvaneció enseguida debido a algo que cruzó por su mente.

—No puedo hacerlo yo...— Su voz se contrajo. —No quiero decirlo...—

Fue ahí cuando me di cuenta que esto nunca tendría fin, así que me acerqué a ella, le agarré su rostro y junté mis labios con los de Kyra... Por última vez, nuestros labios tocaron una a la otra.

—Dilo... por favor...— Nos separamos lentamente.

Luego de tomar un largo suspiro su rostro se volvió serio, como la primera vez que la vi, su pecho se alzó un poco entrando en confianza y me sonrió solo unos segundos.

No te amo más Sasha.— Dijo alto, para que lo escuchara hasta el ser más pequeño que estuviera en esta sala.

Y tuve que aceptar que en mi mente todo el cuento de hadas que había creado de nosotras dos juntas se derrumbó frente mis ojos.

Y ya no había nada más entre nosotras, el amor que creí alguna vez indestructible fue destruido por la persona que menos pensaba que lo haría...

Por Kyra.

Y ya no hay nada más que nos una además de los hermosos y alegres momentos que compartimos juntas.

Ella era la bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora