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Laura Bozzo iba encaminada hacía la reunión ultra secreta de famosos, ella había sido una de las diez personas latinoamericanas invitadas a la noche de gala.

Ella no tenía expectativas de nada, ya que recientemente había tenido un rompimiento amoroso que le hizo estar en fuerte desasosiego por su destino...A su edad, y a su mala fama, las cosas no pintaban bien.

¿Qué era lo que fallaba?...¿Sería su carácter?, ¿Su mera personalidad?...¿O tal vez simplemente no estaba hecha para el amor?...Ella lo desconocía.

Estaba honestamente harta de intentar congeniar, de pelear con todas las personas que le rodeaban, ellos veían a un personaje rubio que soltaba un porcentaje discutible de barbaridades...pero no veían quién era su verdadero ser, una mujer frágil que quería que la entendieran, o tal vez sólo a alguien que estuviera a su lado en tiempos difíciles.

Sin embargo, Laura Bozzo decidió guardar su simpatía.

Esta noche tenía planeado mantenerse al margen con los hombres, estaba cansada de que todo terminara igual, así que no empezaría la misma historia, ni el mismo final.

Ella salió de su limusina blanca, viendo aquel edificio deslumbrante.

Orlando, Florida era un lugar singular, le gustaba tanto el ambiente que después de México, pudiera ser su lugar favorito.

El ambiente en aquella fiesta era de extremo lujo, las copas servidas por meseros viajaban rápidamente, la luz tenue del lugar le hacía complicado encontrarse con alguien conocido.

Laura Bozzo se sentó en la barra, compleja y sola.

Pidió una margarita, y con ciertos estragos de aquel rompimiento, bebió de ella, sintiéndose plenamente vacía.

-¿Puedo sentarme?

Escuchó una voz con acento particular, bastante caribeño.

-Si.- giró a ver a aquella mujer con melena castaña.

-Un whisky en las rocas...por favor.- escuchó su pedido al Bartender.

Removió su aceituna, pensando.

-¿Eres Laura...Laura Bozzo, cierto?

Ella le miró, asintiendo. Aquella mujer tenía una sonrisa pretenciosa, con ese destello que agradaba a plena vista.

-¿Ana María Polo, cierto?

-La misma.- respondió, cuando su bebida había llegado.- He escuchado cosas de ti.

-Supongo que no tan buenas.- tomó su margarita, acabando con todo el liquido.

-Sólo cosas, nada perjudicial.

-Me gusta que seas amable conmigo, pero sé qué cosas he hecho.- dijo, para luego pedirle otra de aquellas bebidas al bar.

-¿Qué cosas has hecho?- cuando ella pensó que la conversación había acabado, Ana Maria Polo insistió.

-Cosas malas, denigrantes, inmorales, casi inhumanas...- hizo un extremo contacto visual, intentando que supiera la persona que era.

Polo sólo sonrió ligeramente.

-Creo que todos aquí hemos hecho cosas así para estar en este lugar...¿No lo crees así?

Laura frunció débilmente el ceño.

-No...no lo creo así. Hay personas buenas, y hay personas malas.

-No todo es así...Aquella mujer de ahí.- señaló sigilosamente a una famosa actriz.- Se acuesta con ese de ahí para papeles estelares, mientras que ese de ahí.- esta vez señaló a un señor de la tercera edad.- Tiene ocho demandas por acoso sexual.

-¿Qué?...¿Estás loca?, ¿Por qué no está en la cárcel?

La doctora Polo bebió de su Whisky.

-Ninguna procedió.

Laura frunció el ceño, cuando su segunda bebida llegó a la barra.

-Salud.- Ana Maria Polo alzó su bebida.

-Soy horrible. Soy igual que él.- tomó un suspiro, quitándole aquella aceituna a su segunda margarita.- Soy odiada en México, aborrecida por mi propio país...¿Y sabes qué?- cuándo giro a verla, ella tenía su mirada clavada en ella.- Tienen toda la razón en hacerlo.

-No te conocen, Laura.- respondió Polo.- Quien odia sin conocer no odia realmente a tu persona...sólo a una de tus palabras.

Laura Bozzo se quedó en silencio, asimilando aquellas sabías pero tontas palabras para ella.

-No importaría...la gente sólo quiere ver lo que quiere ver.- negó débilmente.- Tú eres conocida y aclamada, tienes una vida buena...la gente te aprecia.

-Ese es mi personaje...No conocen a Ana Maria Polo, simplemente a la doctora...También he hecho cosas malas.

-¿Cómo qué?- cuestionó Laura, ingenua de sus palabras.

-Mi programa es una farsa, Bozzo...todos lo saben, sólo vendo historias y juego a la jueza todos los días, tú has hecho lo mismo.

-Es mi trabajo.- farfulló ella, un tanto amarga.

-Claro que sí...No te sientas mal por eso.- colocó su mano en la mesa del bar.

Laura la miraba.

-Eso no cambiaría como me hacen sentir.

-Esta bien.- respondió Polo.- Empieza a cambiar por ti misma entonces.

-Tal vez ser una mala persona es lo único que hay en mi...- susurró.

-Confío en ti, y confío en que no es así.- su mirada penetrante le observaba.

-Eres amable.- respondió ella, sin ninguna emoción en particular.

Polo sonrió, sacando de su de bolso blanco una tarjeta.

-Cuando confíes en ti puedes llamarme.

Laura miró a aquella carta, viendo después como Ana Maria Polo se retiraba de su lado.

Ella, con un pesado suspiro pidió su tercera ronda de margaritas.

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⏰ Última actualización: May 29, 2021 ⏰

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Laura Bozzo x Doctora Polo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora