El amor por si sólo puede ser un tanto complicado pero al mismo tiempo la mejor sensación y sentir de toda tu vida ¿Pero que pasa si combinamos el amor con destinó? nos daría cómo resultado: El hilo rojo. Dicen que aquellos que están conectados a través del hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas para siempre, en todas y cada una de sus reencarnaciones. El hilo rojo invisible que conecta aquellas personas que están destinas a encontrarse a través del tiempo, el lugar y las circunstancias. Esté hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse pero NUNCA romperse.
Esté es el casó de Marceline y Bonnibel, ambas son tan opuestas por un lado todos dirían que Marceline Abadeer es la típica chica rebelde amante del rock, bromista, buena con los instrumentos sobretodo el bajo y conocida más por sus actos impulsivos o irracionales pero de buen corazón conocida mayormente cómo la reina vampiro (Ya qué su apariencia es cómo la de un vampiro).
Por otro lado Bonnibel Bubblegum es más conocida por ser educada, con buenos modales, perfeccionista, inteligente (de hecho muy inteligente), racional, amante de la ciencia y los libros además de ser conocida cómo la dulce princesa.
Una es tan fría y la otra tan cálida, a una le gusta la luna y la otra el sol, una tiene ADN de humano y demonio al mismo tiempo y la otra es una princesa de elemento de dulce.Aquí es dónde empieza su historia...
Aquella chica pálida y pelinegra llegaba a su nuevo hogar: una cueva dentro de ella construyo su nueva casa luego de años buscando un hogar al fin lo encontró, está cueva se sitúa cercas del dulce reino. ~Al fin podré descansar~Pensó aquella chica yéndose a dormir a su nueva cama, luego de taparse con la cobija, se acomodó en la cama y cerrar sus ojos su menté comenzó a divagar un poco, le tomó aproximadamente 10 minutos quedarse completamente dormida.
¿Dónde estoy? -murmuró la pelinegra viendo un poco alrededor se dió cuenta que se encontraba debajo de un árbol con mucho pasto alrededor, el viento soplaba algo fuerte y el potente sol a su máximo esplendor.
Te estaba esperando Marceline -contestó una persona que la pelinegra no se había dado cuenta estaba al lado de ella, Marceline la observó un momento es una chica más bajita de piel rosada, cabello un tono aún rosa más oscuro y ojos color azul zafiro ~Simplemente hermosos~ fue lo que pensó marceline al perderse en aquellos ojos azules que la observaban con una bonita sonrisa.
Marceline tienes que encontrarme, estoy esperando a que me encuentres. He estado esperándote todo esté tiempo -habló nuevamente la pelirosa haciendo que Marceline se sobresaltará sorprendida ante las palabras de aquella chica rosa. Marceline Abadeer podría jurar que jamás en su vida había visto o conocido a una chica con aquellas características igual a las de esa chica que se encontraba a su lado pero algo en su interior le decía que tenía que encontrarla a cómo diera lugar hasta por debajo de las piedras por si fuera necesario, sonará raro pero la pelinegra siente algo por aquella chica. ¿Le gusta? la respuesta es si.
He estado buscándote en todas partes, todo este tiempo que he estado viajando he estado buscándote pero sin exito -contestó finalmente la pelinegra, por esa razón Marceline no se había quedado en un sólo lugar, en parte ese viaje era para buscar a aquella misteriosa pero hermosa chica rosa.
No te des por vencida -dijo la pelirosa mientras abrazaba el brazo de la pelinegra. Estoy segura de que pronto nos encontraremos -continuó hablando la pelirosa, le sonrió a Marceline la cual le devolvió la sonrisa.
Dime cómo te llamas por favor -Marceline le suplicó a aquella chica mientras ambas se veía fijamente.
Mi nombre es...¡Mierda! -gritó Marceline muy molesta al despertar, desde hace 3 años aproximadamente había estado soñando con aquella chica rosada y desde el primer sueño que tuvo con ella comenzó a buscarla por todos lados pero sin exito.
El sueño siempre es el mismo ellas debajo de un árbol mientras esa chica le pide que la busqué y que está esperándola, Marceline trata siempre de preguntarle su nombre pero siempre se despierta cuándo está chica está a punto de decírselo, eso la frustra aún más. ~¿Esa chica será real? ¿O todo es producto de mi imaginación? Si eres real ¿Algún día podré encontrate?~ Se preguntaba a ella misma mientras trataba de buscar alguna explicación lógica a sus sueños. Aquella chica rebelde salió de su cama, buscó entre sus pertenencias una bata de laboratorio cuando hayo está prenda le dió una olida descarada. ~Huele a fresas, simplemente delicioso~
¿Porqué Marceline tiene aquella bata de laboratorio siendo que está no es para nada fanática de la ciencia? De hecho considera la ciencia un tanto aburrido pero la respuesta es simple ni siquiera ella sabe porqué tiene esa prenda, simplemente la encontró entre sus pertenencias pero el olor de está prenda la calma por eso cada vez que se levanta luego de soñar con aquella chica toma entre sus manos la prenda y la huele, según Marceline le da esperanzas y fuerzas para encontrar a esta chica que la a estado llamando desde hace 3 años en sus sueños.Una vez que terminó de desayunar y arreglar un poco su nueva casa, en la tarde Marceline salió un rato a pasear por ahí mientras trataba de no pensar en aquella chica. La chica rebelde se encontró a un joven humano juntó a un perro amarillo mágico que jugaban tontamente entre ellos, la pelinegra sonrió malévolamente mientras que su menté le sugirió que les haga una pequeña e inocente broma a ambos y así lo hizo: Se puso detrás de ellos cuidadosamente sin que se dieran cuenta, tocó los hombros de ambos y luego les dijo: Buuu. Tanto el humano cómo el perro soltaron un gritó muy agudo mientras la chica rebelde se reía a carcajadas de ellos.
¡¿Pero qué es lo que te pasa? casi morimos de un susto! -reclamó el joven humano a Marceline mientras está seguía riendo sin parar. Oh Vamos fue divertido, debieron de ver sus rostros y el gritó que dieron -respondió Marceline entre risas.
Vamonos de aquí mejor hermanito, está es capaz de matarnos o es capaz de chupar nuestras almas -habló el perro mágico un poco asustado hacía el joven humano. No señor, nosotros no nos iremos de aquí -dijo el joven humano un tanto molesto. Me agradan chicos me llamó Marceline Abadeer -les lanzo una sonrisa amistosa a aquellos chicos.
Finn Murtons -respondió el humano. Jake -dijo el perro magico.
Aquella tarde la pasaron haciendo juegos y bromas entré ellos, a Finn le agradó mucho Marceline puesto que está es divertida, bromista, le encantan las luchas y hacer cosas extremas por otro lado Jake le tenía un poco de miedo pero aún así le dió la oportunidad de conocerse y poder ser amigos. Al pasar los días ambos chicos le mostraron su casa del arbol y Marceline los llevo a su cueva también, se hicieron amigos rápidamente de hecho Marceline ya los consideraba como sus hermanos menores.
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𝓗𝓲𝓵𝓸 𝓡𝓸𝓳𝓸❣️〖𝐵𝑢𝑏𝑏𝑙𝑖𝑛𝑒〗
Fanfiction-Mɪɴɪ Hɪsᴛᴏʀɪᴀ- El hilo rojo se encargará de unir a las personas qué están destinadas a estar juntas: Bonnibel & Marceline. Su amor podrá superar todo.