Lo más cliché que una pareja podía hacer se iba a cumplir. Allí estaban los jóvenes esperando en una larga fila. El odioso ruido a gritos, olor a vómito y ser los nosecuantos en la fila les animaban.
Esta claro que ellos querían subirse en " El estrangulador de columnas", una de las atracciones más divertidas de aquella feria. Keith estaba moviendo ligeramente las manos, ellas solo reía al ver al menor con tal humor.
— No sabía que te gustará las montañas rusas. — El chico le miró con cara de circunstancia.
— ¡Y a quién no! Es como penetrar sólo que el suegro me quiera matar por cogerte de la mano.
Extraña analogía, pero la joven igualmente estaba orgullosa. Todo esto fue idea suya, no por nada cargo al joven durmiente, le vistió, se lo llevó volando cual secuestradora, esquivo gorriones en el proceso y lo planto en ese parque de atracciones.
El chico le gustaba el lugar, ni cuestionarse.
— Oh mira... ¡Nos tocas! En nada estarás aferrada a mí amor.
Señaló el de pelo cian al ver al público avanzar, la meta estaba próxima. Pero allí estaba el verdadero rival y aferrimo enemigo del joven.
— No otra vez... — Dijo mosqueado al ver una parcarta, está tenga el dibujo horrendo de la mascota del parque con una muletilla. — Me tienen que estar jodiendo tu padre desde las sombras seguro... Como me digas de ir a las tazas locas le arrancó el pescuezo.
La parcarta aclaraba la estatura. Se necesitaba tener un mínimo de 1.70 centímetros para entrar a la atracción, el le faltaba demasiado para llegar a eso. Estaba de dramático si no fuera porque la chica se le vino algo.
— Ponte mis tacones ahora que el recepcionista no mira.
— Amor, eres un genio.
Cambio rápido, el Boyfriend estaba lo suficientemente desesperado como para dejar su orgullo masculino. Esta igualmente divo con los tacones de 10 cm color carmesí.
El encargado miraba la pareja ahora, miraba su referencia para luego dejar pasar. Pasaron la prueba, la feliz pareja estaban bien por el momento, sería así si no fuera porque los asiento no eran de dos, eran de cuatro. Sus compañeros de viaje intimidaba al menor, no por que fuera alto, no, el hombre nada más sentarse ya presionaba al pobre chico a su pareja, era una sardina ahí.
Girlfriend quiso proponer algo así su pareja pero ya le estaban bajando las barras, estaban asegurados para no poder escapar.
— Esto no es nada amor, no creo que 5 centímetros marque la diferencia. — La joven se reía, le dió un suave beso en la frente.
La maquinaria empezó a moverse, hasta el crugir de las vías se podía apreciar. Empezó con un camino recto y ascendente.
— Sabes, ya que estoy aquí, quisiera preguntarte algo Boyfriend — El chico asintió un poco la cabeza — ¿Por qué estás siempre tan alegre?
— Vaya pregunta, yo sólo necesito pocas cosas — Levantó la mano para empezar a contar con los dedos — Dormir, comer, que me quieran y lo más importante... — Ahora sus dedos apuntaban a ella. Eso hizo sonrojar un poco a la chica.
Un largo awwww, se podía escuchar, aquel señor gordo miraba con cierto asco la no tan disimuladas muestras de amor. Pero Dios le escucho en ese momento, empezaron a bajar cual un tren bala, un descenso que hicieron que los tres gritaran.
La gente se quejaba de que las carreteras de los pueblos tenían curvas, pero esto ya era otro nivel, era una pista de Fórmula uno.
Los novios estaban realmente cómodos, el señor de al lado no tanto. Tenía hasta mala cara.
Llegaron la zona espiral, el pobre rapero ya está comprimido, empezó a entender porque el nombre de la atracción.
— ¿Estas bien? — La chica miraba de reojo a su pareja rojo a no más poder, a nadie engañaba que eso no era tan malo, no podía hacer otras cosa que asentir.
La chica se estaba hincando parte de la estructura por el peso de ambos. Boyfriend también se preocupaba, trataba ir al contrario pero era complicado por el señor, este no colaboraba.
— Tío vamos, muévete que estamos haciendo pedazos a ella. — El enano trato de negociar, pero no parecía haber efecto.
— Yo que culpa tengo — Se le veía bastante mareado.
Se pusieron a discutir ambos a pesar que era un remolino de emociones en aquella atracción. La chica solo suspiro un poco viendo las vistas borrosas del mundo.
Boyfriend se le ocurrió algo para acabar esto de una vez. ¿Como mover a un gordo que no apoya el amor? Lo normal, quedarse callado un momento para empezar a dar gemidos en el momento que le volvió a comprimir.
Ipsofacto el contrario trato de agarrarse a las barras. La chica dio un codazo a su pareja.
La recta final, pidieron disfrutar el momento con plenitud, no más cosas por ir al lado contrario, se estaba algo cómodos.
Muchas vueltas, mucha gente cagada salvo ellos. Nada podía estropear el momento.
Bueno si, el hombre no pudo y acabo vomitando. El joven estaba que se iba cagar en sus muertos, ni la bolsa del hombre le salvó de tener eso en los pantalones. Igual, estaba ella para que no acabará arrestado.
— Amor... Recuérdame para la próxima no subir a una montaña rusa. — Inflo algo los mofletes para ser recompensado por un ligero abrazo de su chica.
— Esta bien amor, ¿Quieres ir a las tacitas? — Le susurró algo que le fue suficiente para llevarla a rastras.
— Beep
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Adicto a ella
FanfictionLa increíble pero raras historias sobre una demonia culona y el imbécil de su novio.