Seguí a Dana hasta mi habitación. Abrió la puerta e hizo un gesto para que entrara.
Para mi sorpresa, todas mis pertenencias estaban colocadas ordenadamente encima de la cama, y debajo de esta había dos grandes maletas.
Coloqué las cosas en silencio y encontré objetos de los apenas me acordaba.
Al finalizar, Dana todavía seguía en el marco de la puerta esperándome, estaba saliendo cuando me entregó mi teléfono móvil.
Solo nos dejaban usarlo en vacaciones, fiestas, y raramente algún fin de semana. Todas lo utilizaban para llamar a casa, pero yo no estaba interesada en eso. Detestaba a todos mis parientes por igual.
Normalmente, llamaba a una amiga que había conocido antes de ingresar ahí, Alison.
Incluso podía visitarla a veces con supervisión de guardias. Era, probablemente y fuera del Centro, mi única amiga. También ella venía a verme los días de visita o de celebración, en los que mis compañeras solían irse a su hogar a pasar las fiestas.
En Navidad, Alison me visitaba todas las mañanas del día de Acción de Gracias, antes de irse a casa con su familia. Recibí un regalo en esas fechas hace un par de años, era una especie de piedra azul que supuestamente daba suerte. Siempre supuse que había sido Alison, pero ella lo negó, así que nunca supe quien me la envió.Mantuve una pequeña conversación con Dana, y me sorprendía siempre lo amable que era ésta mujer. Nunca podría agradecerle suficiente lo que me había protegido.
Al llegar a las puertas, sinceramente esperaba que algún familiar estuviese fuera para llevarme a casa, aunque mi contestación hubiera sido:
-No voy a ir a casa contigo, te odio a muerte desde que tengo memoria, y sinceramente, puedes irte al infierno.
Pero no, cuando salí lo único que recibí fue una fuerte brisa y un "Buena suerte" de Dana.
Vida nueva, pensé.
Algo dentro de mi estaba aflorando... ¿ilusión?
Una sonrisa alumbró mi rostro y desbloqueé mi teléfono para llamar a mi única amiga.
ESTÁS LEYENDO
FILMS {Harry Styles, a.u}
Fanfic"-Harry, ¿qué es esto? -pregunté abriendo el cajón de su mesilla, que se encontraba lleno de discos en cajas, lo que parecían ser películas. -¿El qué, amor? -dijo entrando en la habitación sin mirarme. -Cuantas películas tienes aquí... -dije y abrí...