☆ De regreso a casa

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Se removió en las suaves sábanas, tomándose un momento para disfrutar de éstas, teniendo los ojos cerrados busco con la mano el cuerpo de su acompañante, sólo para encontrarse sentir la extensión de la cama en donde dormía viéndose obligado en abr...

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Se removió en las suaves sábanas, tomándose un momento para disfrutar de éstas, teniendo los ojos cerrados busco con la mano el cuerpo de su acompañante, sólo para encontrarse sentir la extensión de la cama en donde dormía viéndose obligado en abrir sus ojos para buscarlo.

Abrió el par de ojos azules y se encontró solo en la pieza, trato de sentarse, pero un dolor agudo lo invadió, enviándolo de nueva manera a recostarse y permanecer ahí en lo que el dolor se iba. La puerta del baño se abrió dejando pasar a cierto moreno, con sólo una toalla cubriéndole la cintura.

- Buenos días, cariño - saludó con cariño acercándose a donde estaba aún su pareja para sentarse en el borde de la cama y depositar un casto beso en sus labios

- Bonjour mon amour - sonrió

- ¿Cómo dormiste? - paso su mano por aquellas hebras platinadas que se encontraban totalmente despeinadas

- Cuando estoy contigo duermo más que bien - contesto en casi un ronroneo - Que tramposo, te levantaste primero y hasta te diste una ducha - expresó con un enojo similar al de un niño

- ¿Tiene algo de malo? -

- Quería bañarme contigo - y con una de sus manos empezó a ir por su pierna hasta llegar con el borde de la toalla, como si quisiera llegas más allá; mirándolo de manera coqueta - pero como tú ya te bañaste, creo que tendré que hacerlo yo sólo - retirando su mano al instante, tratando de levantarse de la cama.

Nuevamente Polnareff lograba seducir al egipcio con solo pequeñas acciones, le encantaba provocarlo.

- Quien dijo que no puedo bañarme de nuevo - no pensaba desperdiciar aquella propuesta, después de todo no siempre tenía tiempo para disfrutar de ciertos placeres.

- Esta bien, pero cárgame - extendió sus brazos para así pasarlos por el cuello del egipcio y este lo cargará estilo princesa - Ni creas que voy a caminar después de lo que me hiciste ayer -

- Si lo se lo sé, recuerdo que empezaste a gemir en francés - se burló discretamente a lo que el otro sólo se sonrojo - Que romántico -

- ¡Avdol! - reclamo con pena, encerrándose los dos en el cuarto de baño. Tal vez ese baño tardaría más de lo común.

Por otro lado, también empezaban a despertar los demás integrantes del grupo Joestar, empezando por los dos jóvenes enamorados, a pesar de haber dormido hasta tarde lograron despertar a una buena hora.

El primero fue el pelirrojo, amaneciendo con la garganta reseca y con un poco de dolor de cabeza, era la resaca quien lo atormentaba. Aquellos molestares no dudaron mucho cuando se percató de que cierto carnívoro dormía plácidamente a lado suyo, se encontraba boca abajo y las sábanas le cubrían hasta la mitad del torso; dejando ver los músculos de su espalda.

Podía recordar un poco de lo que había sucedido la noche anterior, por una parte, se sentía avergonzado de la actitud caprichosa que había tenido en un principio pero al igual, las palabras de Jotaro seguían resonando en su cabeza, enterneciéndolo por el gran cuidado y preocupación tuvo por él.

~Mundos Distintos Mismo Sentimiento~ [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora