Capítulo 14

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De camino a Finderglan

--¿y bien?-- pregunta alzando una ceja

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--¿y bien?-- pregunta alzando una ceja.

Ante mi falta de confianza solo muevo mis dedos sintiendo como su mirada se clava en mi.

--El permiso se lo dejé en su escritorio y se que es algo difícil ya que usted prometió ayudarme, sin embargo este también es un gran cambio para mi, le prometo que esa no será una escusa para dejar la danza, en realidad lo haré mucho mejor.-- le pido inclinándome ligeramente para suplicar su aprobación.

--Esta bien Monserrat, jamás tuve ningún problema contigo asi que confiaré en ti, de cualquier forma la obra podría resultar un éxito-- suelta llamando mi atención, al instante levanto la cabeza para mirarla a los ojos.

--¿Es enserio?-- pregunto sorprendida de sus palabras.

--Tu idea es buena así que este fin de mes comenzaré las clases, si no tengo respuesta de ti, le advierto que estará fuera de esto y cancelaré su propuesta-- finaliza mirando la hoja que deje en su escritorio.

--Gracias, le prometo que no se defraudará de mi-- sin más que decir salgo de ahí para encontrar a mi novio recargado de la pared con las manos en los bolsillos. Sus ojos se iluminan apenas me ven salir.

--¿y? ¿que te dijo?--

--Estas viendo a la próxima escritora encargada de la obra de fin de año--

Sin siquiera esperar su respuesta salto a sus brazos llena de alegría, no quería perder mis clases y mucho menos decepcionar a mi padre así que saber que aún puedo estudiar y salvar a mi amigo me da felicidad.

--¡Eso es genial Monse! Yo se que lo harás genial-- pasamos los pasillos y apenas veo mi casillero me dirijo a el para sacar mis libros y poder estudiar mientras estoy en el mundo de Agus.

En camino encuentro varios libros que se volvieron mis favoritos, uno de ellos fue la trágica novela de Shakespeare de Romeo y Julieta.

--¿Como te fue con tu Nana?-- me pregunta de nuevo sujetando mi mochila mientras yo saco mis cosas.

--Resultó mejor de lo que parece, me extrañó tanto como yo a ella que literal me costó mucho separarnos para venir aquí--

--Si te creo-- se cuelga mi mochila y yo cruzo la esquina dirigiéndome a la cafetería.

Es fin de semana y no hay alumnos, sin embargo si hay maestros y esa es la única razón para que los cocineros de mi escuela hagan acto de presencia.

--Me das un zumo de naranja por favor-- pido pasando a la barra para pagar.

--claro-- asiente un chico de ojos azules y cabellos rizados.

Es lindo.

--Yo pago amor-- me dice Alonso pasando su tarjeta la cual niego.

--Ya tengo suficiente con eso de que paguen mi comida, prefiero pagarla yo misma-- finalizo pagando mi zumo y su bebida de Alonso.

¿Es Una Promesa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora