Alba:
Cada vez que te veo, siento que voy a reventar. Tengo que morderme la lengua constantemente para no decir nada de lo que me pueda arrepentir, que no es que no quiera hacerlo, es que no sé cómo.
No sé cómo reaccionarás cuando comprendas que el brillo que se asienta en mis ojos cuando te veo no es debido a las luces nocturnas de las calles de Madrid. No sé qué me dirás cuando comprendas el sujeto de amor a quien le escribo mis canciones. Me da miedo pensar en cuál será tu respuesta cuando sepas que sonrío al ver nuestros cepillos de dientes juntos y que siempre te doy el café que mejor me quedó.
¿Comprenderás? Eso espero yo, y me tiemblan las manos de querer empezar. En este momento, mi corazón pesa tanto como tus besos de buenas noches, eternos y cuidadosos, aplastando mi flequillo, calentando la piel de mi frente.
Rebusco y reordeno las palabras en mi mente porque quiero que seas capaz de saber cómo se me descompaginan los pensamientos cuando tu risa rebota por cada esquina de mi pecho. Necesito empezar a decírtelo.
Me maravillas. Cada vez que veo tu rostro, observo sobre tus mejillas y tu nariz un millar de constelaciones de pecas que simulan ser pintura salpicada, y sonríes.
Sonríes y entonces veo un regalo a la vida, tus labios, rosados y tiernos, curvados en algo que solo compite en ternura con la ranura de tus ojos, que sueltan pequeños destellos en un verde fresco y vivo.
Ríes y en tu garganta vibra la emoción de un sentimiento mutuo, como un ronroneo dulce y adorable.
Respiras, y el aire que sale de tu cuerpo, choca con mi cuerpo, adornando nuestro abrazo eterno. Te acaricio la cara y la piel se te eriza.
Sientes, y siento como sientes, siento tu corazón en tu pecho contra el mío, y entre nuestros pechos hay calor, hay cariño, hay más. Ambas lo sabemos, ¿verdad?
Hablo, y me haces callar para observarme, y observo que me observas como te observo, y eso me llena el alma de felicidad, porque quiere decir que ves en mi las mismas maravillas que yo veo en ti.
Te toco los brazos, despacio, pidiendo permiso centímetro a centímetro, y cerca de tus manos las hallo. Infinitas líneas en tu piel, similares a las mías, pero con un dolor abismalmente distinto. No quiero curarte, porque no sabría cómo. Pero déjame acompañarte.
Tu cuerpo se encoge bajo el mío, y comprendo tu pena, por eso te beso la frente. Ten calma, te entiendo, lo juro.
Frente con frente, tus pestañas me hacen cosquillas en los párpados y tus labios se pegan a los míos. Amigas, siempre amigas. Nos acoplamos, silenciosas, escondidas, felices. Aunque a veces me duele.
Dejas mis manos continuar y me hallo con reflejos del agua sobre tu piel, justo encima de tus muslos, justo iguales que las mías. Te sonrío, me sonríes, las amamos. ¿Lo comprendes? Yo te amo.
Me siento bien en tus brazos, en tu cuerpo, en tu vida. Me siento bien haciéndote sentir bien, dándote amor y recibiéndolo.
Me siento bien en tus esperanzas, aunque mi corazón esté anclado a un imposible, haces que lata con fuerza, haces que lata por ti.
Me siento bien en tus besos dispersos por mi piel, en mis dedos pintando universos en tu espalda, tus ojos plantando ilusiones en pecho, y yo hallando magia en ellos, escabulléndome en tu alma, siempre tuya, nunca sola.
Me gusta el camino de tus piernas, el roce de tus manos, el calor de tu vientre contra el mío. Me gusta tu piel, tu cabello cambiante, el peculiar perfume de tu cuello y el sabor a menta de tu boca.
Me gusta que guardemos el secreto de la intimidad, pero que demostremos al mundo el amor. Sé que sabes que es amor.
Me gustas inestable, graciosa, dura, fría. Me gusta que te derritas conmigo y te vuelvas una cría, que sólo ríe y disfruta, que demuestra y es feliz.
Me gustas cuando estamos, me gustas cuando somos. Me gustas porque me sientes, me gustas porque nos sentimos, y sabemos con solo mirarnos todo lo que queremos.
Me gusta tu libertad, me gustan tus alas, tus ideas, tus superaciones. Me gustan tus capacidades, tus metas, tus deseos, tus errores y tus aciertos.
Me gustas porque te gusta hasta mi silencio, me gustas porque me gusta callarme contigo, porque no estoy vacía, porque me ayudas con los remos y nos vamos juntas porque qué más da.
Me gusta que me cuides, que nos cuidemos, nos protejamos, me gusta que nos cuiden, que nos vean con ojos de bien, porque al amor yo te lo entrego.
Me gustas porque eres tú misma conmigo, te abres, te ablandas, y eso me desarma. Me gustas porque me desarmas.
Me gustas, y sé que no hace falta que te lo digas, lo notas, estoy segura. Pero necesito hacerlo.
¿Te gusto?, no hace falta que me lo digas. Pero confirmamelo, por favor.
Nat.
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One Shots - {ALBALIA}
FanfictionColección de One Shots Albalia que alguna vez escribí, pero que no llegué a desarrollar como historias completas.