❝ xv ❞

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La voz de Hoseok rompió el silencio de la biblioteca.

Estaba allí para estudiar con Hyunwoo, pero no había ni rastro de él así que me puse a repasar sobre mis materias. O eso intentaba hasta que Hoseok vino a irrumpir la armonía que reinaba en mi alma, el sol empezaba a salir en las costas y las nubes se dispersaron. Lee vino como un huracán, un intruso que perturbaba el equilibrio natural de mis emociones.

Al final, yo no era más que su más fiel seguidora, que lo esperaba y lo idolatraba como al agua que bebía. Y con una sonrisa los sentimientos negativos se esfumaron, mas quedó esa espinita, muy chiquita pero llena de veneno, clavada en mi corazón que me recordaba la horrible realidad. No había lugar para mí en el brillo de sus ojos, probablemente nunca lo habría.

—Haha —me llamó con esa voz dulce y grave a la vez, tan cariñoso, tan encantador.

¿Por qué me sentía tan mal cuando mi amigo me llamaba por mi apodo? ¿Qué era esa sensación de decepción? Como si él me debiera algo. Si a Hoseok no le gustaba, si yo me callaba todo lo que sentía y hacía, ¿tenía acaso derecho de reclamarle por cosas fuera de su conocimiento?

—Hola.

—¿Estás enojada conmigo? —formó un puchero con los labios, haciéndose el lindo para que me riera.

Apenas y pude hacerlo.

—Para nada.

—Sí lo estás —suspiró—. ¿Por qué?

—No estoy enojada —sonreí, ¿cómo le decía que en realidad estaba triste?—. Sólo estoy estresada por los exámenes, es todo.

—Yo también lo estoy —su pluma dibujó caritas felices sobre mi libro—. Luego tenemos una competencia pronto y Hyunwoo nunca se aparece a las prácticas. El entrenador lo castigó hoy.

—¿Qué?

Hoseok asintió, en sus facciones se podía ver reflejada la pena que sentía por su amigo.

—Lo tiene haciendo ejercicios básicos desde la mañana.

—Por eso no ha llegado —murmuré, Lee me dio la razón.

La idea de ser yo la causa de la inasistencia de Hyunwoo se implantó en mi mente cual sanguijuela. Los últimos días habíamos pasado bastante tiempo juntos, incluso después de estudiar salíamos a comer algo dulce. Descubrimos que a ambos nos encantaban los postres y todo aquello que contuviera niveles peligrosos de azúcar.

—No te preocupes —dijo Hoseok—. Tampoco parecía importarle —se encogió de hombros, restándole importancia—. De hecho me alegra que esté saliendo más, aunque no quiere decirme con quién —hizo una pausa mientras sonreía divertido—. Seguro que tiene novia.

Me abstuve de responder, era mejor si no decía nada. Si estaba sacando tales conclusiones, entonces no sería conveniente que le revelara que, de hecho, era yo con quien Hyunwoo había estado saliendo. 

—¿Tienes hambre? ¿quieres ir a comprar gomitas? —cambió de tema, en mi libro ya no había lugar para que él siguiera haciendo garabatos.

—Claro.

La alegría volvió a mí, quería ignorar a la realidad por un ratito. Pasar una tarde junto a él, para poder quererlo a escondidas, guardar mis sentimientos para que sólo yo los supiera y así él no se sentiría incómodo en mi presencia. 

Rápidamente recogí mis cosas, el estudio podía esperar, pues mi prioridad era Hoseok y todo lo que tuviese que ver con él. Tenía la esperanza de que él se daría cuenta tarde o temprano. Un día miraría atrás y todo lo que vería sería a mí, a su lado a pesar de todo, no era una vida tan mala cuando se amaba sin ser correspondido. Era una cuestión de paciencia.

Así construía mis esperanzas, sobre bloques inestables y frágiles que se caían a pedazos cada tanto. Y la llamada que Hoseok recibió cuando salíamos de la biblioteca terminó por derribar un bloque, la estructura de mi esperanza se meció, tambaleante. Mas se mantuvo en su lugar.

Era la voz de una mujer, eso fue lo que pude escuchar y la sonrisa de enamorado que se le pintó en el rostro me lo confirmó. Ella le dijo algo y su semblante cambió, me volteó a ver, como avergonzado y no tuve que escuchar más para saber lo que seguía.

—Lo siento, tengo que ir a hacer algo.

—Tranquilo, está bien.

Le sonreí, mintiéndole a él y mintiéndome a mí. 

La estaba prefiriendo a ella, claro que no estaba bien. Me devolví a la biblioteca, al menos ahí nadie vería las costas de mi alma que empezaban a desbordarse por mis ojos.

Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora