Cap 12

1.1K 106 12
                                    

El menor cuido a su Phi los tres días que duró el celo. Además Gulf se encargó de dejar marcas en todo el pecho del mayor, Mew no podría tomarse fotos con el torso desnudo por un tiempo. Durante el sexo varias veces el mayor sintió como Gulf empezaba a lamer su cuello, pero el menor no lo marco, Mew no quería pensar demasiado las cosas. Al principio se había desanimado un poco pensando que aunque el menor sintiera atracción sexual por él, tal vez Gulf no quería llevarlo a algo más serio; pero luego Gulf lo trataba con tanto cariño, lo mimaba, le daba de comer en la boca y braza mientras estaban en la cama; por ello decidió disfrutar lo que sea que él y el menor tenían, el tiempo que durara.

Cuando la mañana del cuarto día llego Mew sintió algo de tristeza, su celo se había acabado, el menor que aún estaba junto a él totalmente dormido se iría, ya no lo abrazaría en las noches, ya no le llenaría el rostro de pequeños besos luego de haberlo dejado satisfecho, ese día se despertó un poco más tarde que los días previos, ya eran las 9 del día. Gulf tenía que despertarse también, el menor tenía una sesión de fotos luego del medio día, así que debía ir a su apartamento para cambiarse.

Mew se levantó intentando no despertar al menor, pero fracasó.

- A dónde vas - pregunto el menor pegándose más al cuero que intentaba levantarse.

- Me bañare primero - Mew no sabía cómo comportarse con Gulf ahora que el celo había terminado - duerme un poco más, ¿Tienes una sesión de fotos, verdad?; Te prestare ropa para que te bañes después y tengas tiempo de ir a tu departamento por tu ropa.

El mayor no dio le dio tiempo a Gulf de despertarse bien antes de salir corriendo y encerrarse en el baño. Gulf no lo pensó demasiado, abrazo la almohada del mayor dispuesto a dormir cinco minutos más.

Cuando ambos estuvieron listos bajaron juntos, Gulf estaba dispuesto a llamar un taxi para irse pero la madre de Mew tenía otra idea.

- Hijo, ven a desayunar – le dijo la madre de Mew a Gulf cuando lo vio parado detrás de su hijo.

- Madre....llamaré un taxi para ir a mi departamento.... tengo trabajo hoy - dijo Gulf rápidamente luego de ver que en la sala estaban sentados el señor Jongcheveevat y Jom; ambos parecían estar concentrados en la televisión, pero Gulf sabía que la atención de ambos alfas estaba en la conversación de la cocina.

- Tu madre llamo, dijo que pasaría por ti en una hora.... Además que ya fue por las cosas que necesitas a tu departamento

Gulf no tenía ningún apuro en marcharse, claro que tampoco quería una charla sobre lo que había pasado en la habitación esos tres días; además de todo Mew estaba muy callado desde que había despertado.

- Siendo así, muchas gracias – contesto Gulf luego de dar una pequeña reverencia y empezar a caminar hacia la mesa, noto que la televisión fue apagada.

Mew solo había hecho una pequeña reverencia como modo de saludo, estaba tan nervioso que no quería hablar, y cuando noto como su padre y hermana se sentaban uno a cada lado de su Nong su voz se secó por completo. Había mucho silencio en la mesa una vez Gulf y Mew empezaron a desayunar, los otros tres ya lo habían hecho así que se limitaron a observarlos, incluso Chopper estaba sentado junto a la mesa en silencio.

Gulf no era alguien que iniciara conversaciones, y podía distraerse fácilmente con la comida, pero noto que sus cubiertos eran los únicos que se escuchaban, levanto la mirada ya que Mew se había sentado justo frente a él. Vio como que el mayor solo removía la comida pero no estaba ingiriendo ningún alimento. Por otra parte Mew no sabía si era por Gulf o por su padre que se sentía tan cohibido.

- Phi, debes comer no jugar con los alimentos – Gulf vio como el mayor se quedaba estático y eso le hizo fruncir el ceño – te sientes bien Phi – espero alguna respuesta, pero solo hubo silencio. Gulf se levantó tomo su plato y se fue a sentar junto a su Phi. Nadie hablaba, todos estaban concentrados en la interacción entre el alfa y el omega.

El menor le quito los cubiertos al mayor, corto la fruta en trozos más pequeños y los llevo a la boca del mayor.

- Come P'Mew – Dijo Gulf con su voz tranquila, Mew levanto el rostro para verlo, la sonrisa del menor lo tranquilizo, así que se dejó alimentar.

Gulf se alimentaba a sí mismo y al mayor, para él no había problema; los tres días previos lo había hecho, la única diferencia era que ahora ambos llevaban ropa. La madre de Mew se sentía feliz, su hijo luego de su celo no quería saber de comida, solía lucir pálido y más delgado, esos días lo solían consumir demasiado; pero ahora estaba ahí, comiendo mientras le sonreía al menor, sus mejillas estaban un poco rojas y ella sabía por las bandejas de comida que dejaba fuera de la puerta de su hijo, que ambos muchachos se habían alimentado bien.

En ese momento decidió que si ese muchacho le hacía tanto bien a su hijo, ella protegería lo que sea que ellos tuvieran; vio los rostros de Jom y su esposo, la primera parecía desconcertada por lo bien que se veía su hermano y el segundo parecía tener un debate en su cabeza, pero no tenía idea de que era lo que se estaba debatiendo. Se levantó de la mesa, una vez en la cocina llamo a Jom para que le ayudase a limpiar, Jom inmediatamente acudió parecía que ella también quería dejar de estorbar a su hermano; después llamo a su esposo, a este lo tuvo que llamar en tres ocasiones para que se levantase, una vez estuvo en la cocina le pidió que fuera a regar las flores en el jardín, parecía que se iba a negar pero luego de unos segundos accedió y se fue de la cocina.

El teléfono de Gulf sonó, su madre le avisaba que ya estaba esperándolo; él se despidió y agradeció a la madre de Mew. Mew acompaño a Gulf hasta la puerta, quería decirle algo, solo que no sabía qué; era como si las palabras estuvieran atoradas en su garganta, se sintió molesto con el mismo, una vez en la puerta sintió como era jalado. Gulf lo estaba besando, no tardó mucho en responder el beso, él también lo deseaba.

- Te llamo más tarde Phi – dijo Gulf al romper el beso. No espero que el mayor contestara salió inmediatamente y subió en el coche de su madre.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora