El Monstruo de la Esquina

Capítulo 1

Todo comenzó cuando tenía 5 años, al principio cuando nací, no pasaba nada malo, veía todo normal, veía a mi mamá, mi papá, mis dos hermanas y mi hermano, bueno, eso cambió a los 5 años. Por cierto, no me presenté, me llamo Matías, tengo 18 años, y estoy estudiando ingeniería industrial.
Bueno, ya que me presenté, ahora si, les cuento bien, por que veo cosas inusuales, que para mi, son completamente normales, pero bueno.
A los 5 años, cuando salía del jardín de infantes, yo estaba agarrado de la mano de mamá, y cuando estábamos llegando a casa, a una cuadra de ella es decir en la esquina, miré para arriba de los edificios, y había visto un gran monstruo, muy alto, delgado, con grandes manos alargadas y estaba muy flaco, prácticamente era un esqueleto. Y cuando lo miré, simplemente me saludó y yo también, y mi mamá me preguntó a quién saludaba, y yo le dije que al señor flaco, pero ella me dijo que no había nadie. Entonces seguimos el camino.
Esto no cambió nada, luego, se lo conté a mi amiga, pero no me creía. En fin, larga historia. Con que nada cambió, me refiero a que hasta el día de hoy, lo sigo viendo, a veces voy a la tarde a verlo, a veces jugamos al ajedrez, y el me cuenta cosas, en el mismo idioma que el mío, pero lo importante es que lo entiendo... pero es bueno, no es malo, aunque le gusta comer autos, camiones, y colectivos y esas cosas...
Yo le puse un nombre, se llama Héctor, y parece que a el le gusta porque cada vez que lo llamo aplaude.
Somos muy buenos amigos, de hecho una vez me dijo que si yo quería, que algún día iba a ir a conocer su mundo, por que el tiene dos, este que vendría a ser el más normal, y el otro, que aún no se como es, pero tampoco me dijo mucho sobre el, nomas que era como éste pero con gente como el, pero en diferentes tamaños de altura, algunos son más altos, otros más flacos, otros más gordos y bajos, algunos tienen más de 18 ojos, es... un mundo alterno aparte no hay cosas como las de acá, por ejemplo, hay casas demasiado altas para monstruos muy altos, bajas para los que son bajitos, incluso hay hasta casas muy pequeñas del tamaño de la cabeza de una persona, para monstruos más pequeños. El me contó que todos tienen cualidades diferentes, algunos asustan más y otros asustan un poco menos; una vez le pregunté que si existían los humanos en su mundo, y me dijo que no, le pregunté por qué... pero comenzó a incomodarle la pregunta, entonces cambié de conversación.
Ahora mismo, debería ir a visitarlo. Fue lindo conocerlos.
Era algo tarde, exactamente las 5:40 de la tarde, a veces iba más temprano, a veces más tarde, pero siempre lo veía.
-Hola Héctor, como estás?-
Le dijo el amablemente mientras el Monstruo le estiraba la mano, para que el se suba para verlo mejor.
-Bien- dijo Héctor
-Se que vine algo tarde, pero es que estaba algo ocupado-
-No...Hay... problema...-
-Héctor, algún día voy a conocer tu mundo.?- preguntó el muy intrigado. -Algun día tal vez, ahora no se puede... puede llegar a ser muy peligroso para algunos-
-¿Por qué?-
-Verás...algunos... de los de mi mundo, no se llevan bien con los humanos, ya te había explicado que era un mundo alterno, verdad?-
-Si, claro.-
- Bueno, al principio, en nuestro mundo, era divido en dos, el de los humanos, era un mundo como este, normal, lleno de árboles, autos, edificios, casas y todo eso, y el nuestro... básicamente la nada, los árboles de nuestro lado, estaban secos, sin hojas, había muy poco de... ¿cómo le dicen a eso verde del suelo
-Pasto, le decimos pasto-
-Bueno, eso, teníamos muy poco de eso, la mayoría era sólo tierra y polvo, no había agua y todo eso. Era... caótico. Entonces, un día, los humanos quisieron apropiarse de nuestro territorio, que ya de por sí, ers muy poco, entonces no soportamos más, y surgió una rebelión, las cosas no terminaron bien-
-¿Pero como fue esa rebelión?-
-No puedo decirte, lo tengo prohibido-
-Está bien-