James Conrad

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Narra TN

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Narra TN

Habíamos aceptado la misión, más que nada por dinero, James era él que me había convencido de venir.

Estaba en el camarote dónde se supone que iba a dormir. La puerta se abrió y entro él sonriendo.

— Hola - saludé -

— Hola cariño - dejo un beso en mis labios - ¿sigues molesta?

— ¿Tú qué crees? - lo mire -

— Es la última misión - me miró - te lo juro.

— Eso dijiste hace tres misiones atrás - le respondí fastidiada - quiero retirarme y no hablo porque tengamos sesenta años...

— Tenemos la mitad - interrumpió -

— Exacto, tenemos la mitad, de los cuales diez años nos la hemos pasado de misión en misión - hablé - no tenemos vida, quiero estar contigo, en paz, solo nosotros dos.

— Te prometo - paso sus manos por mis brazos y me miró - que está será la última, te lo juro.

— Eso espero, James.

Me abrazo y dejo un beso en mis labios el cuál no respondí pero después de una serie de ellos terminen aceptando sus besos.

— ¿Sabes que quiero después de esto?

— ¿Qué? - lo mire -

— Formar una familia.

— No empieces con eso también - suspiré frustrada - espera un año o dos... No de inmediato.

— Llevas diciendo eso desde hace tres años atrás.

— Desde hace tres años atrás quería descansar y alejarme de esto - lo mire - pero no quieres.

— Mientras más siga pasando el tiempo menos probabilidad de tener hijos vamos a tener.

— Como sea - me separé de él -

Soltó un suspiro y salió de la habitación cerrando la puerta enojado. Me senté en la cama y ahogue un grito en la almohada, lo único que yo quería era un tiempo a solas con él.

Toda la noche no había vuelto a hablar con James, ambos estábamos molestos. Al día siguiente teníamos que salir en helicópteros a la isla, subí al mismo que él pero no cruzamos palabra.
Teníamos que ir a una isla ya que habían encontrado un tesoro o algo así y los soldados que cuidaban el área llevaban una semana sin comunicarse.

Íbamos en camino hasta qué escuchamos un ruido fuerte en uno de los motores, al parecer se había prendido en fuego y el helicóptero comenzó a fallar, James de acercó a mi para sujetarme, teníamos que hacer aterrizaje de emergencia.

Todo había pasado muy rápido y cuando abrí los ojos la luz del sol de colaba entre las ramas de los árboles, me queje al sentir el dolor en mi pierna, me trate de sentar y mire a mi alrededor, el helicóptero había quedado destrozado de una parte, gire para otro lado buscando a James.

One Shots Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora