Aquel día en el lago, el que había comenzado bien para todos, solamente terminó bien para los demás, pero no para mí. Luego de aquello me enfermé, no realmente, pero cuando Amanda hubo llamado aquella misma noche invitándome a cenar, había fingido estar enferma para no tener que encontrarme con Jace. Ella incluso intentó visitarme, pero había mentido nuevamente diciendo que era algo contagioso. El día del cumpleaños de mi madre llegó, y claramente que luego de casi tres días fingiendo estar enferma, no me libraría de Amanda y por ello me había sanado milagrosamente.
—¡Buenos días, amor de mis amores! —fue el saludo de mi mejor amiga al tomar el celular luego del segundo timbrado. —¿Cómo estás? Sé que este día compartes con tus padres, pero en la noche eres mía. Lance tiene el permiso de tus padres para poder salir en la noche. —ella ni siquiera me permitió hablar, me envió besos y luego nos despedimos.
Tomé mi cepillo de dientes y una toalla, corrí al baño, me lavé los dientes y duché. Cuando regresé a mi habitación me observé el cuello luego de vestirme. Jace me había dejado un asqueroso chupón el cual me había visto obligada a ocultar de mi madre y mucho más de mi padre.
Apenas me acerqué a la cocina, mi madre me recibió con dos besos en mi mejilla y me abrazaba.
—Felicidades, mami. —la felicité. Ella era mi todo, mi padre también lo era, pero con él las cosas no eran tan unidas.
—Lance me llamó. Tu padre no estaba tan en acuerdo, pero hoy es mi día, no se pudo oponer a que salieras con Amanda y los chicos. —la escuché. Me senté en el pequeño comedor de la cocina y ella dejó un plato con huevos y tostada frente a mí.
—¿Papá realmente está bien con eso? —pregunté no muy segura. Mis padres conocían a los primos de Amanda, y aunque adoraba a mi mejor amiga, ese día en específico, me hubiese gustado que mis padres se hubieran negado a su petición.
La mañana pasó lentamente, me encantaba esos momentos madre e hija, mi madre había pedido el día libre en el hospital y realmente yo valoraba aquello. No podía imaginar la vida sin ella, estaba joven y llena de vida. Platicamos larga y extendidamente hasta que una compañera del hospital tocó la puerta y dejé que ambas compartieran. Era su cumpleaños.
Me encargué completamente de la limpieza y demás de la casa, mi madre estuvo el día recibiendo y atendiendo llamadas de felicitaciones y horas después mientras ella se duchaba mi padre hubo llegado con un pastel, champagne y todo lo necesario para una velada romántica, allí entendí por qué hubo accedido en que yo no estuviese en casa durante la noche.
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Horas después observé mi reflejo en el espejo. Llevaba un vestido corto color negro de mangas largas, sin ninguna clase de escote. Cuando bajé las escaleras y me acerqué a la sala, mis padres me observaron, mi madre con una sonrisa y mi padre con ojos curiosos. El timbre de la puerta sonó y mi padre se separó de mi madre para ir a abrir.
—Estás preciosa. —dijo mi madre con orgullo. —Tengo un labial. —la observé acercarse a su bolso y buscar algo. No estaba acostumbrada a maquillarme, lo evitaba ya que era alérgica a más de un producto. Mi madre me entregó el labial color vino y me lo coloqué.
—Alexis. —la voz de mi padre llamó nuestra atención y ambas nos acercamos hasta la puerta.
Allí en la puerta se encontraba Lance y Grant.
—Tienen que cuidarla. —el tono de voz de mi padre no aceptaba negación.
—Claro que sí, señor Reid. —fue Lance quien habló.
Mi padre tomó una fuerte respiración. —Llámame cualquier cosa. —esta vez se dirigió a mí.
—Sí, señor. —asentí y mi padre hizo lo mismo.
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Falling for you ( F.F.L #1)
Teen FictionAlexander "Rex" Finlay es malo, lo supe desde que nuestras miradas se cruzaron. Sonríe con malicia. Está tatuado. Le gustan las peleas clandestinas y gusta de todas las mujeres. Sus ojos verdes quieren ver mi alma, no me gusta, siento que ve mi oscu...