Capítulo VIII

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Despertaba en intervalos, a veces comía, iba al baño y charlaba con el Jefe, pero nadie más había entrado a verme. No cuando estaba consciente, por su puesto.

–Es el tercer día, debes calmarte.– Mi mente estaba en un lugar completamente distinto.

–Lo siento.–

–No es para que te disculpes, quiero que lo tengas en cuenta.– Abrí la boca para recibir la comida.

–Si...– Este tiempo estuve pensando mucho. –... Hey...– Me miró. –¿Por qué no puedo ver a Ekzahn?– No fue claro, pero se puso nervioso.

–Él no está aquí, alguien más lo está cuidando.– Ladeé la cabeza.

–¿Quién?– Suspiró.

–No lo sé, cielo. Termina tu sopa, necesito darte las medicinas.– Obedecí. –Bien, eres un buen chico.– Palmeó mi cabeza y se alejó un poco. –¿Te gustaría escuchar música o ver algo en TV?– Negué acomodándome en la cama.

–Voy a dormir...– Su rostro expresaba tanto cariño que me era imposible preguntar por las demás personas, aunque seguíamos en mi cuarto y eso hablaba bien de él. –... Hasta mañana.– Apagó la luz.

–Que duermas bien.–

No iba a hacerlo. Todo son pesadillas, desde que cierro los ojos hasta que los abro de nuevo a la mañana siguiente.

"Sólo molesto a las personas, las ato a mí para que no se vayan y me ayuden con lo que sea que yo quiero sin tenerlas en cuenta. No merezco que me traten así de bien. No he hecho nada bueno por nadie en mi vida y aún así soy tan bien recibido..."

Reaccioné de golpe al escuchar un ruido en la ventana. Miré en esa dirección y había una lechuza blanca revoloteando fuera. Con todo lo débil que me sentía, me levanté y abrí al animal, llevaba una carta en el pico, la tomé y leí:

"Estimado alumno Rei S. R., se le informa que las vacaciones de Pascua terminaron hace dos días, pero dada su falta de asistencia y nula comunicación, se ha decidido, con aprobación del consejo escolar, expulsarlo de manera permanente del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Deberá presentarse mañana mismo en la institución para devolver el uniforme y acceder al rompimiento de su varita.

De antemano se le agradece por su preferencia al elegirnos.

—Harry James Potter, director de Hogwarts."

–¿Mañana?– El animal me miraba espectante. –No creo que el Jefe me deje ir.– Traté de acariciarla, pero se apartó.

–¿Rei? ¿Qué haces ahí? Cariño, vas a resfriarte.– Se apresuró a mi posición, espantando al ave y miró la carta en mis manos. –¿Qué es eso?– Mostré el papel. –En definitiva no puedo dejarte ir. Estás enfermo.– Lo abracé.

–No quiero ir.– Mi voz era rasposa. –Eso sólo sería otro problema.– Devolvió el gesto con fuerza.

–Lamento no ser suficiente para tí...–

–Lamento sólo ser una molestia para tí...– Él soltó un atisbo de risa, cerró la ventana y nos dirigió a la cama. –Ella... Seguramente volverá mañana por una respuesta.–

–¿Qué harás?–

–Devolveré todo. No me sirve de nada tener dos varitas y un uniforme inutilizable.– Por un tiempo fui feliz al estar lejos, pero eso se acabó hace mucho. –Lo mandaré todo en un paquete con una nota de disculpa por no presentarme.– Recargué la cabeza en su pecho. –Espero que mi abuelo lo entienda.–

RavenclawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora