Aaron.
Me desperté mucho más temprano que de costumbre. Me sentía muy inquieto el día de hoy y no encontraba nada que calmara mi ansiedad. La noche anterior no pude dormir lo bastante bien porque no podía parar de pensar en Leah embarazada. No es que sea un hecho, pero cabe la posibilidad, y me encuentro algo desesperado.
Verdaderamente no se explicar lo que realmente siento. Es una combinación de miedo, pero también de alegría. No lo sé, podría parecer un tonto en estos momentos caminando de un lado a otro en la habitación mientras veo a Leah dormir plácidamente. Son apenas las cinco y media de la mañana, el despertador sonará a las seis y Leah se despertará y me encontrará dando vueltas en círculo alrededor de ella. Sé que prometimos ir al médico hoy, pero yo no creo que pueda soportar la espera de los resultados de esos análisis, así que tomé las llaves del auto y mi chaqueta y salí del departamento rumbo a la farmacia más cercana. La suerte es que las farmacias se encuentran las veinticuatro horas abiertas y a pesar de la hora puedo conseguir lo que ando buscando. Salgo del auto cuando me estaciono frente a una. La chica del mostrador me sonríe en cuanto me ve y se acerca a mí.
—Buen día joven. ¿En qué puedo ayudarle?
Mis manos empezaron a temblar y las oculté en mis bolsillos delanteros. Aclaro mi garganta porque suponía que mi voz iba a salir entrecortada.
—Yo...quiero una prueba de embarazo. —Le digo mordiéndome la lengua y ella me mira con ojos graciosos.
Ha notado mi nerviosismo y le parece gracioso.
—Por supuesto. —Responde y sale en su búsqueda.
Espero mientras vuelve y empiezo a caminar de un lado a otro una vez más. Miro hacia una esquina del mostrador y veo unos biberones y unos chupetes de bebé, me pongo tenso al momento. Es como si tuvieran ojos y me observaran diciéndome que voy a ser papá. Siento que empiezo a sudar y el calor me empieza a presionar el cuello y la garganta.
—Aquí tiene. —Me comenta la chica haciéndome volver a la realidad.
Camino hacia ella y tomo en las manos la prueba de embarazo. La observo en silencio y ya empiezo a ver las dos rayas indicando positivo. Me voy a marear, lo juro.
—Son diez dólares.
Suspiro.
—¿Sabe qué? Deme otras cuatro más. Ya sabe, hay que estar seguro totalmente de los resultados. —Le digo con la voz temblorosa.
Ella sonríe y asiente. Se está burlando de mí, pero que más da, lo cierto es que debo parecer un idiota.
—Claro. —Responde y va en busca de lo que le he pedido.
Cuando la chica vuelve con las otras pruebas, le pago y salgo rumbo al departamento, Leah debe ya estar despierta. El solo imaginar que Leah está embarazada me supera. Lo cierto es que es la mujer de mi vida y con la que quiero tener mis hijos, de eso no hay duda alguna, pero no pensé sentirme tan ansioso cuando la verdad estuviera tan cerca.
Ya en el departamento subo las escaleras hacia la habitación y encuentro a Leah maquillándose frente al espejo, ya bañada y cambiada para irse al trabajo. Voltea a verme con una mirada confundida.
—Aaron. ¿Dónde estabas? Me desperté y no te vi por ningún lado.
Le sonrío nervioso con la bolsa de las pruebas en las manos. Ella baja la mirada hacia mis manos y ahora frunce el ceño.
—¿Qué tienes ahí? ¿Saliste de casa tan temprano?—Me pregunta insistentemente.
Yo suelto un suspiro y me acerco a ella dándole un dulce beso en los labios. Ella se deja besar y me sonríe cuando el beso termina.
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Mi Liberación #3
RomansaTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...