𝐖𝐡𝐢𝐥𝐞 𝐨𝐮𝐫 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐧𝐠

Today is the day I'll learn that I believe in miracles

Matsuno Chifuyu estaba acostumbrado a que las cosas le salieran bien todo el tiempo, era casi imposible tener un mal día en su vida; y este parecía no ser uno de ellos hasta que Pa le llamó para pedirle que cuidara a su monstruoso Bulldog ya que él debía salir por una emergencia de trabajo o algo así, una cosa que le dejó muy clara es que el jodido perro era como su bebé y que si algo le pasaba, alguien tendría que ir a reconocer su cuerpo a la morgue de lo irreconocible que lo dejaría

A regañadientes aceptó, ya que le debía mil favores a Pachin, él siempre le traía cosas cool de sus viajes, como la edición especial del manga de Nana que le trajo de Japón o el boomerang que le regaló directamente desde Australia. No tardó mucho en darse cuenta de que el animal iba a acabar con su departamento si pasaban más tiempo dentro, apenas pasaron dos horas y el perro ya había rasgado por completo el sofá; maldijo y anotó en el refrigerador que debía comprar otro, decidió finalmente llevarlo a dar un paseo con la esperanza de que se cansara y dejara de joderle la vida un rato

Llegaron a un parque cercano a su edificio y allí fue donde todo pasó a ser peor; no era un secreto que Mitsuya había llegado a ser reconocido mundialmente y por consecuencia sus modelos principales también, Seishu, Yuzuha y él eran acosados constantemente por paparazzis que les tomaban fotos hasta cuando iban por pan a la tienda. Era obvio que no iban a perder la oportunidad de fotografiarlo en compañía de un "adorable perrito", los flashes de las cámaras lo habrían cegado si no fuese por los lentes de sol que usaba para "ocultarse" y la capucha de su enorme sudadera

Respiró y tomó la decisión que creyó adecuada para la situación, tomó una pelota de tenis que encontró por ahí y la lanzó lejos para que el perro la persiguiera y lo arrastrara lejos de ahí, sin embargo no contaba con la descomunal fuerza del animal que ENSERIO lo arrastró por todo el parque y hasta en el medio de la carretera hasta que llegaron a la acera más cercana. El teñido se levantó y sacudió sus ropas lo más que pudo, estaba lleno de pasto y tierra de pies a cabeza y sus jeans tenían una abertura en la rodilla producto de la fricción del asfalto, bueno, luego les haría más cortes para disimularlo

Terminó frente a una tienda de mascotas y decidió entrar por dos razones:

1. El perro necesitaba comida y unas galletas que Pa le explicó que le daba como premio por ser un buen chico, definitivamente NO lo era

2. Escuchó un grito de "se fue por ahí" y temía que lo atraparan de nuevo

Cruzó la puerta apresurado y utilizó la escoba del empleado que lo recibió para intentar trabar la puerta y que nadie entrara

- ¿Qué se supone que haces? —cuestionó el empleado mientras le miraba como a un bicho raro

- Shh, no les digas que estoy aquí —respondió intentando recuperar el aliento

- Como sea, esto es una tienda, si no vas a comprar nada, vete —dijo el chico que ahora notaba que tenía el cabello largo recogido en una coleta y dos mechones teñidos

- No tienes que ser tan grosero —se detuvo para leer la etiqueta de su nombre— Kazutora, necesito unas galletas para perro ¿tienes algo así?

- ¿Aquí? ¿En una tienda de mascotas? Oye no lo sé —dijo sarcástico— ¿tienes alguna marca en mente?

- Mi amigo me dijo que este tonto perro solo come de este tipo —dijo sacando su celular y mostrando una foto de las galletas en cuestión

- ¡Carajo! Este perro come mejor que yo —exclamó asombrado el empleado— Me parece que éstas se consiguen por pedido, llamaré al gerente, dame un minuto

Kazutora se dio la vuelta y entró a una pequeña puerta al fondo de la tienda, tardó poco más de 5 minutos en regresar con un chico más alto que él y que también tenía el cabello largo, sin embargo el suyo era completamente azabache y ¡por los dioses! Era un chico guapísimo. Su cerebro dejó de funcionar cuando el muchacho le sonrió amablemente y dejó ver su perfecta dentadura