𝓣𝓱𝓮 𝓢𝓽𝓸𝓻𝔂 𝓑𝓮𝓰𝓲𝓷𝓼 (Hirai Momo y Tú)

Capítulo 18

Al día siguiente me desperté bastante temprano, lo cual es algo bastante raro en mi, cuando salí del baño me dirigí a la cocina en busca de comida, cómo normalmente lo hago.

— Buenos días —salude sin ánimos a las chicas.

En el comedor estaban Jeongyeon, Sana, Jihyo y Chaeyoung.

— Buenos días —respondieron las chicas.

— Con las chicas preparamos el desayuno, ¿quieres? —hablo Jeongyeon.

— Sí, por favor

— Creo que alguien se despertó con muchos ánimos—hablo con sarcasmo Chae.

Mientras Jeongyeon me servía el desayuno yo solo me quedé en silencio esperando. El resto del desayuno permanecí de la misma manera, cuando todas terminamos con el desayuno limpiamos y ordenamos la cocina.

Una vez que finalizamos con la limpieza, vi que Sana iba camino a su dormitorio, así que la acompañe, solo que fui detrás de ella y no se percató de mi presencia.

— ¡Boo! —solté detrás de ella, cuando abría la puerta de su dormitorio.

Sana soltó un pequeño grito, elevó ambas manos hasta la altura de su pecho y respiro pesadamente —. T/N-yah, no hagas eso, casi se me sale el corazón —declaro mientras me atacaba con pequeños golpecitos.

— Fue muy divertido —dije aún riendo.

— Yah, no te rías de mí

— Lo siento unnie, pero tú rostro fue muy gracioso —explique a la par que intentaba calmar mi risa.

— Está bien pero cobraré venganza en algún momento

— No por favor unnie, tú me das miedo —comente divertida, en realidad lo que menos causaba miedo en el mundo entero era Sana.

— Por ahora no cobraré venganza... Pero ahora estoy intrigada por saber la razón del por qué me seguiste hasta la puerta de mi dormitorio, ya avanzaste varios pasos de dónde está tu dormitorio, ¿acaso hoy será el día en el cual seré bendecida por pasar tiempo haciendo nada con mi mejor amiga? —decía dramáticamente Sana.

— Estás en lo cierto, hoy serás más que bendecida por mi presencia

— Entonces, ven, entremos —anuncio estirando de mi brazo para que ingresará al dormitorio.

Cuando ya estábamos dentro del dormitorio, ambas nos tumbamos en su cama, nos cubrimos con una manta y comenzamos a ponernos al día con ciertos temas.

— ¿Entonces cuando le dirás que te gusta?

— Obviamente no se lo voy a decir —respondió Sana.

— Pero si las dos se gustan, deben de estar juntas, creo que eso es lo que ocurre normalmente, ¿no?

— Primero, ni tú, ni yo sabemos si se gusta de mí y segundo para nosotras no es tan fácil

— Unnie, primero que nada, se nota a lo lejos, pero a lo lejos, debes de estar tan cegada para no darte cuenta de que a Dahyun le gustas más que a nada en el mundo, es impresionante cómo no te das cuenta de sus miradas o de sus indirectas y segundo, bueno... en lo segundo si tienes la razón —finalice con una mueca.

— No, tengo razón en lo primero y en lo segundo —aseguraba Sana.

— Ya te dije que no unnie, solo en lo último