Secuestro

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Blackstar siempre recordaría en pesadillas que jadeaba cuando distinguió a Soul en la orilla de la cancha de patinaje, manos en bolsillos, esperando ver a la rubia. Ya estaba ansioso, pero alzar la vista y ver el rostro del ninja lo desencajó de inmediato. Lo extraño es que era imposible que perdiera el aliento por recorrer los 200 m de pista de carrera que había entre la cancha de basquet y esta, rodeando el parque, pero la sensación de no tener aire en ese momento, el dolor del pecho, se quedaría con él durante un buen tiempo. Dio media vuelta, dos pasos, y giró hacia la calle, gritando desaforadamente: "Makaaaa, Makaaaa".

Deseó profundamente que ella le pegara con un libro, que se burlara de él por ser un estúpido, pero no fue ella quien lo abrazó desde la espalda. Las manos de Tsubaki pidieron que se volteara, ver sus ojos llenos de lágrimas sólo confirmó esa impresión extraña.

Maka había sido secuestrada frente a sus narices.

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Trataban de no entrar en pánico, pero lo cierto es que chocaban unos contra otros tratando de configurar los espejos de la sala de mando. -Asuka miraba a través de su sistema, un policía tecleaba en otros computadores conectados.

-Entonces chicos, ¿Cómo fue? -Otro policía trataba de hacer el reporte en un notebook, para alertar al FBI y el cierre de fronteras.

-Maka, una técnico de armas de Shibusen, la mejor de la clase. Padres separados, la madre quiso llevársela para un matrimonio arreglado hace unos meses.

-¿Dices que estaba permanentemente bajo vigilancia, Lord Death?

-Sí, incluso tenía un par de gps además del celular, dejaron de funcionar a los minutos de encendida la alerta.

-¿Fue una distancia corta?

-Sí -interrumpió Blackstar. -El joven que la acompañaba decidió que en 200 metros no podrían secuestrarla. -El tipo tecleó rápidamente, volteando a mirarlo. -Fue entre la cancha de basket y la de patinaje. Apenas me di cuenta, la seguí...

-¿Iba a encontrarse con alguien?

-Con Soul. -Blackstar se dio cuenta, y miró a todos lados. Lo encontró sentado en el suelo, con la cabeza entre las manos. -Su esposo.

Tras casi 72 horas de búsqueda, el FBI les dijo que lo más probable es que ella estuviera fuera del país. Triangulando el corto recorrido, y mirando las cámaras de vigilancia, se dieron cuenta que el ninja por segundos no alcanzó a ver cuando la entraban al vehículo. Había sido sin violencia, un tipo le puso un pañuelo en el brazo, ella se desvaneció, la acompañó a la orilla como una borracha. Un auto se detuvo y la tiraron dentro. Era.

-Tenemos que crear un plan de búsqueda, pero llevamos mucho sin dormir. Yo puedo, ustedes no. -Kidd quería que fueran a dormir, pero no lo hacían. -Necesito la mente estratégica de Soul descansada.

Finalmente, tras un par de días que no cerraros los ojos, los ninjas arrastraron al insomne y angustiado guadaña de vuelta al apartamento. Soul se dejó caer en el sofá.

-No me obligues a entrar ahí, por lo que mas quieras -ladró al llegar, apuntando a la puerta del dormitorio que solía compartir con ella. Tsubaki se encogió de hombros, buscó una frazada azul, la que Maka usaba para ver películas los viernes y sábados, y cubrió al joven que ya roncaba.

En la mañana, fue ella quien sacó ropa limpia, y la puso en la mesa de centro.

-No vas a echarte a morir, ¿cierto? Tienes que traerla de vuelta.

-Tsubaki... yo... soy nadie sin ella, ¿entiendes? Sin ella, no tengo sentido.

-Suenas como anime shojo del que te burlas. -Le respondió seca.

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