Acercamiento. (Pt2)

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El día antes de empezar las clases, después de que Shawn llegará y almorzaramos; subimos al segundo piso. Iba a mi cuarto para cerrar la ventana, la había vuelto a abrir.

Los ojos marrones de Shawn de alguna forma me hicieron recordar a ese eléctrico azul de aquella persona que me había visto tratando de arreglar mi cabello.

Cuando cerraba la puerta de mi cuarto, él estaba parado observando un retrato de todos nosotros están pequeños.

Mamá y papá estaban sentados sonriendo, el primero sostenía en cada pierna a los gemelos y la segunda me tenía a mí. Denisse estaba en medio sonriendo con un overol azul y una camisa blanca, sus coletas eran más grandes que su cabeza.

Mis hermanos tenían una expresión de confusión en sus rostros, recordaba por qué. No les gustaba el flash, aún les desagradaba. Siempre parpadean y les molestaba muchísimo.

Segundos después de que la tomarán, habían estallado en llanto. Y mi persona tenía más cabello que cara, unas mejillas gordas y ojos claros. Tenía un pantalón y una camisa rosada con flores amarillas y naranjas. Sonreía sin enseñar los dientes, no me sentía cómoda con nada del lugar.

No conocía a nadie y eso no me gustaba.

La única que estaba feliz era Denisse, ella buscaba lo bueno en toda cosa.

— ¿Listo?

Asintió caminando conmigo a la sala. Planeaba ver algunas series.

— ¿Quieres hacer algo más?—dijo Shawn, estirando sus piernas.

Gracias a los astros, porque ya me había aburrido desde hace unos 30 minutos.

— Claro. ¿Que quieres hacer?—pregunte volteandome a verlo.

— ¿Quieres caminar? Podemos dar la vuelta al vecindario o llegar hasta el parque y regresar.

— Es una buen idea.

Antes de salir arreglamos la sala, me puse unos converse y le avisé a mamá que saldría a caminar con Shawn.

Había mucho Sol, en poco tiempo ya me sentía acalorada y los incontables rulos no ayudaban a la situación. Tuve que recogerlo en un moño mal hecho, aunque aún así me cayeron algunos en la cara.

Unos largos dedos los acomodaron, rozando con cuidado mi rostro.

— Ahora que lo pienso, tu cabello es un reto—habló a mi lado.

— Ciertamente, pero la mayoría no lo ve así—informé viendo las casas a mi alrededor.

— Disculpa, fui uno de esos—tenía razón, pero no lo había dicho por mal— Me gusta mucho... Ya sabes, los rizos. Se te ven muy lindos, debes de cuidarlos mucho.

Mi mamá estaba detrás de todo, inclusive de pequeña cuando podía ella misma me hacía los rizos de uno a uno. Las cremas, hidratantes, todo se debía a su ayuda. Si fuera por mi, tendría una selva por cabello.

— ¿Te lo has planchado?

— Si, pero solo para ocasiones importantes... Navidad, acción de gracias y a veces para algunos Cumpleaños.

El asintió, estábamos llegando al parque cerca de donde habíamos comido.

— Y ¿Qué tan largo lo tienes?

Me tardé en responderle—La última vez lo tenía un poco más abajo de la cadera—se sorprendió por lo que dije— Lo que pasa es que, al tenerlo rizado el mismo cabello reduce su tamaño, cuando lo planchas es que se alisa y se observa cuánto mide.

Queremos que nos quieras, Jo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora