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Para Elisa Hernández.

Espero que te guste tanto como a mí cuando lo escribí.

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— ¿Se encuentra bien, décimo? — Cuestionó Hayato tras notar que el mencionado parecía tener la vista perdida en la nada, como si estuviera sobre analizando alguna situación.

Lo que más le preocupaba era que fuese una secuela del accidente que tuvo hace tiempo, pues recordaba con claridad todo el tiempo que el castaño tardó en que se recuperara.

—Sí, perdón — contestó el castaño sin muchos ánimos, le dio un sorbo al jugo de lata que había comprado para acompañar su almuerzo y dejó escapar un suspiro de entre sus labios—. Creo que mis padres se van a divorciar.

Yamamoto y Gokudera intercambiaron miradas casi de inmediato, no tenían la menor idea de que había problemas en la casa de su amigo. Se imaginaron lo difícil que debe ser vivir una situación así, sabían que era difícil para los hijos ver como sus padres se separan de manera tanto sentimental como físicamente, incluso llegaba a afectar a personas que habían dejado de vivir en la misma casa que sus padres desde hace mucho tiempo.

— ¿Por qué dices eso, Tsuna? — Interrogó el azabache, sin querer sonar entrometido. Quería hacerle saber al mencionado, de alguna manera, que contaba con él para lo que fuese.

Hayato frunció el entrecejo, susurró un par de cosas sin ser escuchado y quiso darle un golpe al beisbolista por preguntar cosas que, quizás, no debería; pero prefirió darle una mordida con brusquedad al emparedado que había comprado y escuchar con atención lo que el castaño pudiera decir. Él también quería ser de ayuda.

—Ah... Sí, es que ya no duermen juntos — habló con lentitud, recordando todas las señales que lo llevaron a la conclusión de que habría un divorcio entre ellos—, primero pensé que era para que papá me cuidara. Pero hace mucho que mejoré y él sigue durmiendo en mi habitación.

— ¿Con usted, Décimo? — Hayato ladeó ligeramente la cabeza; no sabía que el padre de Tsuna se encontraba en la ciudad.

—Sí, conmigo — contestó rápidamente el castaño—. Primero pensé que papá seguía muy preocupado y no quería dejarme solo, pero no he visto que le dé un beso a mamá, ni siquiera un abrazo — unas cuantas lágrimas se acumularon en sus grandes ojos, amenazando que en cualquier momento saldrían, su voz se quebraba y pensaba que las señales se hacían mucho más evidentes de lo que creía—. Tampoco hablan mucho entre ellos.

—Tsuna... — Takeshi no podía ver el lado positivo de aquello, notaba el dolor y angustia que su compañero sentía a través de sus ojos llorosos. Quería darle un abrazo fuerte, darle algo de ánimos, pero le era imposible.

—Y siento que Bianchi tiene la culpa — finalmente las lágrimas del castaño salieron, recorriendo sus mejillas rojas hasta juntarse en la punta de la barbilla y caer hasta llegar al suelo—. He notado que se pone muy cariñosa con mi papá y me hace creer que algo pasó entre ellos dos.

— ¡¿M-Mi hermana?! — Al peliplateado le dio una punzada en el estómago al imaginarse que el familiar más cercano que tenía era responsable de las lágrimas que Tsunayoshi estaba derramando.

—Eh, no lo puedo creer — el azabache parecía estar algo incrédulo ante la noticia que acaba de escuchar, arqueó una de sus cejas y llevó una mano a su barbilla para pensar—. ¿Bianchi-san no estaba enamorada de Reborn-san?

Hayato, al recordar aquel hecho, se volvió hacia el castaño. No quería admitirlo, pero empezó a dudar de que hubiese algo entre su hermana y el padre del castaño.

¿Quién es el padre de Tsunayoshi? [KHR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora