El primer día te ví sonreír. Una sonrisa tan intrigante, acompañada de una risa contagiosa.
El segundo día te ví caminar. A paso relajado, no se a dónde ibas, no sé de dónde venías, solo podía disfrutar de la explosión de tus zapatos chocando con el suelo.
El tercer día te escuché por primera vez. Una voz común para muchos, para mí, una melodía que Mozart se olvidó de terminar.
El cuarto día te interesaste por mí, y aún si fue tan simple como preguntarme cómo estaba, oírte fue un gusto imposible de comparar.
El quinto día te abrazé ¡Que alguien venga a decir que ese momento no fue de los mejores de mi vida!
El sexto día fue como un sueño, quizás no el más alegre, hubo lágrimas, hubo caras tristes; pero lo más a resaltar, es que hubo corazones unidos.
El séptimo día sonreímos, reímos, caminamos, hablamos, nos interesamos, nos abrazamos, lloramos y sentimos juntos.
El octavo día me di cuenta. Contigo me siento diferente. Me siento especial y querida, esperada y alabada. Desarrollé contigo un sentimiento que pensé no sentiría nunca.
Aún espero con ansias el noveno día, donde me atreva a confesarte lo que siento.–Ferza
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Un Trozo de sentimiento
PoesieEntre escalones de costados amurallados y alambres finos color carbón, mi mente diluvia un nuevo mundo atrapada en su propia prisión. Mientras tanto sentada me encuentro cantando una larga canción. Que su letra se vuelvan poemas, Y el público adm...