Parte sin título

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Hace mucho tiempo cuando aún vivía con mi mamá, era conocida como Caperucita roja, me pusieron este sobrenombre puesto que en mi cumpleaños número 10, mi madre me regaló una caperuza de color rojo, era mi favorita y eso me hacía traerla todos los días en todo momento, claro, siempre la cuidaba para evitar que se ensuciara o se maltratara. Recuerdo que en alguna primavera mi madre me dijo

Ven Caperucita Roja, aquí tengo un pastel y una botella de vino, llevaselas en esta canasta a tu abuelita que esta enfermita y débil, esto le ayudará. Si te vas ahorita alcanzarás un clima fresco, y en el camino, camina tranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a caerte y ¡recuerda! llevas la botella y si la rompes no quede nada para tu abuelita

Sí mamá iré con mucho cuidado – le respondí

Ah y no olvides al entrar a su dormitorio decirle "Buenos días" y por favor no andes curioseando por todo el aposento

Sí mamá ya entendí, prometo que haré todo lo que dices, tu tranquila

Tomé las cosas y me despedí con un beso y un gran abrazo de mi mamá como era costumbre, mi abuela vivía en el bosque, como a un kilómetro de mi casa, pero al entrar en el bosque comencé a escuchar como unos arbustos se movían, podía sentir que me comenzaron a perseguir hasta que salió el lobo, muchos de nuestros vecinos nos habían advertido de tener cuidado con él, pero yo creía que solo lo juzgaban. Amablemente el lobo me dijo:

¡Buenos días Caperucita!

Buen día señor Lobo

Por favor, no me digas señor, solo dime Lobo, pero... ¿a dónde vas tan temprano Caperucita?

A casa de mi abuela

¿Y qué llevas en esa canasta?

- Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno para fortalecerse."

- ¿Y dónde vive tu abuelita, Caperucita Roja?

- Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente ya los habrás visto.

- sí claro.

Después de eso note que el Lobo se puso muy pensativo y sospechoso, hasta que después de un tiempo me dijo:

Mira Caperucita Roja, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela, mientras que todo el bosque está lleno de maravillas.

En ese momento levanté los ojos y vi los rayos del sol danzando aquí y allá entre los árboles, vi las bellas flores y el canto de los pájaros y pensé, supongo que podría llevarle unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán. Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso un poquito, siempre llegaré a buena hora. Así fue como me salí del camino y fui a cortar flores sin darme cuenta de que me adentre demasiado en el bosque. Después de un rato me di cuenta de que ya había cortado demasiadas y no podía ni con una flor más, así que agarré mis cosas y seguí mi camino.

Llegué a casa de mi abuela y me sorprendió encontrar la puerta abierta y al entrar a la casa, tuve un presentimiento muy extraño, solo pensé, ¡Oh, Dios! que incómoda me siento hoy, y otras veces que me ha gustado tanto estar con abuelita, así que solo me quedo gritar:

¡Buenos días!

Pero nunca me contestó mi abuela, así, que decidí ir hasta su dormitorio y abrí las cortinas y vi a mi abuela con su gorrito cubriéndole toda la cara, y con una apariencia muy extraña así que le dije:

Oh abuelita, qué orejas tan grandes que tienes

Es para oírte mejor mi niña – respondió.

Pero abuelita, qué ojos tan grandes tienes

Es para verte mejor- volvió a responder

Pero abuelita, qué dientes tan grandes que tienes

Para comerte mejor...

De repente, no terminaba de decirme eso mi abuela cuando me di cuenta de que realmente no era ella, era el lobo¡¡ Saltó hacia mí y me comió. Estando dentro de él, me encontré a mi abuela, me contó cómo habían sucedido las cosas, después de un rato nos dimos cuenta de que él se había quedado dormido. Pasamos un largo rato ingeniando como salir de ahí y de pronto vimos unas tijeras atravesar el vientre del Lobo, lo primero que salió fue mi gorrita roja y después de unos cortes pude salir, reconociendo al cazador, quien fue el que nos salvó la vida y grité:

¡Qué asustada que estuve, ¡qué oscuro que está ahí dentro del lobo!

Enseguida salió mi abuelita, viva, pero casi no podía respirar, rápidamente reaccioné y fui corriendo por unas piedras con las que llenamos el vientre del lobo, las piedras estaban ¡tan pesadas! Que no soporto el esfuerzo y cayó muerto.

Tanto mi abuela, el cazador y yo nos pusimos felices. El cazador le quitó la piel al lobo y se la llevó a su casa. Mi abuelita se comió el pastel y bebió el vino que le llevé, finalmente me reanimé, pero pensé: "mientras viva, nunca más me retiraré del sendero para internarme en el bosque", cosa que mi madre me había prohibido hacer.

FIN

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⏰ Last updated: Jun 01, 2021 ⏰

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CAPERUCITA ROJAWhere stories live. Discover now