Marcas Extrañas.

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Todo sucedió en un parpadeo.

Katsuki estaba persiguiendo a unos ladrones mientras que Jeanist atrapaba a los restantes y salvaba a los rehenes, se separaron unos momentos y cuando Hakamata encontró a su interno, era un bebé. A su lado estaba un ladrón inconsciente pero eso no le importaba al héroe.

Katsuki tenía solo su uniforme de héroe encima, le quedaba enorme, no pudo resistirse a tomar una foto, la luz hizo que el pequeño dirigiera su atención a él, sus ojos abiertos analizando a su persona y al notar nada de movimiento decidió jugar con su uniforme, curioso.

--- Maldición.--- gruño Jeanist tomando al bebé con cuidado y con su Quirk el cuerpo calcinado del villano, regresando rápidamente a dónde la policía estaba para reportar el caso.

En el trayecto, Katsuki casi se cae como unas 4 veces, ya que se movía de un lado a otro e incluso trató de empujarlo lejos de él, soltando jadeos incómodos ante aquello.

--- Bakugou, no te muevas, puedes lastimarte.--- dijo suavemente, observando como el menor ladeaba su cabeza, confundido, así que Tsunagu decidió mantenerlo en su lugar con ayuda de su Quirk.
--- Muy bien, uh... Este es uno de los ladrones, necesito que hagan un perímetro lo más pronto posible de unos dos kilómetros para encontrar al faltante.--- explicó, el oficial sonrió ante la vista del bebé en sus brazos y, sin poder evitarlo, habló.

--- Se ve bien con su hijo, señor Jeanist.--- se fue del lugar para hacer su trabajo mientras que el héroe tenía un corto circuito ante las palabras mencionadas.

--- ¡Baaah!--- exclamó el menor, sacándolo de su mente, cierto, tenía que irse antes de la gente de las noticias llegase, o de otra forma la pasaría muy mal con la atención.

Sin esperar más, se subió a su auto y le pidió a su chófer que lo llevara a su agencia, lo mejor sería revisar que Bakugou no tuviera ninguna herida en su cuerpo.

--- Muy bien, Bakugou, uh.--- con cuidado, acarició la mejilla de su interno y reviso de manera superficial cada posible lugar donde pudiera estar lastimado, afortunadamente, no había signos de algún rasguño o moretón, cuando llegara a su agencia lo revisaría mejor.

Suspiro aliviado, tomando su teléfono mientras dejaba a Bakugou sobre su regazo con una mano cuidando de que no se cayera, el bebé estaba bastante tranquilo y parecía que estar sentado no le provocaba ningún tipo de incomodidad.

Por lo que, sin esperar más tiempo, llamo a su secretaria.

--- ¿Jeanist? ¿Esta todo en orden?---

--- Uh, si, si, quería que reservaras una cita con un pediatra en el que confíes, lo más pronto posible, también necesito ropa de bebé, creo que... De talla chica, parece tener de 7 a 9 meses, no estoy muy seguro.--- Kaori tecleaba unas cosas en su computadora con rapidez, sin preguntar nada, después de todo se daba una idea.

--- Uh, el único pedriata que conozco y que sé que hace un buen trabajo tiene una cita libre en... 3 días, ¿Quiere que le busque a alguien-

--- No, no, así está bien.---

--- Bien, tendré la ropa cuando esté aquí.--- la llamada terminó y Hakamata agradeció a todas las deidades que conocía por el alma de su secretaria, sabía que serlo no era tan fácil así que estaba feliz de haberla contratado.

A juzgar por el peso y tamaño de Bakugou podía saber que todavía no cumplía el año de nacido, era tan adorable, sus ojos tan grandes y brillantes, sus manitas, sus piecitos, su cuerpecito, ¡Todo era tan pequeño en él!

Sus manos podían cubrir con totalidad su abdomen e incluso le sobraba, maldición, no pudo evitar besar su cabecita varias veces hasta que escucho un jadeo por parte del bebé, uno bastante fastidiado, así que se detuvo y miro a la ventana. No faltaba mucho para llegar a su agencia, eso le sucede por hacer las patrullas en lugares tan apartados, solo a él se le ocurre algo así. De igual forma reconoce que esto del Quirk fue su culpa, se supone que era su maestro, debía cuidarlo para que esto no sucediera.

Bebé, ¿No Llores? [Dad Jeanist]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora