Capítulo 39

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Aria

Llevo todo el fin de semana pensando en la pregunta que me vino a la cabeza cuando me quede sola en la sala de la discoteca después de que Deiton me dejara con la palabra en la boca.

¿Estoy segura realmente que no quiero tener nada con él?

Realmente no lo sé. Por parte de Deiton no veo que quiera tener algo conmigo nada más, creo que lo hace porque sabe que me molesta y así sacarme de quicio, eso me hace pensar que en los momentos que hemos estado tan cerca el uno del otro solo lo ha hecho para su diversión. Por mi parte, estoy hecha un lío porque cuando veo a Deiton con Eiren siento algo en el pecho que me corta la respiración por un momento, no sabría decir qué es, ¿celos?. Además, cuando lo tengo cerca mis nervios se apoderan de cada parte de mi cuerpo como una corriente eléctrica y me pasa sin tener conciencia de ello, es algo que no logro controlar. En realidad no sé por qué estoy tan dudosa porque aparte de los momentos de cercanía lo demás que he tenido con él han sido malas palabras, se podría decir que no nos llevábamos bien y eso es evidente. Y lo más importante del asunto, él está saliendo con Eiren, mi mejor amiga, y yo tengo una conversación pendiente con Spencer, así que por mucho que diera el caso que los dos quisiéramos "tener algo" no podríamos.

Para despejarme un poco decido ir a dar un paseo sin saber muy bien a donde ir. Mientras ando me fijo en lo que tengo a mi alrededor, una fila de árboles adornan ambas aceras, los pájaros de la mañana ya se pueden empezar a oír, no hay demasiada gente a esta hora, vuelvo mi mirada al frente y una pareja me llaman la atención, son un señor y una señora de alta edad, están cogidos de la mano cosa que me parece adorable, ojalá cuando yo tenga su misma edad pueda disfrutar también de un amor tan verdadero como el que muestran, para eso tengo que encontrar a la persona que me complemente en todos los sentidos pero sobre todo y lo más importante, que me quiera.

Después de estar un rato más andando sin rumbo acabo en el parque donde solía venir de pequeña con mi padre, entonces sin saber por qué un recuerdo se cuela en mi cabeza.

"Llevo tirando de la mano de papá desde que salimos de casa hasta que por fin llegamos al parque. Hay varios niños en diferentes partes del lugar.

-Puedo ir ya.- le pregunto emocionada a papá levantando mi cabeza para poder mirarlo.

-Si, pero ten cuidado, estaré esperándote aquí.- me dice sentándose en uno de los bancos que hay alrededor del parque.

- Vale, te quiero.- le digo y después de oír su respuesta salgo disparada a los toboganes.

Son de diferentes colores, el verde es recto y no está cerrado a diferencia de los otros dos que sí que lo están, el azul tiene forma de espiral y el rojo que es más alto que los dos anteriores.

Me subo hasta que llego a la parte más alta y me tiro por el tobogán rojo. Me encanta, es mi favorito sin duda. Cuando llego al final doy la vuelta para volver a subir, pero algo capta mi atención o mejor dicho alguien, un niño está jugando solo con un balón de color azul. Me acerco a él y veo como levanta la mirada al percatarse de que voy hacia él. Lo primero que me llama la atención son sus grandes ojos azules que ahora me miran extrañados.

-Porque me miras así.- me dice con una mueca en su cara.

-Lo siento.- la timidez se instala en mí.- Solo quería preguntarte si querías jugar conmigo un rato.- le digo tocándome las coletas que me ha hecho papá antes de salir de casa.

-Vale.- se encoge de hombros regalándome una sonrisa.

Cuando llevamos un rato jugando con su balón me acuerdo que no le he preguntado por su nombre.

Sensaciones entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora