Llegaste a mi vida como una luz en un momento de oscuridad desolador.
Llegaste con unas alas para mí. Unas alas preciosas, las alas más bonitas que había visto jamás...
Me las pusiste y empezaste a enseñarme a volar.
Ahora me siento como si hubiéramos subido al monte mas alto para el mayor salto de todos, pero ahora tengo agujeros a mis alas y caigo en picado. Mis preciosas alas ya no sirven y ahora me toca a mí arreglarlas porque siento que tú ya no lo vas a hacer. Tú ya no vas a buscar más plumas por mí. Te cansaste y ahora yo estoy buscando mis propias herramientas a pesar de que siento que la gravedad tira de mí con muchísima fuerza. No me puedo permitir caer. No puedo dejar que los agujeros que ahora tienen a mis alas me impidan seguir volando. No puedo permitir que quien me dio esas alas también me destruya, y siento que en parte lo está haciendo.