Capítulo III Ciudad de los Magos

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Me senté en una camilla de metal. Con el brazo vendado y y algunos
clavos, además de mis heridas cubiertas con algunos parches. -"Me
veo patético, si Aiko estuviera aquí ya se habría burlado de mi".
—Así que tuvisye un mal encuentro con un licantropo. Realmente
deberías agradecerle que sigues con vida.
Tragué saliva y sude un poco. —¿Pasa algo?.
-No es nada. De verás. -"Este médico tiene orejas de mapache y parte
de su cuerpo tiene pelaje de este, ¿Acaso en esta ciudad nadie es
normal?. El doctor parado frente a mi aparte de destacar esas partes de
animal tenía una enorme bigote y vestía de blanco como normalmente
suelen hacerlo. Miro una planilla. —¿Parece que la mitad de tu cuerpo
esta lleno de fracturas. Pero la buena noticia es que te recuperarás
pronto.
Me quite las vendas en mi cabeza. -Lo que no tentotes tiempo, estoy
buscando a alguien y debo encontrarla lo más pronto posible.
—Debes estar bromeando hijo. No puedes ir en esas condiciones,
además contigo hay restos de un veneno muy potente. Morirás apenas
eches un paso afuera.
Lo miré fijamente. Eche un paso alejándome un poco de el. -Lo vez
viejo, estoy vivo. -Puedo caminar.
—Estos muchachos de hoy en día no aprenden.
-"Ahora que lo mencionó este viejo, Aiko y yo veníamos aquí para la
cura del veneno, ¿Qué es lo que paso?, no tenía ninguna complicación
y lo olvidé por completo.
El doctor se quitó los lentes. —Hay una forma de sanar muy rápido.
Quizá es lo que estes buscando o es lo que nesecitas, pero te lo
advierto será un viaje peligroso, al igual que para tu integridad física.
-Si ahí pueden curarme rápidamente y de manera eficaz o me dan
información de como salir de aquí o sobre Aiko me basta para mi.
Sus ojos cambiaron de color. —Nunca pensé en toparme con un
muchacho tan estúpido, que no se conoce ni así mismo.
-No se a que te refieres pero...
Me quitó la gabardina de encima y quitó los vendajes de mi brazo
amputado.
Sus ojos cambiaron de color. —Menudo cabronazo que eres y aún así
ruegas por ayuda. —¡¡No me jodas!!.
Tragué al saliva. Sentí como algo extraño se movía en la extremidad
faltante. Mire de reojo y ahí estaban varios tentáculos de color negro
con patron mora obscuro. Se movían de una manera extraña tratando
de formar un nuevo brazo.
—Ahora lo vez. Toda esa mierda, toda esa sangre derramada por tu
menuda incompetencia. Si no tuvieras tanto miedo podrías ganar, ese
licantropo no te hubiera vencido tan fácilmente.
Mire al suelo un momento. "Si aceptó esto, es como dejar de la lado
mi humanidad, entonces llegando a esto, ¿Donde esta el motivo por el
cuál peleo?".
—Así que no lo recuerdas eso es obvio. Ningún soldado de los que
vinimos aquí recuerda nada. No sabemos que hicimos en la vida
pasada, o acaso ¿sabes si quiera quién eres? o ¿De donde vienes?
-¿Vida pasada?. -¿Acaso estamos muertos?.
Inspeccionó una jeringa con un líquido verdoso y dio un ligero
golpesito. —Es como estarlo, sin nuestras memorias no sabemos nada
acerca de nosotros, no sabemos mucho, solo un objetivo matar a esos
malditos monstruos. Según se un portal se abre cada cierto tiempo, te
devuelve a nuestra dimensión. Una vez atravieses ese portal no
recordarás nada de este mundo, solo no quedras volver.
-"Hasta ahora no se nada del portal, y no he matado muchos
monstruos que no sean insectos pequeños". -¿Cuántos han vuelto a esa
dimensión?. Apunto con la jeringa. —Esa es una excelente pregunta muchacho,
pero nadie ha vuelto, no duran demasíado en el Infierno, algunos
mueren, otros pierden la razón y desaparecen, otros se suicidan al ver
los horrores de este mundo. Hasta ahora nadie ha vuelto y nosotros no
podemos, estabamos seguros aquí hasta antes de tu llegada, ahora dos
licantropos te han seguido hasta aquí y ya han asesinado a muchos de
los nuestros, pronto ha de pasar lo mismo con los demás
incluyéndome.
-Es cierto que es mi culpa, por eso quiero remediarlo, no quiero
permanecer aquí cruzado de brazos mirando esta masacre. -¡¡Quiero
volverme fuerte!!.
Limpió la aguja con un pañuelo fino. —Al menos estas determinado,
muchos después de eso estarían orinados en medias y cavando su
propia tumba.
-¿Viejo, por que pareces tan despreocupado?. Mencionaste hace unos
segundos que vas a morir y te resignas a ello. ¿Acaso no sientes
miedo?.
Tomó un asiento y retiro sus lentes. —No te voy a mentir. Estoy tan
aterrado que apenas puedo charlar contigo. Retiró sus gafas
cristalinas, del rostro.
Pero, no tenemos a donde ir, mucho menos que hacer, no sabemos
nada de nosotros si teníamos familia o algo similar. Limpió el lente de
sus gafas. —Una vida en blanco no tiene sentido. Es como comprar un
libro y darte cuenta que no hay contenido en las paginas, lo pondrías
en el cubo se basura ¿no es cierto?. Lo mismo pasa con nosotros.
Limpió el otro lente. —Ademas mírame, mirá a tus alrededores allá
afuera, todos somos mosntruos, criaturas como nosotros no tienen
derecho a vivir, nos convertimos en aquello que juramos destruir.
-¿Semillas del Diablo?. Lo siento no consigo recordar el nombre
oficial.
Hizo una señal de llamado con su mano. -Descuida, ese nombre se lo dan a los cazadores. Pero en parte no es correcto lo que has dicho, los
Silvers Hunters solo los que obtienen suficiente merito ganan ese
nombre. -¿A que te refieres?. ¿Acaso no es el nombre oficial que
recibe la armada que pelea con los monstruos?.
Si ese debería ser el nombre con el cual se ven identificados. ¿Pero
tienes idea de por que el nombre?.
-Eso es cierto, es un nombre muy peculiar. Honestamente no tengo
idea del por que.
—Los Cazadores de Plata alguna vez fueron humanos, hasta que nació
ese raro programa. Según sabemos un monstruo de nivel 500 es la
perdición para cualquiera de nosotros, incluso un almirante o capitán
de escuadron. Algún tiempo después un médico logro estabilizar la
sangre de las semillas para que fuese compatible a ADN humano y no
hubiera malformación en ellos. Y así cada uno de los mejores
soldados recibió una mejora genética, con este nuevo poder se
volvieron casí invencibles, desarrollaron habilidades que jamás
imaginaron. Con esta nueva oportunidad, ir a explorar nuevos
universos garantizaba el final de esto.
-Pense que solo si se usaban las fichas para crear su propio universo
obtenían poderes.
—Esa es la técnica prohibida que usan en el último de los casos,
cuándo su vida esta al borde de la muerte, algunos lo logran, otros
mueren en el intento y algunos usan las fichas para beneficio propio y
ser algo similar a un Dios.
-"Hyoga".
—Fuera de eso no existe ninguna otra manera de hacerlo, nosotros
algúna vez. Acomodó sus gafas. Nosotros alguna vez fuimos
participantes en el programa, pero lo abandonamos y terminamos
aquí, en esta aldea llena de paz.
-"Lo hicieron por cuenta propia, pero si todos parece que hubiesen
removido sus memorias y puesto falsas para controlarlas".
—Ahora escúchame bien jovencito. La Ciudad de los Magos, es el
lugar donde puedes conseguir información y además te guíen a donde
quieras ir.
-¿Qué hay de ustedes?, ¿Acaso no quieren salir de este Reino
Ciudad?. Reflexione un segundo. Lo que sea este lugar donde habitan.
El doctor rió un poco -Lamentablemente no podemos salir de aquí,
hay una barrera en la entrada, escanea aquellos que son como nosotros
y les impide el paso los demás pueden salir u entrar sin problemas.
-Ese escáner, es como el del supermercado o no, funciona con un
código, ¿que hay de derribar esa cosa?.
-Sería demasiado para un solo hombre y tu no estás en condiciones.
Cerré mi puño. -Eres doctor ¿O no viejo?.
Se acomodo las gafas. —Por supuesto pero no puedo hacer mucho.
-Vamos examina mi sangre. Señale los tentáculos. -Determina como
funciona este poder, una vez aprenda a usarlo iremos a la Ciudad de
los Magos.
—¡¿Te has vuelto loco?!. No pienso ayudar a un mocoso, además me
gusta este lugar. -Estan matando gente allá afuera iré ayudar. Miré por
la ventana. Mientras tu te encargas del exámen de sangre, una vez lo
tengas prepará un entrenamiento que pueda hacerlo explotar.
Salté por el borde la ventana.
El viejo se asomó para verme.
—¡Maldito muchacho, espero que no mueras o quién pagará por mi
trabajo.
-No lo haré puedes estar seguro de ello viejo, regresaré aquí antes de
que te des cuenta. "Mi brazo esta curado y eso que solo esta cubierto
de vendas ¿Acaso también tengo regeneración acelerada?. Realmente
no tengo idea de como paso. Actualmente se tres cosas, los Silver
Hunters tienen poderes, Hyoga, Aiko, Oyuki, Naoko, el felino, el
esqueleto de aquél día, el doctor, todos ellos llevan la calavera con
guadañas tienen poderes, imagino que los que no llevan la marca solo son soldados comunes. Además hay un programa donde entran los
mejores soldados y obtienen una mejora genética, aquélla bombilla era
una mejora de ese programa. Ahora lo más importante, podemos salir
de este infierno, solo que el portal no ha aparecido, que han estado los
Cazadores, no es para que ya hallan ganado algo. Ahora sin importar
que, pelearé hasta quedarme sin aliento. ¡Ganaremos ese portal!." Un
hombre vestido de azúl marino con un chuchillo vino a mí. Lanzo una
puñalada hacía mi estómago. La esquivé moviéndome a la derecha, la
hoja solo rasgo mi gabarnina. Se separó de mi y repitió el ataque, lo
evadi tomando su mano, tire de su brazo hacía mí dando un fuerte
golpe con mi frente sobre la suya. Tambaleo hacía atrás con los ojos
en blanco. Tomé el cuchillo, lo giré y esperé a mi siguiente openente.
Empuño su espada con ambas manos y lanzo una estocada sobré mi.
Salte hacía atrás aprox. 40 cm. Su espada reboto contra terracota
enrojecida.
Giré el cuchillo 140° hacía abajo y lanze una estocada recta cortando
toda su espalda a la altura de los omóplatos. —¡Ahhh! >>Gruñido de
dolor<<. Alze mi pie y con la planta pateé su espina, cayo de rodillas
extendiendo sus brazos lateralmente puse mi pie sobre su espalda y
clave el cuchillo en el encéfalo. Tiré de la empuñadura, mi codo
golpeó en el esternon del tipo a mi espalda. Llevo las manos a su
pecho falto de respiración. Giré el cuchillo y apuñale a la altura de su
yugular. —¡Ahhhh!. Giré la hoja haciendo que su carne soltará un
extraño crujido. Cayo al suelo de rodillas sin vida. -¿¡¡Maldición,
acaso no hay nadie más fuerte que estos malditos!!?. Miré que sus
insignias llevaban una rosa con tres garras. Estos solo son solo civiles
normales. Ahora me siento como un monstruo solo por matar estas
gentes. —¿Así que tu eres el hijo de puta que mato a esos hombres
eh?. Volteé a ver había hablado. Un hombre alto y fornido, piel
obscura y extraño cabello. Sin lugar a dudas me doblaba el tamaño.
Miré mi chuchillo lleno de sangre y comparado a el daba vergüenza. El hombre portaba vuna enorme espada llena de agujeros para
arrancar la carne con cada estocada. —Te crees muy rudo ehh.
Empezó a bailar de una manera rara. Me llamo con la mano. —
Peleemos un rato.
Solte un suspiro. -"Mierda, si que estoy en una enorme desventaja
pero bueno ya sobreviví a un licantropo y una herida mortal, veneno
de un insecto y ahora tengo una mejora genética que yo no quería.
¿No puedo estar más jodido o sí?." Giré el cuchillo de nuevo y esparcí
la sangre en la terracota. -¡¡Venga, no tengo todo el día!!.
—Eso me gusta, te dejaré echo mierda. Volvió a bailar semejante a un
toro. Trage saliva. Lo miré fijamente. -¿Acaso eso que brota de su
cabeza son cuernos?. Fue directamente a mi a gran velocidad.
Evadirlo no será algo sensillo pero no planeo tumbarla aquí. Su espada
creó una brisa de viento estremecedora. Apenas pude lanzarme hacía
mí costado izquierdo. Miré de reojo mi mejilla como se abría y la
sangre flotaba en pequeñas gotas. Sus ojos del enemigo y su risa. Me
puse de pie y gire. Alzo su enorme espada y la dejo caer sobre mi
cuchillo que temí fuera a romperse apenas la tocará. Mis rodillas se
doblegaron solo del impacto y termine flexionando una. —
¡¡Entretenme más!!. Pateo en mi cara con su enorme pierna. Salí
volando hacía atrás aún aturdido. Saltó en mi dirección y alzo la
espada. -¡¡Mierda!!. Rodé dos veces en el suelo. Su espada cortó la
terracota como si fuera mantequilla... Me levanté totalmente
desestabilizado. Limpie la sangre en mis comisuras. -Eso es todo lo
que tienes. —¡No apresures tu muerte mocoso!. ¡¡ESTA FIESTA
APENAS COMIENZA!!. Corrió hacía mi, espada diagonal, punta
hacia atrás, empuñada solo con una mano. Avanze hacía el
rápidamente, salte girando el chuchillo 160° abajo. Lanzo su estocada
semi diagonal mientras sonreía. Ataqué de la misma forma rasgando la
hoja, intercambiando miradas. Caí de pie, flexione un poco. Lanze una
patada con la izquierda. El golpe apenas alcanzo los músculos de su antebrazo. —Tus golpes son como cosquillitas. Cerro su puño y lo
impacto contra mi antebrazo que cubría mi cabeza. Me recorrió unos
cuantos centímetros atrás. Baje el brazo. -Empiezo a acostumbrarme a
tus golpes, no eres tan especial después de todo. -Respondeme una
cosa. Si eres un Silver Hunter o un civil. ¿Que diablos han estado
haciendo que no hay mejoría en este infierno?. Eso no concierne
insecto. Empuño con ambas manos su enorme espada. Salté. La hoja
rugió sobre la terracota y partió el suelo. Me para sobre el lomo de
acero. —Sabandija. Alzo su espada de nuevo a gran velocidad
impulasandome al aire. Tomé un pequeño gancho con cable de acero
que traía conmigo pero no veía utilidad. Lo lanze directo a su cuello y
quedó enredado. Giré afianzado al cable que le cortó la respiración.
Golpeé con una patada giratoria sobre la yugular. Cayo de rodillas
apretando su tráquea por el dolor y la asfixia. Tomé el cuchillo y de
una sola estocada penetré la carne en toda espalda, desde la cadera
hasta el hombro. Tomé su brazo que extendió y torcí hacía atrás, doble
hasta que el hueso estuvo roto. Soltó un enorme alarido de dolor.
-Entre más grandes, más rápido caen. Puedes decir que tuve algo de
ayuda, pero ningún ser vivo resistiría tanto, si conoces los puntos
débiles no hay nesecidad de surtir una paliza.
—¡Desgraciado!. Extendió el otro brazo tratando de alcanzarme. -Bien
grandullón, si me dices donde esta tu base y capitán te dejaré vivir,
pero si no...
—¡¡Nunca!!. No te diré nada, no a ti.
Doble un dedo hasta quebrarlo. Soltó otro alarido. —Esta bien, está
bien te lo diré. Se sofocó por el dolor. —Solo pará...
-Muy bien empieza a cantar lo que sabes pajarillo.

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