Capítulo único

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—¡Ya! No digas eso—regañé a Nayeon—. Ellos van a volver. Solo se están tardando por qué es de noche.

—¿No les da curiosidad este bosque? Dicen que tiene fantasmas y monstruos.

—No Nayeon, no me voy a arriesgar por eso. Puede ser muy peligroso y estamos muy lejos de la cuidad

—Yo voy contigo—mencionó Jennie. Me sorprende mucho, ella había estado callada todo este tiempo sin mencionar palabra alguna y ahora quería ir al profundo bosque de noche.

Jennie ya se estaba parando de su lugar. Se quito su manta que traía en su espalda y agarro una lámpara. ¿Enserio me iban a dejar sola?

—Jennie... no me dejes—agarre su brazo y la mire con mirada de cachorro.

—Puedes venir con nosotras— respondió con simpleza Nayeon como si no estuvieran a punto de entrar a un gran bosque.

—Pero tengo miedo

—Entonces quédate—menciono Jennie—. Cuida las cosas. Vamos Nayeon

—No me dejen

—No seas miedosa Sun Hee, solo daremos un recorrido y trataremos de buscar a los chicos, por nada del mundo te dejaremos sola— Menciono Nayeon mientras se soltaba de mi agarre que hace momentos había hecho.

—Bueno, pero no tarden—termine aceptando.

Deje que se fueran y me metí a la casa de campaña.

Dejarlas ir fue el error más grande que pude haber cometido.

Tiempo después

Las chicas ya se habían tardado mucho y eso me asustaba. Decidí salir a investigar alrededor de las casas de acampar.

De repente escuche un gran ruido. Supuse que eran Jennie y Nayeon.

—¡Ya no es gracioso, salgan de ahí!—les grite, pero no eran ellas—¿Quién anda ahí?

Las ramas se seguían moviendo y vi pasar un carruaje siendo arrastrado por dos caballos. El carruaje se veía muy bien para ser solo de madera.

De el salió una persona.

—¿Jimin?— supuse que era el ya que se parecían ambos en la forma de su cuerpo, pero no era el—. ¿Quién eres?— le pregunte al sujeto que bajaba. Tenía piel tan blanca como el azúcar y una mirada profunda como hogueras.

—Me llamo Min Yoongi. Mucho gusto— saludo con una mirada oscura y penetrante—. Pareces preocupada por algo, ¿Me podrías contar?

—Hum, mis amigos fueron por leña hace dos horas y no has regresado, y mis amigas fueron a explorar hace una media hora y tampoco han regresado. Me siento preocupada.

—Tal vez podría ayudarte. ¿Qué te parece ir a mi casa?, al amanecer los buscaremos, le pediré a los guardias hacer una búsqueda a profundidad en todo el bosque —ofreció.

—No, gracias. Pero tal vez ellos regresen y se preocuparían al no verme. Mejor me quedo—mencione todavía preocupada.

—Este bosque es muy oscuro y frío. Las personas fácilmente se pierden. No creo que ellos vuelvan pronto.

—No importa

—Segura que no quieres venir. Bueno, otra noche más estando solo—me miro con tristeza mientras esbozaba una pequeña sonrisa. No me pude resistir y acepte.

—Esta bien, no me quiero congelar— el al ver que acepte me sonrió y le regrese la misma sonrisa.

—Vamos—me extendió su mano, al tomarla me sorprendí de lo enormemente fría que estaba.

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