Prólogo

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Su mirada cayó al suelo e intentó retener las lágrimas que llenaban sus ojos, el dolor se apoderaba de su interior y aumentaba a cada segundo que pasaba.

—Tranquilo— dijo el pelinegro posicionándose frente a él—No vale
la pena llorar por esto.

—Sé que no vale la pena—Habló el castaño levantando la mirada,
sus ojos rojos se llenaban cada vez de más lágrimas y dudaba poder
retenerlas mucho tiempo—Pero aunque no vale la pena no puedo
evitar sentirme mal.

El pelinegro apretó los labios con frustración, verlo así le afectaba, y
aunque aún no determinaba muy bien por qué le dolía tanto,
envolvió a su amigo en un abrazo reconfortante. Las lágrimas por fin
salieron de sus ojos y cuando eso sucedió el castaño bajó la mirada, llorar no era de su agrado y menos frente a una persona tan importante para él, no quería que pensará que era débil.

—Te dolerá, claro que lo hará,—Lo apretó más contra él— pero
estoy más que seguro que lo vas a superar, ¿Y sabes por qué?— le
dijo.

—¿Por qué?—preguntó el castaño con la voz entrecortada.

—Porque te he conocido lo suficiente como para saber que tú, Liam
Smith, eres más fuerte de lo que todos creen— le dice, Liam reposó
su cabeza en el pecho del pelinegro, relajándose un poco.— Ahora
estás conmigo, vamos a superarlo todo juntos.—Le aseguró sonando
lo más firme posible. Aquellas palabras de verdad habían ayudado a Liam, el limpió sus lágrimas y levantó la cabeza mirando al pelinegro a los ojos.

—Vamos a superarlo, Edward James— le dio una sonrisa— Juntos,
siempre.

Y por alguna razón ambos sabían que así sería, ambos sentían que aunque quisieran, jamás podrían separarse el uno de otro, su amistad había pasado a ser algo más intenso de lo que ambos esperaban, pero no les molestaba en lo absoluto.

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