Capítulo 14: ¿Se retorna alguna vez?

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Maka sentía que despertaba a cada rato, le pasaban cada media hora unas cucharadas de líquido por su garganta. De pronto eran mas cucharadas. Al tercer día ya podía despertarse un tanto cada vez que le zampaban un poco más, y mirar alrededor del cuarto. Los intentos de Kid y Soul por ubicarla estaban funcionando, se sentían cerca. La pesadez del estómago dejaba paso a estar cada vez más flexibles, como si el agua o lo que sea le estuvieran dando funcionara.

Poco sabía Maka que se trataba de leche materna que compraron por ahí, o sopa de algas. Le daba un poco lo mismo, confiaba en los poderes de Asuza y Kid. Se conectó para enviarle una vista a Soul de la posición del sol en su ventana, cosa que proyectaran la hora aprox. Él le comentó que tras la conexión donde le avisaba del rescate del barco, zarpaban también ellos en torno a los lugares donde pensaban que podría estar, que habían ofrecido un gran rescate a quien la llevara a ellos. Que Asuza y Kid seguían su rastro de alma. Tocaba para ella aun si ella no estaba.

Al cuarto día, pudo sentarse en la cama. Era mullida y suave. tenía unos calzones de abuela puestos, una camisa, una sábana y una manta. Estaba tibio, pero ella estaba helada. De a poco la fueron sentando, e identificó que eran dos niñas, dos jóvenes las que estaban a cargo de ella. Ese lugar tenía varias almas que circulaban, se quedaban unas horas o se iban y ellas en cambio volvían cada ciertas horas. Probablemente una hostería o alojamiento, pensó.

Sentía que mejoraba rápidamente, al menos ya no agonizaba. Contactó a Kid al sentirlo más cerca que a Soul. Kid le dijo que tratara de salir al muelle apenas pudiera, que estaban buscándola dentro del radio que lograban verse, que Azusa podía sentirla, pero tenía que ser rápido.

Las niñas que la cuidaban llegaron a alimentarla. Estaban nerviosas, las percibió.

-Tienes que irrte, no podemos esconderrte mas -le dijo una de ellas, cuyo aspecto no era mucho mejor que el de Maka. Con el pelo suelto y sus ropas, podría pasar desapercibida como una chica del lugar.

Maka asintió. -Mis amigos están cerca. Muelle. ¿Puedes llevarme?

Ellas se miraron. Terminaron de darle la papilla, y salieron sin responder. Al rato, le pusieron unos vestidos, una manta en la cabeza. Llegó un tipo que la tomó en brazos, la bajó por una escalera, y la dejó en una silla de ruedas. Todo sin ninguna explicación. Mientras una de ellas empujaba el aparato, otra le tomaba la mano.

-Kid, -le contactó Maka, -hagas lo que hagas dales una gran recompensa. Pudiendo venderme, me llevan al muelle.

-Te siento cerca, pero no tanto. Creo que estás en la ciudad de al lado, ojalá pudiera vibrar con Soul como tú. Creo que Kim y Jacquie están cerca tuyo. -Lo escuchó hablarles por el Walkie Talkie. -Chicas, Maka está llegando al muelle donde están ustedes preguntando. Dejen de hablar y búsquenla. Está en silla de ruedas.

Maka cortó comunicación con él, y se enfocó en hacer brillar su alma. Kim no tenía la visión de Maka, pero podría percibirla tal vez. Sentir las aves y el aire marino le dio un escalofrío. La chica le apretó la mano. Ver tanta gente después de semanas sola... era maravilloso... almas, brillo... ¡Una bruja!

-¡Kim! -trató de gritar Maka, pero su garganta no parecía tener fuerza. Movió la mano que la llevaba, y dijo de nuevo -¡Kim!

La chica pareció entender, y gritó a su vez: -¡Kiim! ¡Kiiiiim!

Entre la gente, Jacquie finalmente la vio y corrió hacia ella, lágrimas en el rostro. Kim estaba igual. La bruja la abrazó fuertemente, besándola en la cara, llorando su nombre. La tomó en brazos -¡No pesas nada! y siguió besándole la cara. Jacquie, por su parte, habría abrazado a sus dos salvadoras, introduciendo sendos fajos de billetes y un celular a cada una, agradeciéndoles profusamente. Retrocedió hasta Kim, para volverse arma y salir volando de ahí.

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