Capítulo 49

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Rigel

—Lo siento. —Aquellas palabras no las esperábamos ninguno, y mucho menos de boca de ella.

—¿Sentir el qué? —Ella no había fracasado en nada, hizo todo lo que se le pidió, y además resultó herida. Fue nuestra culpa el que no alcanzáramos nuestro objetivo, no suya.

—El no haber conseguido... —La voz de Rise llegó desde la puerta de embarque del Fénix. Arcángel caminaba a su lado, pendiente de su estabilidad, aunque Rise no se apoyaría el él para caminar, era un maldito lobo orgulloso. Él nunca se mostraría vulnerable o débil.

—No fue culpa tuya. No fue culpa de nadie. —Movió su cabeza para que todos nos sintiéramos incluidos en ese TODOS. —Todos lo hicimos lo mejor que pudimos.

—Pero no fue suficiente. —Silas dijo en voz alta lo que estaba en la cabeza de todos nosotros.

—Eso no importa. El pasado no podemos cambiarlo. Lo único que podemos hacer es no dejar que eso nos paralice. Volveremos a intentarlo, una y otra vez, hasta que al final lo consigamos. Rendirnos no es una opción. —Eso es lo que decía mi padre, lo que repetía mi madre biológica constantemente. Ellos se habían convertido en líderes no por darle a la gente lo que quiere, sino lo que necesita, y en este momento, necesitábamos un poco de esa rebeldía que te impulsaba a no rendirte.

—No van a dejarnos hacerlo. —Protea no era fácil de convencer, ella no se dejaba arrastrar por las emociones. Hay quién pensaba que era por su condición de bionte. Yo siempre me he inclinado a pensar que la vida le enseñó a ver los obstáculos tal y como eran, a ponderarlos, y sobre todo, a tomar una decisión rápida de si merecía la pena afrontarlos o simplemente intentar otra vía para alcanzar lo que quería. En otras palabras, era realista. Pero eso no quería decir que los gatos o los lobos nos rindiéramos, aprendimos a no hacerlo, porque eso significaba morir, y seguimos aquí.

—Tienes razón. Se atrincherarán en el kupai hasta que el otro postulante tome posesión del trono. —Silas parecía estar pensando en voz alta, porque su mirada permanecía perdida en algún punto en el suelo donde no había anda. —Con la sesión de la Cámara de Representantes tan cerca, apenas tenemos tiempo de planificar otro intento de inseminación. Podríamos acudir allí con nuestra postulante, probablemente sería aceptada como heredera, peros si hay otro postulante con más requisitos que Nydia, la Cámara apoyará su candidatura al trono de los Altos. Si escogen al otro heredero, Nydia no podría presentarse como aspirante a la corona hasta el próximo ciclo de regencia. —Otros 367 años esperando en la sombra a que nuestra suerte cambiase, a tener un defensor en el consejo de los Altos.

—Hemos sobrevivido durante casi 300 años sin tener una esperanza de mejorar. Pero si eso puede ocurrir el ciclo que siguiente a este, tendríamos un motivo para aguantar todo ese tiempo si fuese necesario. —Rise tenía razón. Buscaríamos la manera de que Nydia obtuviese su semilla en ese tiempo, y entonces podría presentarse de nuevo al trono.

—Dijiste que su linaje era más antiguo que el de Essus. Si presentase una apelación ante la Cámara podría desbancar al otro heredero. —Podía funcionar, estaba seguro de ello.

—En un sistema político como el de Mäat el nuevo rey podría disolver los representantes de la cámara nada más tener la corona sobre su cabeza. Si dilata el tiempo de selección de los nuevos integrantes, la Cámara podría tardar un año en poder estar completa de nuevo y tomar la decisión de aceptar el recurso de apelación. —Indicó Silas.

—Y eso es malo porque... —Kabel esperó a que nuestro experto en ciencias políticas hablara, porque estaba claro que Silas estaba mejor informado con respecto a las leyes que cualquiera de nosotros.

Rigel - Estrella Errante 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora