Capítulo XXXVII

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Al día siguiente, durante el desayuno y después de la llegada del correo, Scarlett y Howard, colocaron dos periódicos frente a Dante uno era el profeta, el otro un periódico común y corriente de Londres, en ambos la primera plana era una historia muy parecida.

"Extraña explosión sacude el ministerio de magia, aurores niegan entrevistas, se sospecha de magos tenebrosos". En el caso del profeta

"Extraña conmoción en un edificio gubernamental, autoridades niegan entrevistas, se sospecha de atentado terrorista". En el caso del periódico no mágico.

-Tienes algo que ver con esto ¿verdad? –pregunto Scarlett.

-Ya les conté lo que paso –dijo Dante sin dejar de comer el cereal que estaba desayunando.

-Sí, pero no dijiste que sacudiste el ministerio de magia –dijo Howard.

-De hecho, lo hice –Dante tomo el periódico no mágico –pero jamás pensé que pasaría esto.

- ¿Qué vas a hacer ahora? –pregunto Scarlett.

-Nada, yo estaba aquí en el castillo cuando paso esto y no tienen pruebas de lo contrario.

-Supongo que eso es cierto –dijo Howard, mientras él y Scarlett relajaban los hombros.

-Nadie puede ir de aquí a Londres en menos de un día sin aparecerse así que estas a salvo –dijo Scarlett –eso me tranquiliza.

-Y de hecho hemos ganado algo –dijo Dante.

- ¿Qué cosa? –pregunto Howard.

-Gracias a esto –Dante dio unos golpecitos al profeta y luego miro la mesa de los profesores solo dos aurores estaban allí –los aurores se han ido, incluyendo a Harry Potter, por fin podremos entrar en la sala de menesteres sin el temor a que nos sigan.

-Me gusta cómo suena eso –dijo Howard –quería pedirles a los dos que me enseñaran un poco de magia ofensiva.

- ¿Y eso? –pregunto Scarlett.

-Tengo mis razones.

-Por mi bien, total quería probar algunos nuevos anillos –Dante abrió el periódico no mágico y leyó algunas noticias –Reunido Unido, Francia y Alemania celebran en conjunto un festival gastronómico en navidades... suena interesante.

La misma tarde de ese día, los cuatro amigos no perdieron el tiempo y se reunieron en la sala de menesteres, Dante había despejado el centro de la habitación y dibujo un circulo de protección, en donde ahora Howard estaba practicando su magia contra unos muñecos de práctica.

-Reducto –el hechizo de Howard roso al muñeco para después impactar contra el muro que generaba el circulo de protección.

-No, doblas demasiado el brazo –dijo Dante mientras acomodaba la posición de Howard –tiene que ser un movimiento más natural.

-Entiendo, Reducto –esta vez el hechizo golpeo al muñeco, que se sacudió un poco en su base.

-Bien, pero tienes que trabajar en la potencia, con un poco de práctica y ya está... y hablando de practicar –Dante miro a Ivy quien ahora leía un libro que el chico le había prestado –Ivy practicas la magia de manos ¿verdad?

-Claro que si –Ivy miro a Dante con una sonrisa, dejo el libro que tenía en sus manos y la extendió –accio –un libro ubicado al otro lado de la sala salió volando hasta terminar en las manos de la chica –¿Qué te parece?

-Un hechizo no basta, ven te enseñare algunos más –Dante miro a Scarlett con media sonrisa –¿tú quieres aprender algo?

-No sabía que te gustaba enseñar –dijo Scarlett sonriendo.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora