25. Espero que no sea tarde

990 78 28
                                    


Flavio se despertó el sábado por la mañana con el sonido de una llamada entrante en su teléfono móvil. Se sorprendió cuando vio el nombre que reflejaba la pantalla, aunque realmente no sabía qué le había asombrado tanto, ya que cuando se trataba de ella todo era inesperado.

- Hola. –saludó el chico todavía algo dormido cuando descolgó.

Todavía tenía en la cabeza el último encuentro con la chica a mitad de semana. Bueno, con ella y su acompañante, porque aquel dato no se le había borrado de la mente. No le echaba nada en cara, ni siquiera pensaba que hubiera algo entre ellos, pero no podía obviar el miedo que sentía al verlos e imaginar que habría terminado su relación incluso antes de haber podido tener una.

- Buenos días. –dijo algo dubitativa. - ¿Te he despertado?

- Sí, la verdad es que sí. –reconoció con una sonrisa.

- Perdona, te llamo más tarde. Lo siento. –se disculpó 30 veces más.

- No. –se negó él rápidamente. –No seas tonta, si ya es tarde y, además, ya estoy despierto. ¿Qué pasa?

- Nada, solo quería preguntarte si tenías algo que hacer esta tarde. –dijo sin dar más rodeos.

- Tengo que ir a comprar unas cosas después de comer y luego estoy libre toda la tarde. –respondió algo confuso por la situación.

- ¿Te parece bien si me paso por tu casa sobre las 7? Necesito hablar contigo.

- Claro, sin problemas.

- Vale, pues luego nos vemos.

- Hasta luego, Samanthi. –y esa forma de llamarla hizo que a ella se le acelerara un poco el corazón porque significaba un poco de esperanza para ellos.

Eva llamó a Flavio sobre la hora de comer para preguntarle si le apetecía comer con ella, él aceptó porque así se le pasaría más rápido el tiempo hasta su ¿cita? con Samantha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eva llamó a Flavio sobre la hora de comer para preguntarle si le apetecía comer con ella, él aceptó porque así se le pasaría más rápido el tiempo hasta su ¿cita? con Samantha. No podía seguir encerrado en casa dándole vueltas una y otra vez. Y la verdad es que su amiga también sonaba algo triste por teléfono.

- ¿Cómo estás? –preguntó el murciano a su amiga cuando la abrazó tras abrirle la puerta.

- Todo bien. –respondió con una sonrisa, pero él sabía que no era muy real. La conocía bien.

Eva empezó a andar hacia la cocina y volvió con un par de cervezas. Le indicó a Flavio que se sentara junto a ella y le entregó una. Él se lo agradeció y la observó detenidamente.

- ¿Qué has estado haciendo hoy? –cuestionó el chico.

- He ido a hacer la compra y luego al centro comercial a devolver unas cosas que compré el otro día. –empezó a contarle. –Y he visto a Hugo.

- ¿Habéis hablado? –intentó saber el chico ahora que había descubierto el motivo por el que la encontraba tan rara.

- Bueno, un poco... -contó sin añadir más.

Difícil de olvidar  • Flamantha • 《Completa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora