Nota:
Voy a mencionar algunas islas de "One piece" dándoles ubicaciones en países según la nacionalidad de los personajes, por ejemplo, en este capítulo se menciona "Flevance" como una ciudad de Alemania
*-*-*-*
Como marzo llego, con la brisa siguió su curso, y con el tiempo la inocente y pura amistad que dos niños de corazón triste crecía
Luffy todas las noches sin falta se escabullía a tocar el piano, aquel mágico piano, sentía que aunque Torao estuviera lejos, esta era la manera de seguir conectado a él, como si las cuerdas de aquel piano se fusionaran con las del violín del mayor y los mantuvieran juntos, como si unieran sus meñiques, desde la lejanía, no importando la distancia realmente, siempre y cuando tuviera alguna cuerda, podría llegar a él... se sentía como un mago, cortando distancias con un pequeño pero poderoso hechizo
Nunca paraba, no podía quedarse quieto desde que toco el piano, sin darse cuenta, un pequeño hábito comenzó a surgir, sus manos por si solas comenzaban a tocar canciones sin piano, sus dedos golpeteaban sus piernas, las mesas, el suelo, incluso las espaldas de sus hermanos mientras se acurrucaba con ellos, y tarareaba
Podía pasar todo el día cantando bajo y tarareando, solía tararear mucho cuando estaban en el bosque
Cuando veían al imponente mar desde el más alto de los árboles, él solía tararear, Sabo siempre decía que Luffy poseía una muy linda voz
La primera vez que escucharon a Luffy cantar, se llevaron una sorpresa, era una voz suave, melodiosa, y feliz, con cada entonación, podías sentir felicidad, aquella calidez que solo te podía brindarte la sonrisa de Luffy, como un pequeño sol
Amaban escuchar a Luffy cantar, porque cuando Luffy cantaba, era porque estaba feliz, era realmente agradable saber que después de tanto tiempo en silencio su voz volvía con más fuerza que nunca, desde su pecho cantaba como el rugido de un león... bueno, un leoncito
El tiempo pasaba y las juntas con Law eran cada vez más frecuentes, sentían que en aquel mundo que cada día parecía más, y más grande, tenían un rincón donde el tiempo se detenía, no había caos, no había gritos, o llantos solo ellos dos, o así pensaba Luffy, pero el ojiambar pensaba un tanto distinto
Los días para Law eran algo distintos, era consiente de su ansiedad y la forma en la que carcomía a la gente, sabía que debía pelear contra ella, pero en el fondo sentía que merecía ser carcomido desde adentro, ya no se resistía, solo habitaba en conjunto con los demonios que se negaban a dejar su lado, pero se estaba poniendo peor
Adoraba pasar tiempo con el menor, pero sentía una carga, la verdad es que Law guardaba un peso en su espalda, un pasado que más que recuerdos, eran pesadillas, era su culpa... alguien tan brillante como Luffy, ¿Cómo podía estar alguien tan sombrío como él?, sentía arder su pecho, como una bola de hierro hirviendo, deseando salir
Era una tarde a fines de abril, cuando Law se deshacía en cuerpo y alma tocando su violín, en aquella playa, como si en cada nota pudiera sacar el peso de su pecho, las cuerdas del violín, eran sus cuerdas vocales, y estaba gritando desde el fondo de su corazón, su cabeza daba vueltas y sentía que estaba en llamas
Al terminar la tonada, su respiración estaba acelerada y casi no sentía los brazos, antes de poder volver a llenar sus pulmones de aire, se sobre salto cuando sintió un abrazo y no dudo en abrazar a la persona de vuelta, conocía esos abrazos muy bien
-. ¿Sabes que puedes hablar conmigo, cierto?
Le sorprendió un poco el comentario, era bastante perceptivo para alguien de su edad
