Volví a despertar, está vez en una esquina ,nada cómoda, de mi habitación. El sol se asomaba por las ventanas de vidrio y parecia reacio a la idea de no esquivar las cortinas de blanca seda para molestarme. Mire la hora mientras limpiaba los rastros de lágrimas en mis mejillas.
-09:21 a.m- Murmuré para mi misma, tratando de convencerme que era sábado y de que no iba llegando extremadamente tarde a la secundaria, para mi buena suerte era así, por lo que a paso tranquilo y temblando levemente, fui hacia el baño, y sacandome la ropa con rapidez me metí a la ducha prendiendo el agua caliente y fría a la vez para luego moderarla, luego de lavar mi cabello y cuerpo me envolvi en una toalla y me quede en mi cama tranquila, la puerta tenía llave y las cortinas estaban cerradas, prendí el aire acondicionado y comencé a leer, luego de un rato decidí salir a pasear por la ciudad, Tomé un short de jean blanco y una camisa celeste, me maquillé un poco y salí de la casa sin hacer ruido, comencé a caminar observando los escaparates, miraba de reojo a la gente que pasaba a mi alrededor sin siquiera notarme, cuando fui al almacén para comprar fruta y galletas.
Entré al frío local, en los estantes busqué lo que quería, al llegar a la caja administradora vi como una señora mayor agarraba de las orejas al empleado que cobraba, lo insultaba diciendole "tonto, soquete y mocoso" hasta que finalmente se fue, el chico me miró sonrojado, mientras su ceño se fruncia al darse cuenta de que yo presencié tal espectáculo, avance hasta él y me dediqué a observarlo, algo curiosa hasta que con una voz algo enojada y murmurando dijo:
¿Tengo algo en el rostro?
El color subió a mis mejillas, no porque el chico fuese guapo, en realidad lo era y mucho, tenía unos hermosos cabellos negros alborotados y algo largos, junto a los ojos más misteriosos que jamás vi, eran grises como una tormenta.
N-no- murmure por lo bajo y tartamudeando.
Ah?!- Dijo bastante fuerte por lo que yo me asusté y al él percatarse de eso bajo la intensidad de su mirada, sonrojandose levemente, se dedicó a embolsar las cosas mientras un "lo siento" salía de sus labios.
Yo sólo respondí con un asentimiento y le tendí el dinero mientras también observaba las bolsas como si de la cosa más interesante del mundo se tratase.
Luego de que me diese el cambio y el ticket tomé las bolsas y salí de allí rumbo hacia mi casa sin poder dejar de pensar en esos hermosos orbes tormentosos.
Al llegar a casa encontré a mi tía tranquila y sonriente, mirando la pared, ignorando mi existencia, aveces me gustaría saber si sabe que existo o si lo sabe y me ignora.
Serví su té, acomode la comida y comencé a escuchar música, las letras de Demolition Lovers (My Chemical Romance) e Infected (Bad Religion) retumbaban en mi subconsciente grabandose en mi ser, amaba ambas canciones.
Cuando dieron las 8 p.m fui rápidamente a la cocina y saqué los ingredientes para preparar guiso de arroz con carne, luego de que la comida ya estuviese en su plato triture las pastillas y las puse entre el arroz. Ella comió ignorandome y luego se levantó bostezando, dejándome sola.
Vi la televisión un rato y luego de hacer los deberes y ponerme el camisón, coloque las cerraduras a las puertas y ventanas, está vez cerrando las cortinas y dejando la luz prendida me fui a dormir, pensando en la semana "sociable" que había sido
"Es curioso... como la vida por capricho desea que dos desconocidos se encuentren para formar un futuro en común"
ESTÁS LEYENDO
El dragón que se enamoró de la princesa.[Pausada por estancamiento mental]
RomanceEl príncipe soñado no existe y June Frostkiss lo tenía más que claro, siempre humillada por el género masculino, ya desde sus 14 años se había cansado de buscar al común y amable blondo con el cual todas, de niñas, soñamos. Si no existía tal rumor ¿...